cuando cupido te odia

El regalo de la libertad

Después de pasar ese trago tan amargo, Liam e Isabela se unieron aún más,

fortaleciendo su amistad, su confianza y su cariño, gracias a la intervención de Camila,

Liam pudo ser liberado de esa terrible acusación y en cuanto a Selene, ella fue

encarcelada por sus aberrantes delitos y fue condenada, esa

mujer malvada moriría pagando sus crímenes.

 

—Gracias al cielo que esta pesadilla por fin se ha terminado, no me imagino lo mal que

debiste sentirte, si yo hubiera estado en tu lugar me habría vuelto loca, por un momento

la desesperanza nos consumió a todos, estoy muy feliz de que estés conmigo…digo,

con todos nosotros. —le dijo Isabela a Liam mientras estaban sentados en las bancas

detrás del jardín de su escuela.

Isabela tenia recogido el cabello y por los ensayos de la obra estaba algo despeinada,

sus mejillas estaban coloridas debido al calor, ya no podía seguir ocultando sus

sentimientos por él, se ponía nerviosa y se le trababa la lengua, todo lo que sentía era

realmente intenso, por otra parte, Liam no podía dejar de mirarla.

—¿Qué te pasa? De repente te quedaste callado jeje…eh… ¿Tengo algo en la cara?

Seguro me veo horrible. —exclamó Isabela apenada mientras se acomodaba el

cabello.

—¿Qué? No, es solo que te vez muy bonita. —Liam le dijo eso sin pensarlo y

rápidamente se puso rojo de la vergüenza.

—¿Enserio? Ay…no tienes que ser amable jeje, estoy toda sudada.

El corazón les latía con fuerza, la cercanía se había vuelto problemática, ninguno de los

dos se atrevía a confesar sus sentimientos, aunque para todos era evidente que se

querían.

—Isabela…

—¿Sí?

—Gracias por no abandonarme. —le dijo Liam con una tierna sonrisa y añadió.

—nunca olvidaré lo que hiciste por mí, habría entendido si hubieras dudado de mi

inocencia, pero no lo hiciste, te quedaste conmigo hasta el final.

—No tienes nada que agradecer, jamás te hubiera abandonado ¿Nos hicimos una

promesa recuerdas? Nos vamos a proteger toda la vida, el uno al otro.

Los ojos de Liam brillaron con intensidad, jamás había tenido a nadie como Isabela he

instintivamente la tomó entre sus brazos, haciendo que esta casi se desmaye.

—Mi preciada Isabela, nunca te vayas de mi lado, si te tengo conmigo me siento

invencible.

—Liam…

El perfume de Liam era delicioso, siempre olía así, sus brazos eran cómodos y

confortantes, Isabela quería permanecer en ellos para siempre, así que lo abrazó con

fuerza, quizás no se habían dicho te amo, pero sus cuerpos gritaban lo mucho que se

querían, sin darse cuenta se tomaban de la mano y parecían una pareja de recién

casados.

 

—¿Te molesta si te tomo de la mano por más tiempo? Me siento feliz cuando lo

hago—le preguntó Isabela a Liam mirándolo con sus tiernos ojos de venado.

—No me molesta. —le respondió Liam con una hermosa sonrisa.

Ya extrañaba esta sensación, la felicidad que uno puede llegar a sentir con las cosas

más simples, por primera vez después de mucho tiempo, me siento plena, sin miedo y

con la esperanza de un futuro mejor, un futuro a su lado, que hermoso es Liam para mí,

es tan cálido y sonriente, es como un rayo de sol cuando hace frio, similar a la brisa de

verano, tan impredecible, supongo que así es el amor, llega a nosotros cuando menos

lo deseamos, antes creía que cupido me odiaba, que se había ensañado conmigo,

haciéndome el objeto de un cruel y absurdo juego de ajedrez, pero ahora que juntó mi

destino con este chico increíble, me doy cuenta que no me odia tanto, solo estaba

haciendo su trabajo, mi primer amor fue mágico, jamás olvidare a Ivar, aprendí mucho

de él y de todo el dolor por el que pasamos, pero todo eso quedó en el pasado, mi

presente sin embargo es él, Liam, el chico engreído del que juré que no me

enamoraría y aquí estoy, tomando su mano, disfrutando de la vida que siempre anhele,

compartiendo mis sueños y mis metas con mi mejor amigo.

—¿En que estás pensando? —le preguntó Liam con curiosidad.

—Pensaba que por fin pude soltar mi pasado, creí que no podría hacerlo nunca.

—¿Hablas de Ivar?

—De él, de Dany, Camila, he incluso de mi madre, me di cuenta de que no podía sanar

si seguía aferrándome a ellos, al sufrimiento, tengo una vida llena de oportunidades por

delante, una donde mi pasado doloroso no tiene lugar.

—¿Y qué es lo que quieres hacer? Me refiero a Camila y a tu mamá.

—Me gustaría escuchar lo que tienen que decir, Camila me ha estado buscando y sé

que no se merece nada de mí, pero me pregunto si eso es realmente correcto, ella nos

ayudó mucho, quisiera pagarle ese favor y en cuanto a mi madre…no puedo seguir

ignorando sus mensajes, es mi mamá, sé que necesita hablar conmigo.

—Cuenta conmigo, te apoyare en todo lo que necesites. —le dijo Liam mirándola a los

ojos.

—¿Me acompañarías hablar con ellas?

—Por supuesto, en el momento en el que estés lista lo haremos, todo estará bien te

apoyare en todo lo que te haga feliz.

—Gracias, esta tarde… esta tarde hablaré con Camila, me encontraré con ella en el

café que está cerca de la escuela, ya es hora de enterrar todo este dolor.

Y así lo hizo Isabela, se quedó de acuerdo con Camila para hablar con ella, mientras

Liam las esperaba en la otra mesa, Camila había llegado una hora antes, estaba

 

sumamente nerviosa y una vez que vio a Isabela entrar a la cafetería su corazón se

detuvo.

—Isabela… viniste. —le dijo Camila con la voz entrecortada.

—Te dije que vendría… —era tan raro estar juntas de nuevo que ninguna podía




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