Cuando la elección es solo una

45.2

¿Cuál fue su reacción? Es difícil de decir. Al principio, a Victoria parecía que se le había paralizado la lengua. La chica me miraba con ojos enormes y no sabía cómo comentar sobre mi situación.

Mi amiga ama las aventuras, pero se nota que mi historia la impactó mucho. Fui infiel porque me dominaron sentimientos que llegaron de la nada y me hicieron olvidar todo. Absolutamente todo.

- ¿Y cómo vas a actuar ahora? ¿Tiene sentido casarse con alguien a quien no amas?

- ¿Y qué opciones tengo? - le pregunté.

- Luchar por tu felicidad, si es así. No puedes arruinarte la vida.

- ¿Y el niño? No quiero destruir una familia ajena.

- Zoya, en realidad tú ya la destruiste. Ahora ese Maxim vive con una mujer a la que no ama, y un niño definitivamente no hará que su relación sea más fuerte. Solo la debilitará. Apenas nazca, su matrimonio se romperá en pedazos.

En parte, Victoria tenía razón, pero por otro lado, no estaba de acuerdo con ella. Maxim no va a dejar a Larisa en un momento tan difícil. No es un cerdo para hacer algo así.

- No lo sé, - le respondí a mi amiga.

- Y tu matrimonio también se desmoronará. No podrás vivir mucho tiempo con Vlad. Los sentimientos pueden tomar el control. No descarto que esto sea solo un capricho, y con el tiempo, la atracción hacia él desaparecerá.

- Quizás, lo último, - dije yo.

-Y a mí me parece que...

- ¡Victoria! - le lancé una mirada descontenta.

- Está bien, me callo, - entendió mi irritación la amiga. - Mejor cambiemos de tema, que ahora vamos a pelear.

- Sin dudas. Aquí en el trabajo tampoco falta la tontería. Me dejaron sin premio porque me negué a acostarme con el hijo del jefe, que empezó a llorarle a su padre que yo hacía informes malos.

- ¡Vaya! El premio es serio...

- Ni lo digas. Ahora necesito mucho dinero, y aquí estoy con estas tonterías. Este Iván es peor... Ni sé con qué compararlo. Él solo sabe embaucar a las chicas y llevarlas a la cama por una noche. Aún no entiendo cómo alguien puede caer en su juego. Se nota que es un mujeriego.

- ¿Y es guapo? - hizo una pregunta bastante extraña Victoria.

- Bueno, tiene una cara bonita.

- ¿Y tienes una foto?

- ¿Para qué la quieres?

- Quiero ver qué tipo es.

Encontré la página de Iván en las redes sociales y se la mostré a Victoria. Los ojos de esa chica brillaban. Ella había ideado alguna aventura. Eso es seguro.

- Pelirrojo, pero no está tan mal - dijo la morena. - ¿Dices que le gusta romper corazones de chicas?

- Sí, ¿y qué? No me gusta tu reacción. ¿Qué estás tramando?

- ¿Y si me enamoro de este millonario y lo dejo? Que se entere de lo amargo que es cuando te usan.

La risa me invadió. ¿Hacer que Iván sienta algo por ella? Eso es imposible. Él es tan insensible, como un pan que ha estado al sol durante un año.

- Temo que no sea una buena idea. Él es un verdadero conquistador. Puede que te engañe también.

- No, no - rió Victoria. - Yo soy una verdadera piraña.

- Temo que te cause dolor.

- No te preocupes - sonrió mi amiga. - Dime, ¿dónde puedo encontrarlo?

Al principio no quería hablar, pero luego cedí. Dije la dirección de nuestra empresa y el lugar aproximado donde estaciona su coche.

- Ahora generalmente anda en un auto deportivo rojo, - dije.

- Pues lo reconoceré de alguna manera.

- ¿Estás segurísima de que quieres meterte en eso?

- La vida es muy corta. Al menos tendré algo de qué acordarme.

- Bueno, ten cuidado, porque no quiero estar calmándote dentro de unas semanas.

- No necesito que me calmes, pero Iván sí. Le voy a mostrar a este mamarracho dónde se esconden los cangrejos, - dijo Victoria. En su rostro había un aire triunfal. Pero todavía es muy pronto para que él esté ahí.



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 25.12.2024

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