Después de comer, Liam he Isabela salieron a caminar un rato, se sentían más
cercanos, un sentimiento de aprecio y admiración empezó a germinar en sus
corazones, ninguno de ellos había tenido un amigo del sexo opuesto así que estaban
felices por eso.
—¿Y qué piensas hacer con las cenizas de tu hermano? —le preguntó Liam con
seriedad.
—No lo sé, había pensado en quedármelas por el resto de mi vida, pero ahora no estoy
tan segura, creo que me gustaría hacer algo más especial.
—¿Te puedo sugerir algo? Se me acaba de ocurrir hace un momento.
—Ah, claro, dime.
—¿Y si hacemos que Dany viva otra vez? —le propuso Liam con entusiasmo.
—No creo en la ouija ni en cosas esotéricas…—le respondió Isabela mirándolo de
manera extraña.
—Tampoco yo jaja, me refiero a que podemos hacer que la memoria de Dany se
inmortalice, conozco un gran lugar para que eso suceda, sígueme. —Liam la tomó de
la mano y se la llevó a una colina donde se podía ver toda la cuidad, el paisaje era
hermoso y la brisa despeinaba sus cabellos como si los acariciara.
—Qué hermoso lugar… —Isabela se conmovió al ver aquel lugar tan pacifico.
—Pongamos sus cenizas en este lugar y plantemos un árbol debajo de ellas, así tu
hermano crecerá y florecerá todas las primaveras y cada año podrás recoger sus hojas
y flores y en un futuro podrás descansar bajo su sombra, recordando los buenos
momentos que pasaste junto a él.
—¿Un árbol?... no lo había pensado…me encanta la idea. —los ojos de Isabela se
llenaron de esperanza y saltó a los brazos de Liam llorando de alegría y añadió.
—¡Esta es la mejor idea del mundo!
—Ojalá lo hubiera conocido, probablemente le habría caído mal, jaja, mi carácter es
horrible, pero…por alguna razón me habría gustado ser su amigo.
—Te equivocas, mi hermano tenía el don de reconocer a las personas buenas, tú le
habrías caído muy bien.
Mientras hablaban, la mamá de Liam había llegado a su encuentro, él le había
mandado su ubicación porque ella estaba preocupada por él, porque no había llegado
a casa desde hacía muchas horas, mientras subía la colina se quedó a la mitad del
camino, sus ojos se llenaban de dicha al ver que su hijo y su joven amiga reían de oreja
a oreja como si fueran niños, así que los contemplo por unos segundos.
—Tú los juntaste ¿verdad Dany? Uniste a dos almas rotas para que sanaran juntas en
el proceso…y de pilón me uniste a ellos. —exclamó Eleonor mientras el aire le
ondeaba el cabello y añadió. —gracias por cumplir tu promesa, de mi parte te prometo
que la cuidaremos bien.
Eleonor se acercó a ellos con una gran sonrisa y a lo lejos Isabela la reconoció y la
recibió asombrada y llena de alegría.
—¡Eleonor! ¿Qué haces aquí? —le preguntó Isabela confundida.
—Es mi mamá ¿Se conocen? —preguntó Liam extrañado.
—Ella es la chica de la que te platiqué, la amiga que me ayudó a amarme más.
—¿Isabela?
—Sí, Isabela… —Eleonor les acaricio el cabello a ambos y los abrazó.
Liam miró a Isabela y su corazón se le llenó de mucha gratitud, en ese momento el
cariño brotó en su corazón.
—No puedo creer que ahora ustedes dos son mis mejores amigos jaja, exclamó
Isabela llena de felicidad.
—¿El mundo es pequeño no? —dijo Eleonor con una sonrisa.
—Sí, pequeño y alentador. —expresó Isabela con esperanza.
Esa tarde los tres se fueron a cenar, después de un rato agradable Isabela regresó a
su casa.
Si pudiera decir algo desde lo profundo de mi corazón, seríá que aprendí que el dolor
nos lleva al crecimiento, a la madurez y a la sanación, que la vida es bonita, que no
siempre es de noche, que el sol sale cuando las personas correctas llegan a tu vida,
cuando decides hacerle frente al dolor para poder curarte por dentro, en mi vida he
perdido a tantas personas que creí que estaba sola, crecí con una madre complicada,
un padre que me abandonó y un hermano que se fue antes de tiempo. No, se fue en el
tiempo correcto, gracias a él crecí como persona, gracias a Ivar supe que podía
enamorarme, aprendí que la maldad de las personas no me define, ni el cómo me ven
o me perciben, yo soy valiosa porque tengo la capacidad de florecer en la adversidad,
porque soy valiente y me perdono cuando es necesario, la muerte de un ser querido
no es el fin, es el principio de una nueva vida, tanto para ellos como para mí, si, la
muerte no es el fin.
Isabela se miró al espejo y sonrió, por primera vez en su caminar de perdida, ella
estaba sanando.
—Lo estoy haciendo bien. —se dijo ella antes de irse a dormir.
El momento de plantar el árbol en honor a Dany había llegado, tres días después de
que a Liam se le ocurriera la gran idea, Isabela le había contado al papá de Dany lo
que planeaba hacer, entre lágrimas de gratitud aceptó y pidió ser partícipe de algo tan
hermoso para honrar a su amado hijo y él vacío las cenizas de su hijo en el lugar donde
plantarían el árbol, Liam y Eleonor acompañaron a Isa en todo el proceso, los cuatro
llevaban ropa blanca y estas fueron las últimas palabras que su hermana le dedicó a
Dany.
—Pronto se cumplirá un año desde que partiste de este mundo, recuerdo con gran
alegría el sonido de tu risa, el calor de tus abrazos y tus hábiles consejos, eras mi
hermano pequeño, mi hermano completo, el corazón nos unía más que la sangre,
prometo no olvidarte, pues marcaste mi corazón con gran alegría, prometo
recordarte sin dolor, remplazando los momentos agrios por unos dulces y hermosos,