Raegan.
Mis padres me habían encargado hacer unas compras para la casa después de la escuela, y necesitaba ayuda, asi que Axel accedió a ir conmigo.
—¿Cuánto nos falta? — pregunté mirando la calle.
—Según Google Maps, tres cuadras— contestó mi hermano—. Tres cuadras y a la derecha.
Seguí las indicaciones.
—¿Y qué tal tu día de clases?, Aline me dijo que hoy tendrías tus clases avanzadas— comente.
—Normales, nada fuera de los normal— se encogió de hombros.
Axel no es muy comunicativo que digamos, siempre ha sido más reservado que el resto de la familia. Mama suele discutir mucho con él por eso, en cambio papá y yo lo dejamos ser, y Aline, bueno de todos, ella es la que mejor entiende al castaño. No por nada son mellizos.
—Y encontré a la compañera perfecta para la materia— finalizo.
—¿Ah sí?, ¿y cómo es?
—Es bastante inteligente, pero también demasiado curiosa, y no lo disimula tan bien como ella cree. Me senté con ella hoy.
—Sí, ya veo que te va a agradar— no pude evitar reír.
—De hecho, me agrada, ya la había conocido— sentenció Axel.
Estacione el auto fuera del gran market, mamá quería que lleváramos unas cosas que había visto ayer y no logro comprar. Bajamos del auto entramos a la gran tienda. Después de buscar y buscar, logramos encontrar todo lo que nos pidió.
—Demonios— susurró Axel viendo su celular.
—No me digas que es Aline— le dije.
Este solo tecleó la pantalla sin emitir sonido, al terminar guardó su celular.
—Hoy tenía que conocer a mi tutor o tutora— comentó el después de uno segundos.
Ya habíamos hablado de eso durante la cena. Axel es, literalmente un genio de la ciencia siempre estuvo en talleres avanzados y gano diversos concursos y ferias científicas. Cuando nos mudamos, papá averiguo que Perkins High tenía una excelente área de ciencia, Axel no dudo en apuntarse, y cuando nos matricularon, la subdirectora no paraba de hablar sobre una persona que sería la compañía perfecta para mi hermano en la materia. asumo que esa persona podría ser su tutor/tutora.
—Le pedí a Aline que fuera a representarme.
—Creo que notaran la diferencia, solo por un par de cosas— reí
Axel me hizo una mueca y murmuro un tonto, molestar a Axel se me hace tan divertido. Tomo un paquete de gomitas de sobre una pequeña estantería llena de dulce. Se las lleva a su melliza, igual que siempre.
Después de comprar todo lo que mamá pidió, lo dejamos en el maletero y entramos en el auto. Conduje en dirección a casa.
—¿Y qué tal tú?, ¿entraste al equipo de Lacrosse?
Axel me miró
—Las pruebas son mañana, pero tengo el apoyo del capitán y un defensa, creo que estaré bien.
—¿El gran Raegan Hawthorne está dudando de sí mismo? — se burló.
—No soy un presumido como otros— contesté.
—Lo que digas.
Mi vida siempre ha estado ligada a los deportes, desde que acompañé a papá a unos de sus entrenamientos de basquetbol, supe que los deportes eran lo mío. Desde los ocho he practicado diversos deportes, pero mis favoritos son el futbol y lacrosse. En nuestra antigua escuela era el capitán del equipo de futbol, casi siempre ganábamos. Pero las cosas cambiaron cuando transfirieron a papá a Perkins.
La vuelta a casa fue mucho más rápida que la ida, aun no nos adaptábamos del todo a la nueva ciudad. Con Axel bajamos las compras del auto y entramos en la casa.
—¿Crees que Aline ya haya llegado? — le pregunté a mi hermano.
El ruido de una silla correrse por el suelo se escuchó desde la cocina.
—Seguro que si— respondió.
Escuchamos la puerta de la cocina abrirse, seguido por los pasos sonoros de Aline. A pesar de estar de espalda, era fácil saber que era mi hermana, es la única en la casa que ocupa botines con tacón ruidoso.
—Espero que me hayan traído algo— comentó.
—Sabía que estarías de caprichosa— Axel volteo, se quedó callado unos segundos —. Tenemos visita.
¿Visita?, que yo sepa, Aline y Axel aun no hacen amistades, al menos yo lo intento. Me gire para ver a nuestra inesperada vista.
—¿Raegan? — dijo mi nombre con demasiado asombro.
Hannah.
—Hola de nuevo, Chica ciencia— sonreí levemente.
—¿Chica ciencia?, ¿se conocen? — inquirió Aline.
—Compartimos clases— explicó la pelirroja.
De verdad me sorprendió su presencia en mi casa, pero era una buena sorpresa. Aline y Hannah son amigas.
—Es lindo verte aquí— la miré fijamente, analizando su rostro—. Pero me intriga el por qué.
—Ah…yo…bueno…—
—Es mi amiga— contestó mi hermana—, y la tutora de Axel.
Axel le dirigió la mirada. —Bien.
Asi que la linda chica pelirroja es la tutora de mi hermano, de seguro ella es la chica de la que me habló.
—Asi que tutora, es bueno saberlo— no pude evitar observarla.
Hannah lucia nerviosa, a punto de tener un colapso.
—Debería irme— camino rápidamente hacia la puerta—. Gracias por todo Aline, nos vemos mañana todos.
—Pero Hannah…— las palabras de Aline quedaron en el aire cuando la pelirroja salió como un rayo por la puerta.
—Definitivamente no sabe disimular— declaro Axel llevando algunas bolsas a la cocina.
Rei levemente. Me encontré con la mirada fija de mi hermana menor.
—¿Qué?
—Nada, nada— canturreo y miró el perchero—. ¡Dios!, olvido su mochila.
Aline tomo la mochila beige colgada, tenía un pequeño pompón blanco colgando de uno de los cierres.
—Debería ir a dársela.
—No te preocupes, yo voy— le dije, ella me miró de la misma forma que hace unos segundos—. ¿Ahora qué?
—Nada, nada— volvió a canturrear y me tendió la mochila—. No la molestes.
—De acuerdo— tome la mochila y camine a la puerta.
Aline tomo las bolsas restantes y las llevo a la cocina. Miré por la mirilla de la puerta antes de salir. La pelirroja estaba mirando hacia la puerta para después respirar profundamente y caminar en dirección a la casa.