cuando cupido te odia

DAÑO COLATERAL

Después de una charla llena de risas en el auto por fin llegan a su destino.

—¡Woo! Ayula pizza, siempre había querido venir aquí. —expresa Isabela ilusionada.

—¿Nunca habías venido? —pregunta Ivar sorprendido.

—No, mi mamá trabaja mucho y no tenía tiempo de traernos, aunque mi hermano

viene muy seguido con su papá.

—No sabía que tenías un hermano, debe ser genial, yo siempre quise tener uno, pero

mis padres decidieron quedarse solo conmigo.

—Parece que los dos tenemos algo que al otro le falta, yo quisiera estar con mis

padres. —expone Isa con una ligera tristeza y añade. —el mío se fue cuando tenía diez

años.

—Lo lamento, no quise hacerte recordar cosas tristes. —dice Ivar apenado.

—¡No! Discúlpame tu a mí, hable sin pensar jeje.

—¡Chicos lo siento! Por fin pude estacionar el carro ¿Dónde están tus amigos hijo?

—fueron al baño, en un momento regresan.

 

—Ok, ¿les parece si ordenamos ya? ¿Qué tipo de pizza te gusta Isi? —pregunta

Ángela interesada.

—Ah, me gusta la de pepperoni.

—¿Y tú cielo? ¿Cuál quieres pedir?

—Pepperoni está bien para mí.

—Excelente, ordenare una pizza extra grande, los Adams comemos mucho linda jaja.

—Sí, eso creo jaja.

—¿Sabías que Isi tiene el mismo apellido que tú? ¿No es una bonita coincidencia?

Ivar he Isabela se miran avergonzados, están tan felices de estar juntos, de un tiempo

para acá, las horas que convivían juntos en la escuela ya no eran suficientes, después

de clases comenzaban a extrañarse y hoy era un día especial para ambos, se les

notaba en el rostro lo mucho que se querían.

Después de unos minutos Tim y Jasper regresaron del baño y al tiempo la pizza llegó

para saciar sus estómagos hambrientos, el ambiente era muy agradable, Isabela había

encajado bien con los amigos de Ivar y que decir de su madre, con ella se llevó

bastante bien, las horas transcurrieron y después de la pizza decidieron pasar por un

helado y sin sentirse se dieron las nueve de la noche, Isabela estaba preocupada por el

trafico que se generó en la avenida principal, por más rápido que avanzaran ella

terminaría llegando tarde a casa y así fue, ella llegó a las diez en punto, Ángela insistió

en hablar con la mamá de Isabela, pero esta no accedió y les mintió diciéndoles que no

había ningún problema y que ella estaría bien.

—Supongo que debimos insistir en acompañarla hasta la puerta de su casa.

—menciona Ángela con preocupación.

—Isabela dijo que no había problema, talvez su mamá entienda que no es su culpa, yo

creo que es igual de amable que tú. —expresa Ivar con tranquilidad.

—¿Tú crees?

—Sí, mamá, si llega a tener algún problema, vendré a disculparme por traerla a casa

tan noche, no te preocupes.

—De acuerdo, vámonos a casa.

Isabela tenía el corazón acelerado, los nervios y la angustia hacían que cada latido se

sintiera como un golpe en el pecho, rezaba para que su madre estuviera dormida y no

notara su presencia, pero al abrir la puerta la sangre se le viene a los pies al ver a su

madre sentada en la sala con una expresión tétrica en el rostro.

Miles de excusas pasaron por la mente de Isabela, el cruzarse con un gato, el trafico

exagerado, un desmayo, en fin, al ver la cara de su madre sabía que, aunque hubiera

llegado con una pierna rota igual Sara, la terminaría regañando.

—Mamá, buenas noches, te traje algo de pizza, he… ¿quieres que te la caliente?

Un silencio abismal se apodera de la casa.

—¿Qué hora es Isabela? —pregunta Sara conteniendo su enojo.

—Las diez. —responde Isa apenada.

—¿Y a qué hora te dije que regresaras?

—A las ocho en punto.

—¿Y por qué diablos regresas dos horas después?

—Mamá, es que me entretuve con las chicas y...

—¡Mentirosa! ¡no me trates de ver la cara de estúpida! —grita Sara haciendo que

Isabela brinque de miedo.

—¿Dónde estabas?

—Ya te dije… estaba con

En eso Sara se para delante de su hija y le da una bofetada tan fuerte que le saca la

sangre de la nariz.

—Camila me habló por teléfono llorando, me dijo que lamentaba haber sido tu

cómplice, confeso que nunca te pusiste de acuerdo con ella para ir a comer, que fuiste

a ver a un amigo tuyo a un partido de futbol, no puedo creer que ella tuviera más valor

que tú.

—¿Qué? ¿Ella te dijo eso? —pregunta Isa llorando.

—¿Por qué demonios me mientes? ¿Quién es ese amigo tuyo? ¿Desde cuándo le

mientes a tu madre para escaparte con un muchacho?

—¡Perdóname mamá! No quise mentirte, te juro que no hice nada malo.

—¿Tú crees que te voy a creer? ¿Enserio fuiste a verlo jugar? Jajaja si como no,

¿Dejaste que te manoseara? ¿Es tu novio? ¿He?

¿Qué? ¡No! ¡Solo somos amigos! Fuimos con su mamá a comer pizza, todo el tiempo

estuvo con nosotros.

De pronto unos golpeteos llaman a la puerta, se trata de Kevin y Dany.

—Hola Sara, Vine a traer a Dany mañana tengo una cita con el doctor y estaré todo el

día ahí y… —Kevin escucha los sollozos de Isabela y se da cuenta que algo está

pasando al ver la cara de Sara y añade. —¿Está todo bien?

—¡Sí! está todo bien. —responde Sara malhumorada.

—No creo que este todo bien. —Kevin entra a la casa junto con Dany el cual corre a la

cocina.

—¿Bel? —Dany mira a Isabela limpiarse las lágrimas mientras retiene la sangre de la

nariz con un pañuelo.

—¿Qué pasó? ¿Mi mamá te pegó otra vez? —pregunta Dany histérico.

—Déjame en paz, no me siento muy bien. —responde Isa apenada al ver Kevin en la

sala.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.