POV Francesca
A la mañana siguiente apenas llego a la empresa decido encerrarme a trabajar en mi oficina, lo vivido ayer fue demasiado fuerte. Cuando llegué al departamento estuve - así tantito - de que me diera un ataque nuevamente, pero estaba mi amiga y con ella pude desahogarme y contar todo con lujos de detalles. No cabía en mi cabeza que ellos siguieran en contacto, simplemente no lo entendía, y al parecer son pareja, de lo contrario ella no lo hubiese besado así. Mariela me escuchaba atentamente y sólo repetía una y otra vez "Yo sabía que esto pasaría"
Cierro mis ojos para poder concentrarme en mi trabajo, llevo media hora tratando de avanzar y nada, sólo la veo a ella y Daniel besándose. Estoy tratando de ingresar unas medidas en el programa para ver el balcón de la suite en el hotel, cuando siento unos golpes en la puerta y ésta abrirse de inmediato. Y ahí está el portador de todas mis desgracias.
- Francesca, buenos días- lo veo entrar y sentarse frente a mí.
- Buenos días señor Santoro - le contesto indiferente.
- Fran por favor, necesitamos hablar de anoche.
- ¡No tengo nada que hablar contigo! le grito, él me queda mirando sorprendido por mi actitud y le pido disculpas. - perdón, me corrijo, - no necesitamos hablar de nada que no sea trabajo, así que si ese no es el motivo por el que está acá, tengo que seguir trabajando.
- ¿Se puede saber qué te pasa? no entiendo tu actitud, ¿porque me tratas de usted? sólo estoy pidiendo conversar.
- ¡Para ahí!, vuelvo a elevar la voz, tú y yo no tenemos tema de conversación más que no sea de edificios y construcción. Además, te recuerdo que a tu pareja no creo que le guste que estés hablando conmigo de hecho, no creo que le agrade que esté trabajando acá. - ¡Ella no es mi pareja! -
- Lo que sea entonces, no me importa, pero ayer quedó claro que amigos no son. ¡Y sabes, SÓLO TE PEDÍ UNA COSA, ¡NO - HA - BLAR - DEL - PA - SA - DO! y no trascurrió ni una semana y ya estamos metidos en esto, no puedo seguir así, por favor.
- Debes reconocer que no te soy indiferente, Piccola escúchame -
- ¡No vuelvas a llamarme así! no soy nada tuyo ni menos tu pequeña. No puedes entender que sólo quiero trabajar, necesito este trabajo, no me hagas renunciar.
Lo veo inclinar su cabeza, pasarse las manos por el pelo e inspirar fuertemente, al momento de levantarla veo sus ojos, gritan desesperación. Se para tan rápido que bota la silla en la que está, se acerca a mi asiento colocando sus manos en cada brazo de mi silla, puedo ver su mirada, tan oscura, pienso que al igual que ayer me va a besar, comienza a acercarse lentamente, involuntariamente cierro mis ojos, puedo sentir su respiración y cuando pienso que me dará un beso, sólo escucho que me dice "Lo único que quiero y he querido todo este tiempo es saber porque te marchaste sin decir nada". abro lentamente mis ojos y ahí no me puedo contener...
- ¡Pero que te has creído! ¿Piensas que después de todo este tiempo vas a poder llegar y hacer como si no tuvieses la culpa de todo lo que me ha pasado? ¡Acaso no tienes vergüenza! o pretendes hacerte el inocente y tratar de dar vuelta la historia.
- ¡TÚ TE MARCHASTE, TÚ NO FUISTE CAPAZ DE EXPLICAR NADA Y SALIR ARRANCANDO!, te esperé, te busqué en toda la maldita facultad, recorrí cada rincón tratando de saber dónde estabas, hasta esperé en la graduación, pero nada, la tierra te tragó y luego de cinco años vuelves, llegas a "mi empresa" y pretendes que me quede tranquilo cómo si no hubiese pasado nada en todo este tiempo. Francesca dime, a qué estás jugando.
Lo miro y siento como si estuviese en un mundo paralelo, simplemente no puedo creer que este diciendo todas esas cosas, ¿cómo pretende hacerse el desentendido y no asumir las consecuencias de sus actos? No puedo creer que me esté diciendo esto, es como si quisiera borrar en un día todo lo vivido y todo el daño causado. Sólo siento como mi estómago se aprieta y ya no tengo angustia, sino rabia, una rabia que me está comenzando a quemar...
- Necesito que te marches, Daniel. Sinceramente no sé qué pretendes, pero te advierto que ya no soy la joven ingenua que conociste, creo que sabes perfectamente el porque me fui, sabes perfectamente porque me alejé de ti. Y estoy segura que en ese recorrido buscándome por todos lados debes haberte divertido como lo hicieron todos los demás a costa mía. - ¿De qué estás hablando? - No pretendas engañarme, y te vuelvo a repetir, o me dejas trabajar o en este mismo instante tomo mis cosas y me largo de "tu empresa"
- Pero Fran - ¡Fran nada!, es simple Daniel, te repito estoy a gusto trabajando acá y no quiero mezclar las cosas, me ha costado mucho encontrar trabajo y esta… esta es una buena oportunidad, sólo déjame trabajar.
La miro y su cara de desesperación y angustia puede conmigo, no logro entender nada, me veo reflejado en cada gesto que ella hace, esa necesidad de no sé, como si algo estuviese ahogando mi alma, su cara… es la misma que he visto al mirarme en el espejo todos estos años…
- No puedo prometer eso Fran, porque necesito saber que nos pasó, sólo necesito entender, pero no quiero que te vayas, todo este tiempo he estado preguntándome que nos pasó, y te juro que lo voy a descubrir. No te molestaré más, pero prometo descubrir cada maldita parte de esta historia, porque créeme que aún sigues aquí. – Y señala su pecho -
- Lo veo hablar y es como si sus labios no pertenecieran al presente, al oír sus palabras me llevan a nuestro tiempo juntos y se ve ¿sincero?, realmente me está preguntando qué pasó, será que no fue su culpa… No, no puede ser así, no debo dejarme engañar, no otra vez. Le voy a contestar algo, cuando me pide disculpas, recoge la silla del suelo y simplemente se marcha.
Debí hacerle caso a Mariela y no venir nunca a esta empresa.
POV Daniel.
Mi mente es una maraña de ideas y pensamientos sin siquiera pesar aún en mis sentimientos, es que simplemente no entiendo nada. Cuando llegué lo primero que hice fue preguntar por Francesca, - ya está en su oficina, arquitecto, me dice mi secretaria. Antes de entrar a mi oficina me dirijo a donde ella, golpeo y abro sin esperar nada, ahí está sentada, se pone pálida cuando me ve, trato de conversar con ella y sólo logro que terminemos discutiendo, pero nada de lo que dice es coherente, es como si ella me odiará tanto como yo lo hacía hasta que la vi nuevamente. Se nota que tiene rabia hacia mí y me culpa de no sé qué cosa, ¿Soy yo el culpable de que me dejará? pero, ¿qué fue lo que hice? no entiendo nada.