Aquel chico salió indignado del lugar encontrándose con los demás en aquella
sala fría y sin esperanza.
—¿Cómo te fue? ¿Porque tienes esa cara? ¿Estás bien? —le preguntó su amiga quien
lo abrazó al verlo llorar lleno de impotencia.
—¿Qué fue lo que pasó? —le preguntó Isabela confundida.
—No me creyeron…todos creen que ella es inocente, se saldrá con la suya otra vez.
—exclamó entre lágrimas.
—No puede ser… —Eleonor se sumergió en la desesperanza y Kevin la abrazaba para
darle consuelo, aun que de nada servía, pues todo se veía perdido.
—Pero… tienes pruebas ¿Aun así no te creyeron? —le preguntó Isabela apunto de
desplomarse.
—Lo siento, creí que podríamos ayudar si declarábamos en su contra, pero todo fue
inútil.
—No es su culpa, gracias por haber venido, lo apreciamos mucho. —les dijo Kevin con
una triste sonrisa.
—Esto no puede terminar así… debe haber algo más que podamos hacer. —exclamó
Isabela pensativa.
—Esto es tan injusto… —Eleonor comenzó a llorar, no podía imaginar a su hijo pasar
los mejores años de su vida en la cárcel, pagando un crimen que no cometió.
Los exámenes ya se habían realizado, solo estaban esperando los resultados para ver
si Liam seria encarcelado o no, Selene se encontraba muy pensativa y se mordía las
uñas mientras se reía, estaba orgullosa de lo que había hecho.
—Pobre niño bonito, debe estar revolcándose de miedo jaja… eso te pasa por haberme
rechazado, si me hubieras permitido entrar a tu vida yo te habría hecho muy feliz, es
una lástima que no haya probado tus labios, eso es de lo único que me arrepiento, pero
así aprenderás a no rechazar a nadie nunca más, tú vivirás tras las rejas mientras yo
me divierto por ahí jajaja.
Mientras Liam estaba sentado en aquella fría celda se puso a pensar en Isabela y se
llenó de nostalgia al imaginarse pasar su vida lejos de ella, él realmente quería cumplir
su promesa, quería protegerla de todo aquello que quisiera hacerle daño y en su
angustia recordó a Dany.
—Sé que cuidas a tu hermana y que de alguna forma la proteges, no sé si te
convertiste en su ángel guardián, pero ella cree que sí, aquel día cuando nos
despedimos de ti pudimos sentir un viento agradable, nunca había visto algo así,
envolvías por completo a tu hermana, recuerdo que ella me platicó que así te
manifestarías en su vida, como un viento suave, como un susurro ¿Ya te contó como
nos conocimos? Probablemente sí, pero ahora te diré cuál es mi versión, aquella tarde
me sentía realmente perdido, mi madre no mejoraba y las cosas con mi padre iban de
mal en peor, era uno de esos días donde ya no podía más, estaba cansado de ser
fuerte, de pretender que no me dolía, así que recordé que en el puente que estaba
cerca de mi casa un joven se había quitado la vida, así que tomé mi chaqueta y me fui,
una vez que estuve ahí, fumé tanto que una vez que me sentí listo pensé en tirarme de
ese puente, quería que el lago terminara de ahogar todas mis penas y cuando creí que
estaba listo, Isabela apareció, jaja, comenzó a regañarme y me sorprendí al ver que
ella también había estado llorando, creo que ella me salvó, si no hubiera aparecido yo
habría sido el segundo chico en tirarse de aquel lugar, estoy seguro que una brisa
ligera nos envolvió a los dos ¿Eras tú? Esa chica bonita me salvó… y me entristece
mucho la idea de no poder hacer nada para devolverle el favor ¿Y es que te confieso
algo? Ya no es una cuestión de saldar una deuda, realmente quiero estar con ella por
que la quiero siempre a mi lado, estoy enamorado de tu hermana tanto que no puedo
explicarlo…a estas alturas no sé si podré hacerme cargo de ella, pero por favor…
cuídala por mí…si es que no salgo de este lugar deja que encuentre a alguien más que
la proteja…pero para serte sincero…yo quiero ser ese alguien.
Liam lloró lleno de tristeza, estaba profundamente enamorado de Isabela y ya no podía
disimularlo, en ese momento un viento suave le rosó la mejilla y su piel se erizo de
inmediato.
—¿Dany?
En ese momento uno de los guardias se dirigió a él con estas palabras.
—Oye tú, levántate, parece que ya se determinó que es lo que pasará contigo.
Un par de horas atrás…
—Mi hijo va a pasar toda su juventud en prisión por un delito que no cometió, su padre
intentó sobornar a alguien y el muy idiota puede que haya perjudicado aún más las
cosas…esto es muy injusto. —Eleonor estaba sumergida en la desesperación e Isabela
no sabía que más hacer, se sentía frustrada y llena de miedo, le pedía con todas sus
fuerzas al cielo por un milagro y fue entonces que el milagro apareció.
—Vamos Eleonor toma un poco de agua. —le insistía Kevin mientras Isabela lloraba
con la cabeza metida en las rodillas.
—¿Por qué esa cara? tu novio va a salir de esta. —dijo una voz conocida que de
inmediato hizo levantar el rostro de Isabela.
—Camila…
Todos se quedaron sorprendidos con la presencia de Camila en ese lugar y al instante
Isabela se puso a la defensiva.
—¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres?
—Vine a ayudarles con este mal entendido. —respondió Camila con seriedad.
—Camila, por favor deja en paz a Isabela, ya le hiciste demasiado daño. —exclamó
Kevin parándose frente a ella.
—Ya lo sé… no vine a lastimarla, sino a enmendar un poco el daño que le hice.
—¿A qué te refieres? —le preguntó Isabela incrédula.
—Tengo pruebas de que la acusación de Selene es una farsa, con esta evidencia Liam
podrá salir de esto.