Hannah.
—¿Y cómo estás?, siento que no hablamos hace mucho— dijo la chica a través de la línea.
—Bien, llevando a flote mi vida— reí levemente—. ¿Y qué tal tus?, ¿Cómo están mis primos y tíos favoritos?
—Aduladora— comentó mi prima riendo—. Todos bien, Dani aún está nervioso por estar en noveno, pero Chris y yo lo estamos manejando.
—Pobre Dani, ¿y Agus?
—En sus clases de pintura, se ha obsesionado más que nunca con pintar las estaciones del año en paisajes.
—Me alegro de que estén bien, Clau.
—¿Por qué tengo la sensación de que quieres decirme algo? —indagó.
A veces pienso que Claudia es una bruja, siempre sabe cuándo a Heather o a mi nos pasa algo, solo con hablarnos.
—No es nada.
Y no mentía, la verdad aun no entiendo que es lo que me pasa con Raegan. O por lo menos de eso trato de convencer a mi cerebro.
—Digamos que te creo, asumo que después me contaras, Hannah.
—Siempre dices lo mismo— me queje.
—Es la verdad, me dirás tarde o temprano, curiosamente siempre escoges tarde— ambas reímos—. Debo colgar, debo ir con mamá y papá a una reunión.
—Suenas emocionada por ir.
—Ni te imaginas cuanto— podría jurar que volteo los ojos—. Adiós prima, saluda al tío Edgard y Heather de mi parte.
—Adiós, saludos a todos y sonríe en las fotos— me burle.
—Que graciosa, Bye— lanzó un beso por la línea y colgó.
Había extrañado hablar con Claudia. Estacione el auto frente a la casa y baje, para mi sorpresa Heather y papá estaban en la sala de estar.
—¡Al fin llegas! — chilló la pelirroja—. ¿Por qué tardaste tanto?
—Hoy comenzaban las tutorías— expliqué.
Prefiero ahorrarme el tema de Aline y Raegan, por lo menos por ahora.
—¿Por qué tan arreglados? — miré la ropa de ambos.
—Tu tía Maggie con su familia viene hoy— dijo papá, cerré los ojos con fuerza—. Lo olvidaste, ¿verdad cariño?
¡Santa Virgen!, ni siquiera recordaba que habíamos hablado de esto.
—Me cambiare rápido— corrí a las escaleras.
Entre a mi habitacion hecha un rayo, Pelusa estaba sobre mi cama, con las patas estiradas mientras movía la cabeza lentamente por mi polerón de dormir. Abrí el closet y busqué un atuendo decente para la cena. Margaret es la hermana mayor de papá, y siempre ha sido un pilar firme y presenté en nuestra familia, sobretodo en el último tiempo. Una vez al mes viene junto a su esposo y sus hijos a cenar a casa, según ella para no perder contacto, aunque sabemos que en verdad viene para asegurarse de que estemos bien, que no hemos vuelto a caer.
Tomé uno de los vestidos floreados y unos pantis color crema, me puse los primeros botines que encontré y comencé a peinar mi cabello. Baje las escaleras mientras terminaba de ajustarme el moño.
—¡Vaya!, solo tardaste cuatro cinco minutos, eso es un récord— comentó Edgard con diversión—. Asi que la excusa de que tardan horas en arreglarse es falsa.
—No lo es, no tomamos el tiempo necesario— contestó Heather—. Ven Hannah, déjame arreglar un poco ese moño.
Heather se paró detrás de mí y comenzó a ordenar mi cabello. Esta simple acción me trajo recuerdos, cuando éramos más pequeñas y mi cabello estaba en una etapa de rebeldía máxima. Heather solía trenzar todos los días mi cabello para ir a la escuela, ya que papá era un asco haciendo moños, trenzas ni decir.
—Ahora si— comentó mi gemela con una sonrisa —, igual que de pequeñas.
Le sonreí en agradecimiento y ayudamos a papá a ordenar la mesa. Tía Maggie llego junto a tío Carl y sus hijos, Tanya y Brent. Después de los largos saludos y hacer comentarios sobre como habíamos crecido o como estaba la escuela, pasamos a la mesa. tía Maggie había traído su estofado de pollo a las hierbas, el favorito de papá y Heather.
—¿Cómo van las cosas el Perkins High?, imagino que deben estar viendo el tema de las universidades— habló tía Maggie.
¿Por qué, de todos los temas que existen en el mundo, tuvo que hablar de ese?
—La verdad la escuela no ha hablado de eso, primero quieren llevar a cabo el baile de bienvenida, después se hablará más a fondo de las postulaciones universitarias— comentó Heather.
—Aburrido— soltó Brent, ganándose un golpe de Tanya.
—¿Tienen alguna universidad en mente?, yo estoy viendo cuales me favorecen.
—Tanya, aun te falta un año para ver esos temas— le dije, la castaña me miró.
—Prefiero ver los pro y contras de cada una, sobre todo si decido irme de aquí.
—Pues yo solo tengo pensada la universidad estatal, tendría que hacer un pacto con el diablo para entrar a Yale— papá se atraganto con su jugo al escuchar a Heather.
—No digas esas cosas Heather, Dios te está escuchando— decir que tía Maggie es bastante creyente es poco—. ¿Y qué hay de ti, Hannah?, ¿Qué universidades tienes en mente?
Georgetown.
Mi cabeza repetía constantemente el nombre de la universidad de mis sueños, pero otra parte de mi sabía que no debía decirla, nadie debía saberlo.
—La verdad encuentro interesante la universidad estatal, tienen un buen programa de ciencia— evite la mirada de todos, fijándome en el pollo en mi plato.
—¿Estas segura, querida? — odio cuando tía Maggie hace eso, asentí.
La cena siguió su curso con normalidad, papá y tío Carl hablaban de deportes con Trent, tía Maggie y Heather comentaban algo de ¿Michael Jackson?, no estaba segura, Tanya estaba inmersa en su celular, de la misma forma que yo en mi mente.
¿Algún día tendré la valentía de decirle a papá que mi sueño es irme de la ciudad, olvidarme de todo y hacer lo que realmente quiero?, puff, que va, eso no pasara, porque sé que no se lo diría, no podría. Mi celular sonó, lo tome de la orilla de la mesa y casi doy un grito cuando veo de que se trata.