Cuando a mi vida llegó

Capítulo diecisiete

 

19 de abril del 2015 03:15 a.m.

Camino de un a lado a otro con la bebé en mis brazos, pues se encuentra llorando desde hace quince minutos. Son las tres de la mañana y sus lágrimas siguen brotando sin querer parar pronto.

Abraham llega de la cocina con un biberón tibio y me lo entrega para que se lo dé a la bebé; ella lo comienza a absorber como sí no hubiera comido nunca. Miro a Abraham para ver si piensa lo mismo que yo y cuando veo en su rostro la complicidad y esa sonrisa pícara dice mucho de lo que yo pienso.

La niña absorbe cada gota que se encuentra dentro del biberón, así que cuando termina de beber lo que contenía el biberón la llevo a la niña a mi hombro para sacarle los gases, justo como mamá me pidió que lo hiciera después de que comiera. La escucho lanzar dos gases y creo que son suficientes para un biberón se la paso a Abraham para que la arrulle y podamos dormir un poco más.

Cuando por fin queda dormida son casi las cuatro de la mañana cuando ella se queda dormida y por fin podemos dormir, aunque sea unas horas pero, aunque yo pudiera dormir hasta más tarde, siempre tengo que levantarme temprano para poder prepararle el desayuno a Abraham, así que solo serán dos horas cuando mucho.

No podemos decir que son reparadoras porque en verdad que no lo son, ya que no solo la niña nos despierta con su llanto y un fuerte olor a popo, sino que también nos despierta la alarma, justo a las 6:30 a.m.

─Buenos días ─dice Abraham con la voz bastante grave y lenta para ser él.

Me remuevo en la cama y trato de hacer mis ojos abrirse, pero no puedo hacerlo de forma tan rápida como parece poder hacerlo él. Se que pasaron unos minutos para poder responderle, pero aunque tardara le respondo con una sonrisa y luego de eso solo me encargo de bostezar.

─Tu encárgate de cambiarla ─ le digo mientras me siento en el borde de la cama ─ mientras yo me encargo de tu desayuno y el de ella por si acaso. Aun no estoy segura de saber si morirá de hambre después de dejar su gracia en el pañal.

─Claro, elude la responsabilidad ─lo escucho decir cuando ya estoy cerca de la puerta. Volteo y le sonrió mientras me alejo de la habitación.

Bajo las escaleras de manera demasiado lenta porque aún no despierto del todo, así que lo primero que hago cuando llego a la cocina es mojarme la cara con agua fría proveniente de la llave del fregadero para solo después secarme la cara y caminar hacia la nevera y sacar todo lo necesario para hacer mi desayuno y el de Abraham.

Prendo la radio y escucho una canción que últimamente ha estado sonado mucho aquí en la radio española y en verdad que me gusta bastante; empiezo a cantar mientras pico los embutidos y los pongo a freír en el sartén y luego de eso empiezo a batir unos cuantos huevos mientras les pongo unos cuantos condimentos para solo después verter el líquido ahí mismo y dejarlo reposar unos minutos para después comenzar a batirlos ahí mismo.

Sigo cantando la canción hasta que se acaba y sigo con la siguiente y créanme que en verdad me agrada esa canción, aunque no pretendo sonar demasiado cliché por el hecho de que me guste esa canción; así que solo me imagino bailándola rodeada de luces azules en el centro de una pista de baile.  Justo en ese momento comienza la parte que más me gusta de la canción:

Todo lo que siento por ti
Sólo podría decirlo así

Todo lo que siento por ti
Sólo sabría decirlo así

Para viajar a otros planetas
Por corrientes circulares
Te di una cápsula especial
Pero ahora tú cabeza
Es una tormenta de arena
Y cada noche una espiral…

Sigo cantando y bailando mientras apago la hornilla y me giro para tomar un plato y un recipiente con tapa para guardar fruta ahí y dársela a Abraham; cuando lo consigo voy directo a la nevera para tomar unas cuantas frutas, vuelvo hacia la isleta y comienzo a picar la fruta mientras sigo bailando y cantando la canción.

Me sobresalto cuando los brazos de Abraham me rodean por detrás y canta la canción en mi oído.

Y cuando llega el nuevo día
Me juras que cambiarías sí,
Pero vuelves a caer.
Te dolerá todo el cuerpo,
Me buscarás en el infierno,
Porque soy igual que tú.

Todo lo que siento por ti, sólo podría decirlo así.
Todo lo que siento por ti, sólo sabría decirlo así.

Todo lo que siento por ti, sólo podría decirlo así.
Todo lo que siento por ti, sólo sabría decirlo así.

 

Seguimos cantando hasta que la canción se termina, pero no dejamos de abrazarnos, hasta después de unos minutos cuando me doy cuenta de la hora y de que él podría llegar tarde si no termino de cortar la fruta para él.




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