Cuando Dios me quito la pierna

Prologo

Hay decisiones que uno nunca pensó tener que tomar. Hay noticias que te parten la vida en dos. Y hay silencios tan profundos, que solo Dios puede habitarlos.

Cuando me dijeron que perdería mi pierna, sentí que el mundo se detenía. Me pregunté si podría volver a caminar, a trabajar, a jugar con mis hijos, a servir en mi parroquia… a vivir. La respuesta no llegó de inmediato. Llegó en medio del dolor, del silencio, del llanto, de la incertidumbre, el caos y del miedo. Pero también llegó con una certeza que creció dentro de mí como una semilla bajo tierra: Dios no me estaba castigando… me estaba llamando.

Este libro no es una historia de lástima. No es una crónica de dolor ni una lista de quejas. Es el testimonio vivo de lo que Dios puede hacer cuando uno lo deja entrar en lo más profundo del alma. Es la historia de cómo, perdiendo una parte de mí, pude reencontrarme con mi propósito, con mi fe, con mi familia y conmigo mismo.

Aquí comparto mi camino antes, durante y después de la amputación. Un camino lleno de tropiezos, sí, pero también de milagros cotidianos. De médicos y enfermeras que fueron ángeles. De oraciones que me sostuvieron cuando yo ya no podía hacerlo por mí mismo. De una comunidad que no me soltó la mano. Y, sobre todo, de un Dios que, aún cuando yo no entendía, ya estaba obrando.

No escribo estas páginas para que me admiren. Las escribo para que sepas que no estás solo. Que si has perdido algo —una parte de tu cuerpo, de tu historia, de tu alma—, aún puedes levantarte. Aún puedes creer. Aún puedes vivir.

Porque cuando “Dios te quita algo” … es porque está por darte algo mucho más grande.

Bienvenido a esta historia que no es solo mía: es también un poco tuya, y mucho de Él.

Erik Sosa




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