Jess es la chica perfecta, la hija que todo padre desearía, pero ella ya no quiere serlo. No quiere ser abogada, no quiere ser siempre la número uno y mucho menos niñera de sus hermanos menores, hermanos que la odian.
Jack es el chico famoso y guapo, el hijo engreído que hace y deshace a su antojo, desde niño cualquier cosa se le ha cumplido, claro que como todo monstruo, este le teme a uno más grande y es por eso que cuando algo se le es impuesto por su padre, el hombre a quien siempre obedece, al que le debe todo y con quien la culpabilidad le pesa, por primera vez no quiere hacerlo, por primera decide desobedecerlo.
Jess necesita dinero para ser libre. El baile es su elemento y no dejará que nadie se lo quite.
Jack necesita una novia para no salir con la guacamaya ruidosa, o como los demás llaman una actriz en ascenso. Él no quiere fallarle a su padre, pero tampoco puede evitarlo.
Jack se siente encerrado, atado por la culpa y no sabe dónde se encuentra la llave, ni siquiera quiere buscarla, pero quizá Jess pueda ayudarlo y él desaprovecharlo.
Ahora ambos se necesitan y ambos estarán de acuerdo en hacerse socios, un convenio en donde ambos obtendrán lo que quieren.
O quizá no...
Esta es la historia de Jess y Jack, la historia de como dos personas consiguieron su libertad.