Cuando a mi vida llegó

Capítulo doce

"El momento en el que todo se descubre le llega a todo ser que habita en la tierra, es por eso que nadie debe de guardar nada así se por ser una persona abierta o por miedo a las consecuencias que puedan pasar."

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Siento la mirada fija de Abraham sobre mí y en verdad siento como si en esta ocasión estuviese dentro del cuarto de interrogación de alguna comisaria, como si yo fuese sospechosa de algún crimen; es mucho peor de lo que imagine.

No encuentro mi voz y eso me fastidia un poco porque sé que es el temor lo que me está dominando. Debo ser valiente tiempos peores se pueden aproximar.

─Priscila es la culpable de que a mi violaran─ es lo que digo sin verlo, yo no debería de estar pensado en o sucedido, pero creo que es necesario que él sepa cuan dañada estoy─. Cuando tenía quince años fui a buscar a mi hermana a uno de los lugares que más frecuentaba en aquel entonces. Los muelles, pero antes de llegar con ella un hombre me intercepto y me jalo hacia uno de los tantos lugares sin luz de los muelles.

"Aun puedo sentir el fuerte olor a alcohol que aquel hombre desprendía─ digo y siento como mi cuerpo empieza a sentir frio y empezar a temblar demasiado. ─, él me mantuvo con la boca tapada y me arrastro durante varios minutos hasta que llegamos a una caseta donde había una mesa y un ordenador viejo, todo olía muy mal ahí y sentía más temor de lo que pude sentir alguna vez. Intente escapar, gritar y golpearlo pero no pude zafarme de él; él me aventó contra la mesa casando que me golpeara con algo puntiagudo y me desmallara.

Dejo de hablar al recordar con exactitud todo lo que había en ese pequeño cuarto, pero siento temor de lo que hablare ahora. Siento que él vendrá de nuevo, el que ella esté aquí me hace pensar que él también volvió; no sé cómo es que ella confía tanto en él como para escapar a su lado, ella sabe que se encuentra involucrado en cosas turbias y aun así me traiciono a mí y a su familia.

Su llegada solo indica problemas.

─Cuando desperté solo logré mirar su espalda y la silueta de una persona. Una mujer─ digo y lo miro por primera vez─. No es como lo ponen en las películas cuando todo parece ser cámara lenta y vez que ella intenta zafarse de la persona; paso tan rápido que solo recuerdo haber cerrado los ojos y suplicar que todo acabara, mi cuerpo no tenía fuerzas, mi cabeza se encontraba sangrando y adolorida por el golpe que me dejo inconsciente y mis manos se aferraban a la piel de ese hombre tratando de hacerle el suficiente daño.

─Noa, basta no creo necesario que me cuentes todo─ dice y yo solo soy capaz de alzar un poco la comisura de mis labios. Limpio las pocas lagrimas que he dejado caer.

─Debes saberlo todo. ─ respondo y siento como un nudo en mi garganta se forma─ Ella miraba lo que sucedía encantada y sin ningún tipo de remordimiento con lo que me estaba pasado, recuerdo cada una de las palabras que él me dijo asegurando cuanto lo disfrutaba y que seguro era porque yo era un ramera que de eso iba mi vida. Fue estúpido ¿sabes?, siempre creímos que a Priscila había alguien quien la manipulaba y que por eso actuaba de esa manera tan hostil y desentendida de las ordenes de mis padres y la escuela.

Rio amargamente recordando cada una de las pláticas de mis padres discutiendo sobre la posibilidad de ella siendo manipulada o agredida por algún noviecillo.

"Comprendí en ese momento cuan equivocados nos encontrábamos; fue la única vez que grite con todas mis fuerzas y patalee para que me soltara. Parecía no dolerle todo lo que le hacía, y cuando por fin termino el me golpeo y se separado de mi para caminar hacia ella y besarla de una forma asquerosa.

─Noa...

─Los vi manteniendo relaciones sexuales, me obligaron a verlos durante horas─ siento como mi cuerpo se estremece y como las imágenes vuelven a mi ─; cuando por fin acabaron sentí alivio pero todo se repitió y no solo ese hombre sino varios fueron los que volvieron mi mundo más horrible. Grite y golpee por mucho tiempo hasta que uno me golpeo a mi dejándome inconsciente.

"Cuando desperté me encontraba en la cama de un hospital con mi madre a lado. ─ miro hacia él y mantengo la mirada fija en sus ojos─ Me dejaron tirada en una avenida cerca de ahí con la ropa sucia y mal puesta. No quise hablar por días y todo lo que podía pensar era en lo que me habían convertido, en una persona utilizada y manchada de por vida; la forma en la que me sacaron lo que había sucedido fue escribiendo.

Quisiera tomar su mano pero temo que él me rechace, eso sería más doloroso que contar lo que me sucedió.

─Después de salir del hospital en lo que se convirtió mi vida fue en visitas a terapeutas, pesadillas y gritos inacabables cuando mi padre se me acerba. ─ termino por decir y me paro para mirar la comida; la había apagado hace varios minutos pero no quería verlo ahora. Quería irme de ahí y marcharme a un lugar donde nadie me conociera y él me encontrará.

─Lamento no saber que decir para no hacerte sentir mal─ lo escucho decir─, pero eso no será impedimento para que te quiera como lo hago y lo sabes. Ella es solo algo malo que no debió toparse en tu camino y que no se merecía tu empatía y cariño.

─Supongo que eso es lo correcto.

─Bueno entonces, ¿qué vamos a comer? ─ dice y yo sonrió ante su cambio brusco de tema. Siempre tan él.

─ Sopa de arroz y pollo a la mostaza─ digo volteándome para mirarlo.




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