Cuando deje de llover

CAPÍTULO 12

Después del desastre en el que se habían convertido mis bromas, ambos nos quedamos en silencio, ese silencio invadió la profunda oscuridad en la que nos encontrábamos en ese momento. Este lugar siempre permanece así, tranquilo e inmerso en oscuridad, las nubes grises le añaden un atractivo más. Quería romper el silencio, pero no tenía ni la menor idea de cómo hacerlo de alguna manera la incomodidad seguía abriéndose un espacio entre nosotros.

Las gotas de lluvia comenzaron a caer y no tenía ninguna intención de apresurar el paso, quería sentir la sensación del roce de las gotas al caer sobre mi piel así que me quite la chaqueta. Lo sabía, la lluvia me inquieta, era como si un desastre viniera junto con ella. Sin pensarlo tanto me adentre en el bosque. El tacto de las gotas de lluvia iba disminuyendo mientras me adentraba cada vez más a la profundidad del bosque.

-Bailemos- dije mientras trataba de expresar una sonrisa. No tenía ni la menor idea del porque la sensación de un dolor no físico se quería apoderar de mí.

“¿De qué hablas?” Killian expresaba un tanto confundido.

-Bailemos- volví a expresar. En un espacio abierto en donde las gotas de lluvia se intensificaban me posicione en el centro, coloque mi mano izquierda como si abrazara a alguien y mi mano derecha en la misma posición, pero a una distancia más baja de la mano izquierda. Comencé a dar vueltas, si, no tenía idea de cómo bailar, pero aun así traté de hacerlo.

“No sé qué quieres lograr con esto, pero, seré sincero, lo estás haciendo fatal” su tono de voz se sentía que volvía a la normalidad.

-Lo sé, tu solo relájate- Intensifique más y más los giros.

“No puedo disfrutarlo, siento que estoy comenzando a marearme” sonreí, las quejas eran el característico principal de Killian

“¿Qué insinúas con eso?” su tono de voz me decía que se estaba divirtiendo.

“bien, para, te diré como hacerlo. Aunque yo tampoco soy un experto”. Me detuve, en ese instante las gotas de lluvia parecían furiosas. Golpeaban un poco más fuerte de lo habitual mi piel.

“De nuevo, pon tus manos en la posición anterior y endereza tu espalda”. Seguía cada una de sus instrucciones.

“Mueve tu pie derecho hacia atrás y haz que el izquierdo lo siga, ahora el pie izquierdo adelante y haz que el derecho lo siga”. Lo decía tan seguro, pero esa seguridad no impedía que dudara de estos pasos de baile, si es que se le pueden llamar así.

“ahora hazlo rápido y con ritmo”. A pesar de las dudas le obedecí.

- ¿Qué clase de baile es este? Ahora soy yo quien tiene ganas de vomitar- exprese con una sonrisa y no, en esta ocasión no era fingida.

“No puedes negar que es más divertido”- Killian no podía controlar sus carcajadas.

-porque tengo el presentimiento que esto es una broma- aunque sabía que lo era intensifique la velocidad y el ritmo y ahora a eso le agregaba algunos giros.

“Tu, tu, tu, da, da, da, pf, pf, pf”. Los ruidos extraños comenzaron a provocar carcajadas en mí.

“Alguno de los dos debía de agregar música”. Ambos comenzábamos a enloquecer, pero las locuras son las más divertidas.

Este baile, esta alegría, las risas, las idioteces, podían continuar por la eternidad, mi cuerpo no se cansaría nunca despues de todo.

No sé exactamente cuánto tiempo tardamos con esto, pero estaba consciente de que ya era hora de parar. Me detuve y me tire al pasto de un solo golpe, me quede observando ese cielo gris.

“Diría que estoy exhausto, pero estaría mintiendo”. En este momento los chistes absurdos de Killian me parecían graciosos así que no pude evitar soltar una pequeña risa.

-si fuera humana yo también lo diría- solté sin pensarlo. En este momento a ambos nos provocaba risa cualquier sonido o palabra que saliera de mi boca o de mi mente.

La lluvia ceso, y esas nubes grises poco a poco iban desapareciendo, esta era la primera vez que veía la luna en este lugar. Una luna llena brillante que comenzó a iluminar poco a poco este lugar. Observe las copas de los árboles. Sus hojas aun tenían pequeñas gotas estancadas en ellas. La luz de la luna les daba un brillo exquisito como si estuviéramos presenciando el paisaje de un cuento de hadas. Ambos nos limitamos a observar todo a nuestro alrededor.

“Los paisajes que se crean después de la lluvia son de lo más sublime”. Killian y yo teníamos un vocabulario limitado como para expresar la belleza que teníamos en nuestras narices. Así que entre risas simplemente le solté un sí.

“Mi vocabulario no es tan limitado como el tuyo” y aquí vienen, de nuevo las bromas pesadas.

“Limitémonos mejor a seguir observando el paisaje”. Estaba más que de acuerdo con él. No era momento de salir con bromas pesadas cuando nuestra primera pelea si le podemos llamar así fue a causa de este tipo de bromas.

Seguimos observando el paisaje el cual no podríamos observar por siempre ya que en este lugar es un milagro cuando el cielo se despeja.

Las emociones y sensaciones comenzaban a sentirse extrañas dentro de mí, y estaba segura que no era solo yo, era como si ambos comenzáramos a cambiar, o a madurar ¿Cómo un simple baile y un maravilloso paisaje te puede hacer cambiar tan drásticamente? O tal vez, simplemente éramos buenos fingiendo emociones. Estábamos en un punto de confusión, confusión genuina. Puede que sea solo el momento, pero la confusión de nuestras emociones es magnífica. Las risas de ambos comenzaron a salir sin parar.



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En el texto hay: vampiros

Editado: 20.03.2024

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