Cuando Cae la noche

Capiítulo 2

CAPÍTULO 2

 

El artículo salió después de algunas reticencias que tenía su jefe. Y en todos los lugares se hablaba sobre “El Vampiro de Aidgan” primero salió un pequeño avance en la versión online y luego salió el artículo extendido en la prensa escrita.

En el explicaba que el asesino de las chicas, parecía que era alguien muy retorcido y amante de las películas de vampiros, ya que había hecho dos orificios en el cuello y había drenado toda la sangre de las víctimas como si fuera un vampiro.

Un hombre de color gritaba enfadado golpeando el coche que era una Ford de color gris metalizado, mientras que su compañera intentaba calmarlo.

-¡Tu hermano siempre está creando problemas!- grito enfurecido

- ¡Hablaré con él!.

- ¡Jimena porque estás tú si no te juro que le golpeaba sin miramientos!.  ¡Lo que faltaba no hay suficiente morbo con todo esto que él encima mete más mierda y como siempre no falla de tirarnos algo de basura!.

La chica tenía 37 años, era de pelo oscuro, ojos marrones y delgada era bastante atractiva incluso vistiendo de manera poco femenina como siempre lo hacía.

Cuando Mauricio se tranquilizó subieron al coche y salieron de las a afueras de la ciudad para ir a la comisaria habían cogido un “camello” de una banda llamada “Los escorpiones” y se lo llevaban preso.

No parecía de gritar que quería un abogado, mientras otros policías vestidos con uniforme se lo llevaban. Jimena se fue a tomar un café para intentar tomarse un respiro del día tan ajetreado que había tenido.

Allí estaba el inspector calvo tomándose una pastilla para el dolor de cabeza con un vaso de plástico.

-¿Mal día no?-  preguntó el más mayor

- Mi hermano como siempre haciendo amigos.

- El comisario también me ha llamado esta mañana. Entiendo que este resentido por la policía con vuestro padre. Pero tienes que decirle que no tiene que poner en todos sus artículos dejando mal a policía.

- Esta noche tengo que verlo. ¡Me pondré en serio con él!.

 

Mientras Sergio estaba contento su artículo era un éxito e incluso le habían llamado una televisión nacional para hablar de lo que había escrito.  Comió y durmió feliz ninguna pesadilla ni nada raro estorbó al periodista de su descanso.

Lo que era una pequeña siesta se convirtió en seis horas, Cuando se levantó se dio cuenta de que eran las 19:00 de la tarde y a las nueve tenía que estar en un restaurante para el 52 cumpleaños de su madre Teresa.

Así que se afeitó, se duchó y se puso la mejor ropa que tenía subió a su coche y salió de allí. Llegó un poco tarde porque no encontraba sitio para aparcar se disculpó con su hermana y su madre a la que dio un beso.

 

Teresa era de estatura mediana, delgada, ojos marrones lucía muy bien para su edad tenía el pelo oscuro, pero con pequeñas mechas rubias.

Comenzaron hablar del artículo no obstante el chico intentó cortar la conversación no le gustaba  que le dijeran lo que tenía que poner.

-Solo intento ayudarte, no es bueno tener a toda la comisaria en tu contra. ¡Tampoco nos haces un favor a al señor Calvo y a mí!.

- ¡Ya sabes que no me gusta que me digan que tengo que poner!. Papa fue policía y ya viste como se lo pagaron. – manifestó Sergio

- ¡Yo también lo soy!. ¡No lo olvides!- comentó enrabietada

- ¡Basta los dos!. Ya vale es mi cumpleaños y quiero pasar un momento con mis hijos sin hablar del pasado. Ya es demasiado doloroso.

Los hermanos se callaron e intentaron hablar de otro tipo de cosas para no incomodar a su madre.

En el momento que estaban comiendo el primer plato, el periodista comenzó a contemplar una pequeña imagen en su cerebro como si lo estuviera viendo desde los ojos de alguien en primera persona  a un chico que estaba fumando en un callejón y de repente alguien lo cogía del cuello.

Y tal como vino la imagen paró. Inmediatamente, tosió como si se ahogara, ya que el trozo de carne no lo masticó bien.

 

La hermana al observar que su hermano se ahogaba le ayudó y lo cogió mientras impulsaba el estómago haciendo fuerza para que pudiera expulsar el trozo de carne. Jimena lo consiguió, su hermano estaba en el suelo.

Madre e hija estuvieron con él un rato hasta que ya tenía buen color de cara. La madre riñió a su hijo.

En ese momento sonó el móvil de Jimena contestó y de inmediato la cara cambió.

-¡Lo siento  Mama tengo que irme!

- ¿Qué ocurre hija?

- ¡Otro asesinato!.

El periodista comenzó a temblar, esas imágenes que le habían llegado eran del asesino. Había visto como mataba “en directo”.

 

CONTINUARÁ

 



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En el texto hay: asesinatos, romance, intriga misterio

Editado: 01.01.2022

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