Cuando la muerte sea solo un sueño

Capítulo 6: Mi valiente luciérnaga

Sentía que se encontraba a punto de experimentar un sueño eterno, por más que el profesor explicaba sobre la biología molecular, y lo importante que era ésta rama para entender los procesos en el organismo vivo, no podía evitar sentirse abrumada y deseosa por abandonar el salón de clases. Nunca le había gustado la asignatura, a pesar de representar una gran relevancia para la humanidad.

Miró a su costado, encontrándose con el rostro de concentración de su compañero Logan, uno de los pocos que parecían amar la cátedra expresada por el docente.

—La drepanocitosis o el mal de Huntington, enfermedades que generalmente son el blanco de atención de este tipo de terapias
—finalizó el profesor, paseando su mirada por cada rincón del salón, con la intención de identificar la atención recibida por parte de sus alumnos—. Para la próxima clase necesito que me informen la conformación de sus parejas de trabajo para el proyecto semestral.

Ella resopló, frustrada por no haber entendido ni una décima parte de los temas mencionados por el profesor. El proyecto semestral la aterraba, porque aunque fuera buena estudiante en la mayoría de asignaturas, Biología era una clase que debía pasar en sobresaliente para si quiera llegar a recuperar su promedio general.

El timbre que daba por finalizada la clase se escuchó en el interior del aula, permitiendo que todos comenzaran a guardar sus útiles y se marcharan con afán impostergable hacia la cafetería. Por ser más de medio día, no le sorprendía que todos estuvieran hambrientos.

—Especulo que este año no podré graduarme —habló Alai, acercándose a su lugar y que, a diferencia de Camille y ella, ya tenía su morral colgado sobre su hombro.

—Sería más sencillo si al menos una de las tres entendiera, pero hasta para ser ineptas nos ponemos de acuerdo —continuó el discurso Camille, formando un puchero de disgusto.

—¡Ey! —se quejó la rubia, evidenciando la inconformidad por el comentario.

—Cada una tiene que buscar diferente pareja para el proyecto —enunció Skyler, pasando la correa de la mochila por encima de su hombro y caminando hacia la puerta de entrada. Ambas la siguieron—. No podemos hacer equipo entre nosotras porque sin duda, terminaríamos de hundirnos. Hay que buscar a alguien que sepa y entienda sobre el tema.

Se detuvieron en medio del pasillo, a la espera de Theo, quien continuaba en el interior del aula. Cuando lo vieron salir del salón, notaron que, a diferencia de las tres, no parecía preocupado en lo absoluto por la designación que se les había otorgado.

—Dime que eres bueno en Biología —comentó Alai en lo que parecía una súplica, apenas el pelinegro se posicionó frente a ellas.

—Soy bueno en Biología —respondió él, con una sonrisa ladina implantada en su cara.

Alai lanzó un largo suspiro.

—¡Estamos hablando seriamente, Theo!
—exclamó Camille, tomándolo del cuello del uniforme, con desesperación.

—Sinceramente, creo que es visible el nivel de angustia al que hemos llegado ahora mismo por saber que las tres somos unas inútiles para esto de las ciencias —bufó Skyler, cruzándose de brazos y citando las palabras mencionadas por su hermana anteriormente.

Theo puso sus manos sobre las de Camille, intentando liberarse de su agarre.

—Las entiendo, chicas, pero no es necesario recurrir a la violencia.

Camille sonrió en modo de disculpa, soltándolo.

—Y respondiendo a tu pregunta, sí, soy bueno en eso. Supongo que es algo de familia, mi hermana ama las ciencias, le fascina todo lo que tiene que ver con el estudio de los seres vivos —continuó hablando él, caminando en dirección contraria a ellas, rumbo a la cafetería—. Uno de sus mayores sueños es llegar a ser Bióloga.

—Al menos algunos no son tan ineptos
—manifestó ella, continuando con su actitud pesimista.

—Oh vamos, no puede ser tan malo —trató de animarlas Theo. Las miradas abatidas de Camille, Alai y Skyler, le hicieron ver que en realidad sí lo era.

—Repito, reprobaré el año por no entender Biología y nada de lo que ello implica, no podré entrar nunca a la universidad y viviré debajo de un puente donde todos me llamarán Alai la marginal.

—Me pido un lugar debajo de tu mismo puente —secundó Camille, continuando con el dramatismo excepcional.

Theo negó con la cabeza, riendo.

Al llegar a la cafetería, muchos ya se hallaban ocupando sus mesas, así que la fila para recibir el almuerzo no fue demasiado larga.

—De todas maneras, sé que Mónica buscará otra pareja para el proyecto, por lo tanto hay un cupo disponible para formar equipo conmigo
—sugirió el pelinegro, cuando tomaban asiento en su mesa.

Alai no esperó siquiera a que sus dos amigas pronunciaran palabra alguna.

—¡Yo, yo! ¡Elígeme a mí!

Aquello había sonado patéticamente desesperado.

—¡Alai! —rechistó Camille, quien tenía la misma intención de formar pareja con Theo.

—Lo siento, nenas, pero solo existe un Theo. No puedo clonarme y formar equipo con las dos. —Él se encogió de hombros y comenzó a devorar el alimento que reposaba sobre su charola.

—Bueno... Hay que tener en cuenta que yo te lo pedí primero —mencionó la rubia, sonriendo y pestañeando repetidamente.

—Sucia —se quejó Camille, al observar la táctica de persuasión que estaba llevando a cabo.

De repente, una idea se cruzó por la mente de Skyler, y ésta se vio materializada cuando junto a su mesa pasó Logan acompañado de Chris. Ellos no almorzaban en la cafetería como todos, por lo tanto, después de que saludaran con un asentimiento de cabeza, vio cómo desaparecieron de su vista al cruzar la entrada del recinto.

El plan era muy sencillo, únicamente tendría que pedirle a él que fuera su pareja para el proyecto y Chris podía ser el compañero de su hermana. Ninguno saldría perdiendo, él le aportaría conocimientos y ella... Bueno, ella realmente no aportaría mucho, solo gran disposición por sacar adelante la asignatura.




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