Desde hace ya un año y medio que Elisa y Matías comenzaron a salir y todo su círculo de amigos sabían que eran felices los dos juntos.
Hace una año que los dos hablaron con los padres de la pelinegra, quienes los habían recibido con una cena deliciosa y mucho cariño hacia su yerno, a quien, en definitiva lo consideraron como un miembro más de la familia.
Y de igual manera tuvieron una cena con el señor Igarashi, quién no fue grosero con Elisa, pero tampoco fue que la haya recibido con mucho entusiasmo, Simplemente cenaron, charlaron un poco y con la misma expresión de seriedad, el padre de Matías se retiró sin más.
Matías había tomado eso como algo positivo, siempre que alguien o algo no le agradaba a su especial padre, lo obligaba a dejarlo o intentaba persuadirlo con que eso lo dañaría, pero como no dijo nada a cerca de su novia, ambos lo consideraron como si aceptara su relación.
Sin embargo, Elisa había notado ciertas actitudes que su novio no; el señor la veía de manera inquisitiva, casi como amenazándola de que si algo le ocurría a Matías, sería su culpa.
Matías había declarado que la presentación con ambas familias había sido un gran éxito.
Elisa se esforzaba lo más que podía para ganarse a su suegro, claro, cada vez que se encontraba en casa. Pero este seguía con su misma expresión seria.
Hace seis meses que Matías había declarado en una entrevista de la revista Sur la Corde Raide, que ya tenía pareja y que era ni más ni menos que la señorita Elisa Lombardo.
¿Por qué? Bueno, todo comenzó en sus sesiones de fotos, cada vez eran más las chicas que le coqueteaban. Todas aquellas modelos quienes por mucho tiempo persiguieron al joven Igarashi, incluso una de ellas causó una de sus más dolorosas peleas; en sus sesiones de fotos, para una marca de ropa interior, más específicamente Calvin Klein, ella había entrado a su camerino completamente desnuda, mientras tenía una video-llamada con Elisa.
Pero Matías ni siquiera la observó con morbo, simplemente la apartó y se vistió de inmediato, yendo así rápidamente a la casa de su querida princesa, para poder aclarar ese malentendido.
Así que, sin consultarlo con ella, hizo pública su relación, pensando que así, sus problemas acabarían de una vez por todas.
Pero no sucedió así...
La realidad fue... que todo se complicó aún más...
Los coqueteos hacia el chico disminuyeron notablemente, pero las críticas no tardaron en hacerse notar.
Esa misma noche ellos dos habían salido a dar unas vueltas por la hermosa ciudad del amor, habían recorrido los Campos Elíseos, habían pasado frente a la Pirámide del Museo del Louvre, y finalmente habían subido hasta la parte más alta de la Torre Eiffel.
Luego de tanta alegría ambos fueron a la casa del chico, que los esperaba con una deliciosa cena, para finalmente irse a dormir y caer en los brazos de Morfeo.
A la mañana siguiente, ella había despertado por cada mensaje que veía en su teléfono, cada uno peor que el anterior...
"¿Quién rayos es esta tal Elisa Lombardo? ¡Exacto! Nadie sabe la respuesta a esa pregunta, ya que esa chica apareció de la nada en la vida del joven modelo. No se sabe nada, como tal vez ¿Cómo se conocieron? o ¿Qué vio él en ella?"- Escuchó ella en uno de los programas de la televisión acerca de críticas de moda.
"¿Una estilista? ¿Qué es esto? ¿La princesa y el sapo, pero con los papeles invertidos?"- Leyó un comentario en Twitter de otra diseñadora muy cercana a los Igarashi.
"Vaya, en pleno siglo XXI y todavía hay niñas sin aspiraciones que buscan chicos con dinero para poder mantenerlas."- Comentó un conductor de programa de chismes.
"Si yo fuera Darío Igarashi, me cuidaría las espaldas y sobre todo la de mi hijo. Si ella salió de la nada, es más que obvio que está buscando algo más que el amor del muchacho."- Dijo una chica del mismo programa.
Y las críticas hacia ella y su familia no paraban ni en la televisión, o en Facebook, Twitter e incluso las pocas fotos que subían a Instagram.
Todo eso era muy doloroso para ella.
"¿Por qué todo el mundo me odia?" Era la pregunta que siempre se hacía cada noche antes de irse a dormir.
Todas las personas la odiaban, en especial las mujeres, le tenían un odio severo que le hacía replantearse que lo mejor sería terminar con aquella relación.
No obstante, había una enorme razón por la cual no lo hacía...
-¿No debería ser yo lo primero que deberían ver tus hermosos ojos al despertar?- Dijo Matías a la vez que la abrazaba por la cintura y repartía pequeños besos sobre su cuello hasta llegar a su mejilla.
Elisa se alarmó al pensar que él estuvo viendo lo mismo que ella en la pantalla de su teléfono, así que inmediatamente lo bloqueó y lo escondió bajo la almohada.
Había recibido ya bastantes llamadas y mensajes de odio, por lo que tendría que cambiar de chip, nuevamente por quinta vez en al rededor de seis meses.
Se giró a verlo algo nerviosa y le sonrió.
-Perdona mandarinita, pero como anoche me secuestraste de mi casa, debo revisar si no hay alguna llamada de mis padres.- Fue la mejor excusa que se le pudo ocurrir. Acarició su mejilla y después ese cabello castaño que tanto le encantaba acariciar.