Capítulo: 11

Alessia:

—Por favor, Ander, ayúdame a encontrar a mi bebé —dije derramando unas lágrimas—No sé si tiene frío o hambre, si está sola o si en verdad está muerta.

—Lo prometo, si esa niña está viva como imagino, lo voy a averiguar.

—Pero cómo—cuestioné y en el fondo me moría de miedo de que fuera verdad lo que nos habían dicho, moría de miedo de que nos estuviéramos haciendo falsas expectativas y de que mi bebé estuviera muerta como todos decían.

—Primero voy a ir al área de adopción del hospital. Si hay algún bebé síndrome de Down en este hospital con el mismo tiempo de Antony es lógico que es nuestra niña —exclamó besando mi frente.

—Ve ahora, por favor —le pedí abrazándolo con fuerza y él salió de donde estaba.

—Dios mío, por favor, has que mi niña esté sana y salva y que la encontremos —imploré con el rostro lleno de lágrimas cuando me había quedado sola. Cerré los ojos y venían a mi mente miles de pensamientos de como había imaginado que sería mi hija, la imaginé entre mis brazos y dando sus primeros pasitos, la imaginé jugando con su hermano y de mis ojos no paraban de salir lágrimas, aquella situación tan dolorosa era una pesadilla para mí. 

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—Quiero hacerle una pregunta —pronunció Ander llegando a donde estaba una de las enfermeras recepcionistas del Hospital.

—Lo escucho. —respondió la chica mirando unos documentos sin prestarle mucha atención.

—Estoy interesado en adoptar un bebé y quisiera saber cuáles bebés... —intentó explicarle Ander.

—Lo siento —interrumpió la enfermera a mi hermano levantando la vista hacia él—, pero en los últimos tres meses no se han estado dando bebés en adopciones en este hospital.

—¿Por qué? —preguntó con curiosidad poniendo los ojos pequeños.

—Recorte de personal, el director cerró el área de adopción, al menos eso fue lo que dijeron—respondió ella volviendo la vista a los documentos que analizaba. 

—¿Y los bebés que los padres quieren dar en adopción? —cuestionó Ander.

—Son trasladados a otro hospital—respondió la enfermera.

—¿A cuál hospital? —cuestionó Ander y la chica bajó sus espejuelos, mirándolo más de cerca.

—Para qué quieres esa información.

—Porque quiero adoptar un bebé —respondió él tragando en seco—y si sé a qué hospital los llevan, puedo saber dónde hay bebés.

—Mm—dijo ella recostándose al espaldar de la silla—esa información solo la tiene el director del Hospital —respondió mirando a mi hermano de arriba a abajo, ya que era bastante atractivo y donde fuera que llegara su presencia se hacía notar.

—Gracias linda —dijo guiñándole un ojo y se alejó de allí.

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—Maldita sea—murmuró Ander parándose en la terraza y encendiendo un cigarrillo.

—Deberías ir a casa a descansar —pronunció Magdiel acercándose a donde él estaba.

—No me voy de aquí hasta que no me lleve a mi hermana y mi sobrino conmigo y un informe detallado de quienes estuvieron presentes en la cesárea de mi hermana y los papeles de la autopsia de la niña.

—Uf—suspiró Magdiel—en este momento en el que debería estar más unida la familia para apoyar a Lisi solo estás creándoles falsas expectativas.

—¿Qué falsas expectativas?

—Crees que ese bebé está vivo —respondió y Ander sonrió.

—¿Quién te dijo que creo eso? ¿Quién?

—¿Si no por qué estarías pidiendo esos papeles?—respondió Magdiel.

—Puede ser porque quiero saber si hicieron algo mal que provocó la muerte de mi sobrina —dijo Ander mirándolo tranquilamente mientras soltó una bocanada de humo en el rostro de Magdiel—pero tu miedo te delata —agregó.

—No te tengo miedo, no hice nada, crees que me robaría a esa niña poniendo todo lo que tengo en juego —agregó.—¿Qué ganaría con eso? —cuestionó y Ander lo miró con odio pues tenía claro que Marcos nunca había querido a esa pequeña e incluso me había presionando para que abortara. 

—¿Y los papeles entonces?

—Te lo daré cuando me llegue una orden legal, no te tengo miedo Ander y no eres nadie para venir a mandar en mi hospital.. Es que no, ni siquiera eres alguien para tu familia, es mi hermano el que tiene que ayudar a tus padres económicamente —expuso Magdiel.

—Ayudo a mis padres en lo que puedo, tengo un trabajo honrado y no extorsiono a nadie—respondió Ander—pero no te preocupes, pediré la orden legal—terminó diciendo tirando el cigarro al piso y aplastándolo para luego alejarse de allí. Magdiel tomó su teléfono y le marcó a su hermano mientras le temblaban un poco las manos.

—Ander sigue dando problemas y va a solicitar una orden legal—dijo a penas su hermano atendió su llamada.

—No tienes que preocuparte por ese imbécil, voy a librarme de él, solo estoy esperando el momento adecuado —respondió Marcos.

Ander se quedó parado en la puerta, observando como cargaba a mi bebé.

—Su esposa es una mujer muy fuerte, con el parto tan complicado que tuvo y ya está prácticamente bien —le comentó una enfermera que salía de donde estaba.

—No es mi esposa—rió Ander y la enfermera le sonrió mirándolo con un poco de picardía.

—Es que desde hace unos días siempre te veo aquí y por eso lo pensé —dijo intentando sostener la conversación y él pasó su mano por su barbilla.

—¿Estuviste en el parto de mi hermana? —cuestionó él.

—Yo no, pero una amiga mía que es enfermera me lo dijo —afirmó la chica.

—¿Cuál de ellas? —preguntó mirando a donde estaban afuera las enfermeras conversando.

—Ninguna de ellas. Salió de vacaciones al otro día de la cesárea de tu hermana .

—¿Tienes su dirección? —preguntó y la chica se quedó en silencio.

—Se llama Mary, pero no puedo darte su dirección.

—Uf, que mal, solo quería agradecerle por todo lo que hicieron por mi hermana y mi sobrina y llevarle un regalo.

—Es que... —Intentó negarse la chica, pero él la interrumpió.

—¿Qué tal si tomamos un café cuando termine tu turno?—dijo y la chica sonrió sin dar respuestas, Ander era muy bien parecido. —Tienes una sonrisa muy bonita —pronunció él mirando sus labios—. Tomamos un café y me ayudas a elegir qué regalos le gustan a tu amiga, pero no le puedes decir nada. Este va a ser nuestro secreto—murmuró luego de acercar su rostro un poco más al de la chica. Me das su dirección y se lo envío.