Aquel viento consolador había traído consigo la esperanza, dos testigos que podrían
ayudar a desenmascarar a Selene, esa mujer perversa tenia contado su tiempo, pronto
dejaría de ser una víctima y pagaría por sus crímenes.
Por otro lado, Liam se encontraba frente a un oficial agresivo que lo único que quería
era hundir al abusador que tenía enfrente.
—¿Por qué no nos dices la verdad? — le preguntó el oficial mirándolo con desprecio.
—Estoy diciendo la verdad. —exclamó Liam mirándolo fijamente.
—Tienes todo en tu contra, abusaste de una mujer indefensa ¿sabes lo que les hacen
a los violadores como tú en prisión? Te van a destrozar, serás su juguetito nuevo, los
guardias no te ayudaran, dejaran que abusen de ti hasta el cansancio, gritaras, lloraras
y todos harán oídos sordos a tu sufrimiento, te harán tanto daño que querrás acabar
con tu vida, maldito desgraciado. —en este punto, el oficial golpeó la mesa con fuerza y
miró fijamente a Liam y añadió. —No importa si confiesas o no, iras a la cárcel de todas
formas, no importa cuánto dinero tengan tus padres, aun si sales libre de esta por un
maldito soborno, te golpearemos entre todos antes de soltarte.
—Yo no soy un violador, jamás he abusado de nadie, esa mujer miente. — Liam frunció
el ceño, dijera lo que dijera el policía, él se mantenía firme en su inocencia.
—Jajaja, te vez muy tranquilo, una vez que tu ADN se encuentre dentro de la víctima
no habrá vuelta atrás.
El oficial se fue del cuarto de interrogatorio y azotó la puerta, dejando a Liam cansado
mentalmente, era inevitable no preocuparse, no sabía si Selene se saldría con la suya,
solo un milagro podría salvarlo.
—Mamá…Isabela, lamento hacerlas pasar por esto, deben estar realmente asustadas,
como desearía poder hacer algo al respecto, ni si quiera sé si pasaré toda mi vida en
prisión, me aterra pensar en no volver a verlas.
Mientras todo esto pasaba, Selene se encontraba en con el medico que la revisaría,
estaba muy nerviosa, pero trataba de tranquilizarse a ella misma, pues se había
asegurado de lavarse bien para no dejar evidencias, creía que si solo veían las
lesiones creerían en su historia sin problemas.
—Trataré de ser lo más cuidadoso posible, por favor relaje su cuerpo. —le dijo el
medico quien estaba extrañado de la forma tan contradictoria con la que se comportaba
la paciente.
—¿Qué hace? ¿Qué no solo iba a revisarme superficialmente? — le preguntó Selene
con gran nerviosismo.
—Lo lamento, debe estar traumatizada por lo que vivió, pero necesitamos obtener las
pruebas de que el hombre que está detenido es su agresor.
—¿Y no cree en mi palabra? ¡acabo de ser abusada por ese monstruo! ¿Qué más
necesitan? —Selene había perdido los estribos, una vez que se dio cuenta de la cara
que había puesto el medico se echó a llorar.
—Lamento que tenga que pasar por esto, pero es necesario para que se haga justicia.
—Lo siento… es solo que todo ha sido muy doloroso…no quiero sufrir más. —Selene
comenzó a cuestionarse si había alguna posibilidad de que encontraran el ADN del
conserje con el que se había acostado, pero no le quedó de otra que confiar en su
inteligencia.
—Seré cuidadoso, lo prometo, cuando menos lo piense habré terminado.
Por otro lado, Isabela había llegado con la evidencia que necesitaba, al entrar al lugar,
Kevin y Eleonor se quedaron admirados de que estuviera acompañada.
—¡Isabela! ¿Quiénes son ellos? —le preguntaron extrañados.
—¡Eleonor! Encontré unos testigos que aseguran que Selene es una acosadora.
—¿Qué?
—Hola señora…mi amigo y yo estudiamos en el colegio donde esta profesora ejercía
anteriormente, escuchamos a su amiga hablar con el director de nuestro instituto, pero
él no le proporcionó ninguna información acerca de la mala conducta de esa señora.
—Pero nosotros somos testigos de sus acosos, yo soy uno de los chicos a los cuales
intentó seducir.
—¿De verdad? ¿Van a declarar en su contra? — les preguntó Eleonor esperanzada.
—Sí.
—Entonces debemos llamar a los detectives. —exclamó Kevin apurado.
—Todo estará bien, estoy segura que con la ayuda de ellos Liam podrá salir de este
lugar. —le dijo Isabela a Eleonor mientras la abrazaba con fuerza.
—Gracias por hacer esto, por creer en la inocencia de mi hijo.
—No tienes nada que agradecer, ustedes me han salvado antes, cuando más perdida
me sentía, ustedes llegaron para hacerme ver que la vida podía ser hermosa a pesar
del sufrimiento por el que había pasado, nunca voy a abandonarlos. —le dijo Isabela
entre lágrimas.
Kevin por fin trajo a uno de los detectives y los testigos pasaron uno por uno a declarar
en contra de Selene, al principio el detective se puso escéptico, con la declaración del
joven testigo.
—¿Dices que ella se te insinuaba?
—Sí, no había día en el que no intentara acostarse conmigo.
—¿Pero acaso no es ese el sueño de todo estudiante? ¿Que una maestra hermosa y
de buen cuerpo se les ofrezca?
—¡Claro que no! Nadie quiere eso, yo aborrecía sus manos acariciándome la pierna,
intentando tocarme en contra de mi voluntad, tengo pruebas de lo que digo, estas fotos
me las mandaba ella.
El joven le aventó su celular y había fotos de sus piernas, y partes de su cuerpo
desnudo o en poca ropa, pero no se le veía su cara por eso el detective se guía
escéptico.
—¿Cómo sé que no son fotos de otra mujer? ¿Cómo es que no se ve su cara?
—Porque es cuidadosamente asquerosa, me escribía mensajes obscenos…incluso