DECISIONES QUE CUESTAN
Luego de que Noa partiera sin un rumbo fijo en el coche de Abraham la situación en la casa su casa era muy complicada.
Todo se encontraba tenso e incluso a casas a la distancia se seguían escuchando los gritos de una disputa entre los padres de Noa y Priscila, para los vecinos cercanos y los no tanto les parecía sorpresivo que ellos se encontraran al borde de la quiebra emocional. Para Priscila no parecía la gran cosa, para ella le parecía mediocre esta situación y que se enfocaran en algo tan depresivo e incompetente como Noa.
Aunque no se notase y el principal sentimiento que desprendía de su cuerpo y alma, Priscila se encontraba con el alma, el orgullo e incluso el corazón herido de saber que no importaba ante los ojos de sus padres. Parecía que su única esperanza era su madre cuando la llamo, pero todo se había derrumbado cuando miro en ella la debilidad de haberle hecho daño a Noa, cuando vio reflejado en su mirada la indecisión de mantenerla de lo que un día se había convertido en su hogar y que hoy por culpa de ella se arruinara su oportunidad de redimirse.
─ ¿Seguirán discutiendo toda la noche? ─preguntó de manera despreocupada.
─ ¡Tu no deberías estar en mi casa! ─se escucha decir al padre Noa ─ ¿Por qué has vuelto después de lo que hiciste con nuestra familia?
─Es fácil papá ─Priscila se levantó de donde se encontraba sentada y se acercó hacia sus padres ─, estoy aquí para volver al pasado y enmendar lo que sea que haya hecho...
Ella ni siquiera pudo terminar cuando se vio interrumpida por la risa sarcástica de su padre y la incredulidad de una madre que se encontraba al borde de la coherencia y la aceptación del regreso de su hija menor. Para ella y para el mundo en el que se había visto rodeada por los últimos años luego del terrible siniestro contra su hermana, se acostumbró que una interrupción era un acto de imprudencia gigante, haciendo que su ira creciera al máximo.
» Seriamente estoy pensando en guardar la compostura tratando de recordarme que eres mi padre y que no debo atentar contra ti, pero me lo estas poniendo difícil papá.
Él volvió a reír amargamente escuchando las palabras que había dicho la persona que se encontraba ante su campo visual, pero aunque ese ser que hasta hace unos años consideraba indefenso y lleno de inocencia había algo en su corazón que esa persona a la que contribuyo con esmero y amor a criar por tanto tiempo le fue posible, sabía que ese ser ya no era más la hija que tanto amaba. Que ella era la misma persona y que su ser ya no era el mismo.
Para él le atormentaba la incertidumbre de saber qué es lo que había vivido para que cambiara tanto, solo que aunque su duda y preocupación no le borraban por completo el hecho de haberle fallado a su hermana mayor, a su familia y que no le brindara el apoyo cuando ella lo necesito.
─Veo que solo piensas en tu persona ─dice mirándola y calmando el impulso de darle una bofetada ─, me parece increíble que en mi corazón aún se albergue la esperanza de querer cambiar lo que hiciste y recuperarnos. Recuperar a tu hermana.
─ ¿Cómo es que puedes decir eso? ─dijo la madre de las dos chicas ─Me siento devastada por la partida de Noa como por el regreso de ella, pero eso no te da derecho a decir cuantas palabras denigrantes se puedan generar en tu cabeza, Marcelo.
─Puedes sentir lo que quieras Clara ─ dijo el señor Cabrera ─, pero lo que no puedo consentir es que hayas olvida todo el tiempo de terapias, pesadillas y los meses en los que ni siquiera sentir tu contacto y mucho menos el mío. Es por eso aunque mi esperanza sea mínima, sus palabras dichas sobre quererme hacer daño, entonces quiero que me respondas ¿En qué clase de villana y psicópata se ha convertido a la que llamas hija?
La señora Cabrera se mira dudosa sobre lo que su esposo acababa de decir.
En el fondo sabía que lo que él había dicho estaba cargado de verdad y coherencia, no podía hacer caso omiso de todo lo que ella junto con él había vivió tras lo ocurrido con Noa y la traición de Priscila con su familia.
─Yo te daré esa respuesta porque no hay nadie mejor que yo ─ dijo Priscila ─, me convertí en la clase de villana que debía convertirme cuando cometí las elecciones equivocadas y creí en las palabras equivocadas. Eso es lo que paso y es por eso que yo soy la villana.
Cuando termino de decir aquello, creyó que con eso podría ganarse aunque sea un poco de la confianza que había perdido aquella noche de toda su familia, sabía que una bestia le había arrebatado lo que más amaba en la vida. Se vio en la necesidad de convertirse en lo que ni en sus sueños pensó en convertirse.