cuando cupido te odia

Promesas del corazón

La primera vez siempre es mágica, la primera vez en enamorarte, en dar un beso, en decirle a alguien “te amo”, en escribir tu primera carta o poema de amor, todas esas experiencias son inolvidables, pero cuando nos unimos en cuerpo y alma a otro ser humano de verdad es maravilloso, siempre y cuando lo hagamos con la persona correcta.

Isabela e Ivar estaban enredados, no tenían la más mínima intención en despegarse, para ellos el mundo podía esperar y solo importaba su amor, habían perdido la noción del tiempo, ya tenían los labios hinchados de tantos besos, estaban a punto de hacerlo de nuevo cuando Ivar escuchó el auto de su padre estacionarse en el garaje.

—No puede ser…—murmura Ivar con palidez.

—¿Tus padres llegaron? —pregunta Isabela asustada.

—¡Sí!

—Ivar, que tarde es, ya oscureció. —Isabela suelta una risita nerviosa y comienza a vestirse con rapidez.

—¿Pues cuantas veces lo hicimos? —pregunta Ivar avergonzado mientras se pone la playera.

Su perro Orión comienza a subir las escaleras y a olfatear su puerta y rasca curioso por el olor que no conocía de Isabela.

—¡Tu perro está tratando de entrar! —Isabela comenzó a sentirse nerviosa pues de repente Orión abrió la puerta y salto a los brazos de Isabela para llenarla de baba y besos desesperados.

—¡Orión detente! —le dice Ivar apenado al ver como se le sube a su novia

emocionado.

En ese instante Ivar corre a cerrar la puerta y su corazón entra en pánico al escuchar a su padre subir las escaleras.

—¿Ivar? ¿Está todo bien? ¿Hay alguien contigo? Orión está vuelto loco, hay alguien de tu escuela que vino a traerte algo.

—¡No hay nadie conmigo papá! Jajaja, solo estoy jugando con Orión.— le dice Ivar nervioso.

 

—Ok, déjame pasar por una de las baterías que tienes en tu cuarto, necesito unas para el control remoto y… —Ivar se pone enfrente de la puerta y le pasa las baterías a su padre, tiene el corazón acelerado y está sudando frío.

—¿Qué pasa hijo? ¿Por qué estás tan alterado? —le pregunta su papá con una sonrisa sospechosa y añade. —¿no me digas que estas con una chica bribón? Jajaja.

—¡Claro que no papá! Es solo que me estoy cambiando. —Ivar le hace unas señales a Isabela de que espere un momento y sale de su cuarto a distraer a su padre.

—A mí no me engañas, hay una chica en tu habitación, huele a mujer por toda la casa, además tú nunca actúas así y te vale un comino si tienes ropa o no, eres un libertino en la casa.

—Por favor papá, déjame en paz, te prometo que si me ayudas a salir de esta y

distraes a mamá te ayudaré a reparar la motocicleta que está en el garaje y dedicaré mis días, libres a ayudarte con el jardín y en todo lo que me pidas. —le dice Ivar con unos ojos suplicantes.

—Jajaja, lo sabía, trajiste a una chica a casa. —expresa su papá orgulloso. —te

ayudaré a distraer a tu madre y a la visita que tienes, te doy cinco minutos, pueden salir por la puerta trasera. —le dice su padre lleno de alegría.

—Gracias papá, te debo una.

Isabela he Ivar salen de la habitación y se dirigen a la puerta trasera, tenían encima un sinfín de emociones excitantes y una vez que Ivar a compaña a su chica a la puerta se despide de ella con un intenso beso.

—Te amo… ojalá no tuvieras que irte nunca. —le dice Ivar mientras la estruja contra su pecho.

—Yo te amo más, mi madre no estará en casa mañana podemos vernos otra vez.

—expresa Isabela mientras trata de zafarse.

—No voy a dejarte ir, le diré a mis padres que voy a casarme contigo después de

nuestra graduación. —exclama Ivar enamorado.

—Ya te dije que somos muy jóvenes para eso jaja.

—Mejor aún, tendremos más tiempo de amarnos.

—Tienes razón, pero ahora debo volver con Dany, el pobre debe estar preocupado por mí.

—Lo traeremos a vivir con nosotros, vayan por sus cosas.

—No lo haré, debo irme ya. —Isabela se despide de Ivar con un beso y añade. —te veo mañana mi amor.

Esas palabras dejaron a Ivar en el cielo, estaba realmente enamorado de Isabela,

quería estar con ella y gritarle al mundo entero que era ella con quien quería estar.

—Después de la graduación le diré a todos que te amo ¡ese día le pediré tu mano a tu madre! ¡no me importa si muero en el intento! —le grita Ivar mientras Isabela se va flotando entre las palabras tiernas de su amado.

Por otro lado, Angela se preguntaba que tanto estaba gritando Ivar, pero su esposo la distrajo con un beso.

—¿Ivar trajo a alguien a la casa? —pregunta Angela intrigada.

—Quizá vino con un amigo, debe estarlo despidiendo.

—¿Oye dónde está la chica que vino a ver a Ivar?

—¿Camila? Subió a su habitación a dejarle un regalo de graduación del grupo, Una canasta de dulces o algo así.

—¿Por qué la dejaste subir? No confió en esa chica.

—¿No fue una buena idea? Creo que no…—el padre de Ivar se preocupó de que

hubieran quedado rastros de que Ivar hubiese estado con aquella chica, pero confiaba de que su hijo había sido cuidadoso con eso y así era, lo único raro era la cama destendida, pero lo que no sabían era que Camila era una serpiente astuta, sabía que Isabela e Ivar estaban saliendo aun a pesar del rotundo rechazo de su madre y estaba preparada con un plan realmente retorcido.

Se había percatado de la visita de Isabela a la casa de Ivar, había una coleta de

colores que ella le había regalado tirada en la cama, además de que en la basura se encontraba un preservativo, Camila estaba furiosa, así que decidió poner una cámara escondida en la habitación de Ivar, pues si tenía suerte más daño podría hacerle a Isabela.

—Listo señor, ya le dejé el regalo a Ivar. —les dice Camila con una enorme sonrisa.

—Ah sí, gracias, Ivar no tarda ¿quieres esperarlo? Mi esposa fue a avisarle que




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