Cuando estoy triste, no tengo miedo

Capítulo 4

Siempre creí en los fantasmas.

Mientras estaba en la cama y miraba por el pasillo, me aterraba el imaginar que allí hubiera algo, observándome, esperando el momento en el que cerrara los ojos para abalanzarse sobre mi.

El latir de mi corazón se anclaba con fuerza en mis oídos, como si ese fuera el sitio de aquel órgano.

Pero, cuando estoy triste, no tengo miedo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.