Cuando la guerra termine

Capitulo 1

Nancy

Recuerdo esa vez que lo conocí, éramos solo unos niños jugando en la plaza con otros chicos y no sabíamos lo que el destino quería para nosotros dos, Alaric siempre había sido un chico alegre, me gustaba bailar y cantar, por lo que él se esforzó por aprender a tocar el piano, tan solo teníamos 8 años y teníamos poco tiempo de conocernos, y ya parecía que teníamos años de conocernos, muchos nos decían si éramos hermanos, pero al percatarse de nuestros rasgos del rostro, se daban cuenta de que era imposible.

Alaric era como mi vecino, vivía a 4 casa de la mía, jugábamos todas las tardes, nuestras madres tenían una gran amistad gracias a nosotros dos, los años pasaban, dejamos de ser unos simples niños de 8 años, a los 13 años me di cuenta de algo… Ya no lo veía de la misma manera, Alaric se estaba desarrollando como muchos de los chicos que iba conociendo, yo no lo quería aceptar, pero termine cayendo por él cuando me confeso que le gustaba…

Era guapo, muy, pero muy guapo, el que fuera castaño y de ojos cafés, le daba un toque diferente del que tenían los demás chicos, y su ascendencia de colombiano y español, me encantaba, tenía un toque sensual que se veía a simple vista una vez que cumplimos los 16, no puedo ocultar que me sentí celosa cuando las chicas se le acercaban, pero sabía que él solo tenía ojos para mí.

–¿En qué tanto estas pensando preciosa? –el abrazo a mi cintura de Alaric me hizo sobresaltarme –¿Todo bien hermosa?

–Todo perfecto –me volteé quedando frente a frente, Alaric media 1.80 y yo tan solo 1.60, tuve que ponerme de puntas para poder robarle un beso –Solo recordaba unas cosas de cuando éramos unos pequeños niños

–¿Recordabas el cómo te ponías celosa porque Margaret se me acercara?

–No, recordaba los momentos en los que decían que parecíamos hermanos, la vez que te confesaste frente a nuestros amigos…

–Resumiendo las cosas, pensabas en mi

Asentí, estábamos en mi habitación escuchando música desde la radio mientras él hacia su tarea y yo leía un libro, se había ido a sentar al escritorio que mis padres le habían puesto y yo me recorté en mi cama

–Nancy –dejé de lado el libro y me puse detrás de él, abrazándolo por el cuello –¿y si te digo que quiero enlistarme para el ejército?

–Diría que estás loco, pero que aquí estaría como buena esposa esperando por ti –le deje un beso en la mejilla y me recosté en el escritorio –¿en serio lo estás pensando Alaric?

–Quiero que seas mi esposa formalmente ante todos y formar una familia contigo, pero no tenemos dinero y te mereces una boda como de princesa y escuche que a los militares se les da una paga por el tiempo en que estén sirviendo en las guerras y al terminar su tiempo de servicio, todavía les dan una pequeña paga como compensación por haber estado sirviendo al país y quiero que vuelvas a retomar tus estudios a como se debe.

–Yo no necesito ninguna ceremonia que diga que soy tu esposa Alaric –me senté sobre sus piernas y el me sujeto por la cintura –ya me disté un anillo, ya nos casamos a escondidas, ya no somos unos niños cariño, tú tienes 21 años, estas a poco de terminar tu carrera de derecho y yo en mi trabajo de bibliotecaria no tengo problemas, pero si quieres unirte al ejército, aquí te estaré esperando y por mis estudios no debes de preocuparte, yo los deje por que quise, no quería ser la única mujer en ese salón de clases lleno de hombres.

–¿sabes que eres la mejor chica?

–Me lo dicen muy seguido –le di un beso y me volví a recostar en mi cama –sigue estudiando mientras te decides.

No volvimos a tocar el tema en toda la tarde, él se fue a su casa y yo me quede ayudando a mi mamá haciendo la cena, los días siguientes nada fue diferente, salíamos de vez en cuando y se quedaba encerrado en mi cuarto estudiando mientras me devoraba los libros que sacaba de la biblioteca.

–¿Qué le pasa a Alaric, hija? –me pregunto mi madre un día que estábamos en la cocina las dos solas –Suele venir menos animado cada día

Solté un suspiro y me senté, la cocina era lo suficientemente grande como para tener una minimesa e hice que mi madre se sentara frente a mí, mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas y lo solté, me dolía el saber que Alaric probablemente se iría y podría morir en el campo de guerra, desde el fondo de mi corazón lo sabía, no se iba a rendir tan fácil con su idea loca del ejército.

–Alaric quiere entrar al ejército –mi voz se estaba cortando, un nudo se me estaba haciendo en la garganta –le dije que lo apoyaría si eso es lo que quería, pero temo por él, quiere darme una buena vida para cuando nos casemos, quiere hacer lo mejor por los dos, pero yo no quiero que se vaya y arriesgue así su vida, perdí un hermano y un tío, no quiero perder a la persona que amo.

–¿te arrepientes de haberle dicho que lo apoyarías? –Me limpio una lagrima que bajaba por mi mejilla

–Madre, he escuchado en la radio que varios países se están yendo a la guerra, Alemania está atacando y… Lo que menos quiero es que Alaric muera siendo un soldado desconocido allá afuera, prefiero mil veces vivir en la miseria a que él deba ir y hacer eso… –mi rostro se cubrió de lágrimas, las palabras ya no salían de mi boca y el nudo en mi garganta, se volvió mucho más intenso.

Mi madre me abrazo, me seque las lágrimas y me fui a mi cuarto a descansar, Alaric apareció en la noche, se quedó a dormir conmigo, llore toda la noche abrazada a él y no me hablo, supongo que ya sabía por mi madre la razón de mi lloriqueo.




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