Cuando él no esta

Cuando él no está ...

Es que cuando él no está... O sea, no. Yo siento que nada es igual cuando él no está. Siento que me falta algo cuando él no está. Hago como si jamás fuera a regresar, como si una parte de mí se hubiera ido con él. Como si me estuvieran arrancando una gran parte de mi corazón, una gran parte de mi alma y espíritu. Es como si dependiera de él de una manera en la que, si él algún día dejara este mundo antes que yo, se estaría llevando completo mi corazón.

Oma se quedó dormida pensando en todo lo que habló con el océano. Ella sentía que él la escuchaba, junto a las gaviotas que se posaban en las piedras y las caracolas que ella usaba para escuchar el mar que la acompañaba.

En plena madrugada, Emanuel llegó y se sentó a su lado. Una de sus manos se posó en su cabello, acariciándolo suavemente. Él acarició su espalda, bajando con sus manos, y luego se agachó un poco y le susurró al oído: "Estoy aquí contigo".

Los ojos de Oma se abrieron de golpe, mirándolo, y fuertemente lo abrazó en un beso apasionado. Los dos se perdieron acariciando sus cuerpos, la ropa volaba y caía al suelo, y un momento erótico de nuevo estaban viviendo.

Ella se susurró al oído: "Cuando tú no estás, siento que en mi cama falta algo de más".

Hicieron el amor sin apuros y sin mordidas, solo fueron caricias, besos en el cuello, en el pecho, en los labios, o incluso en el medio de sus piernas. Lentos masajes en los hombros y lentos movimientos de pasión. Él se recostó en el pecho de ella, inhalando el aroma de su piel, diciéndole: "No sabes cuánto te extrañé".

Ella se durmió junto a Emanuel.

Cuando no estás, nada es igual, pero ahora que has vuelto, juntos veremos el océano... ♡




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.