Cuando la muerte sea solo un sueño

Capítulo 39: Las palabras ocultas tras un beso

Logan, Camille, Brandon y Nicolás se encontraban en la clínica, esperando que Skyler saliera del consultorio y les revelara por fin el resultado de sus exámenes. Ella no permitió que ninguno entrara, por más que se lo pidieron, se negó y no les quedó de otra que respetar su decisión y quedarse en el pasillo.

Afortunadamente para Benedetti, la directora Rafaella le permitió ausentarse del internado, puesto que sabía lo atormentados que estaban por saber el diagnóstico de Skyler.

—Dios, la espera me va a enloquecer —se quejó Camille, levantándose del asiento y comenzando a caminar de lado a lado.

—¿Cierto? Se está tardando mucho —prosiguió Brandon, moviendo su pie de arriba hacia abajo con rapidez.

—Es un proceso médico, muchachos. Suele ser tardado la mayoría de veces —buscó tranquilizarlos Nicolás, aunque para sus adentros se sentía igual de impaciente e intranquilo.

—No sé, creo que, si no hay nada malo, debería ser todo más rápido —comentó Logan, apretándose el puño izquierdo con su otra mano.

En ese momento, Skyler salió del consultorio, le dio un abrazo a la doctora Abril y al doctor Orlando. Abril los miró un instante, antes de entrar nuevamente en la habitación.

—¿Qué pasó? ¿Qué te dijeron? —saltó Camille, en dirección a Skyler.

—Muéstranos los resultados —se unió él.

—¿Todo en orden? —cuestionó el señor Bright.

—¡Habla por Dios! —clamó Brandon, zarandeando a su melliza.

—¡Ya! —gritó Skyler, agobiada por la ráfaga de preguntas.

Él observó con detenimiento a su novia, intentando descifrar su estado de ánimo. No la veía feliz, ni tampoco triste.

—No puedo contestar todo al mismo tiempo, calma. Primero —Skyler miró a su hermana—, me dijeron que tengo cefalea tensional, es un tipo de dolor de cabeza que suele ser causado por estrés, tensión muscular o malas posturas. Supongo que en este caso fue el estrés, todo lo que sucedió con Winnie, los ensayos de la boda, cuidar a Annie los fines de semana, el instituto... tenía muchas cosas en la cabeza. Segundo —esta vez, los ojos de ella recayeron en los de Logan—, los resultados salieron bien, nada del otro mundo, así que sí, todo está en orden —concluyó chica cielo, viendo a su padre y hermano.

Nicolás lanzó un suspiro de alivio, acercando a su hija hacia él para abrazarla.

—Qué alivio, por poco y llegué a pensar que te habías enfermado igual que mamá —pronunció Camille con sosiego.

—¡Camille! ¿Acaso buscabas atraer la desgracia? ¡Los pensamientos muchas veces tienen repercusión en la realidad! —protestó Brandon, cruzándose de brazos y mirando a Camille con indignación.

—¡Oye! —farfulló la aludida.

—¿Y cómo se trata eso? —intervino él, sin despegar la mirada del rostro de su novia.

—Abril y Orlando me recomendaron técnicas para el manejo de estrés, relajación, me dijeron que debía dormir bien... em... y me recetarán unos medicamentos para el dolor —Skyler titubeó y eso no le daba buena espina.

—¿Por qué dudas? —indagó con seriedad.

La mirada de todos se centró en Skyler.

—¿Qué? —Skyler sonrió y acarició su mejilla—. No estoy dudando, ese fue el diagnóstico. Agradezco mucho que se preocupen por mí, pero estoy bien.

Ella le dio un beso, el cual aceptó sin chistar y la abrazó, tranquilizándose. Si ella decía que todo estaba bien, le creía.

—Esto hay que celebrarlo, ¿Qué opinan si vamos a almorzar todos juntos? —planteó Nicolás, cuando ellos disolvieron el abrazo.

—Perfecto —accedió su novia, asintiendo con emoción.

—Invita a tu familia, Logan. Estoy seguro de que a tu tía Darla le encantará el restaurante que tengo en mente.

—¿Cuál? —inquirió Brandon.

Angelik.

—¿El favorito de mamá? —esta vez la que cuestionaba era Cam.

—Sí —respondió Nicolás de manera satisfactoria.

—Creo que el plan está dando resultados —le susurró de forma sugerente Skyler.

—Al parecer —contestó en voz baja y luego, habló para todos—. Entonces llamaré para ver si están libres, gracias señor Nicolás.

—Nicolás solamente, el título de señor me hace sentir atormentado.

—Ya eres un señor, papá —rebatió Skyler, entre risas.

—Un señor joven y guapo —se inmiscuyó Camille, defendiendo a su padre.

Logan apreció la escena de felicidad en la familia Bright, complacido de ser testigo de la unión que día a día se consolidaba en sus miembros.

Skyler lo miró con una gran sonrisa implantada en su rostro, y él finalmente, se apartó para llamar a la casa de los Henderson, donde suponía estarían aún su nonna y su tía.

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El restaurante Angelik contaba con una variedad de comida de gran calidad y sabor, que destacaba desde los platos más sencillos como la pizza o la lasaña, hasta recetas más elaboradas de spaghettis, el risotto o ravioles.

En la mesa ya estaban presentes ambas familias, degustando sus elecciones del menú.

Skyler y Logan se habían inclinado por pedir la denominada pizza cuatro quesos. Ella tomó una porción, mientras que Logan bebía lemonsoda.

—Mis hijos me dijeron que ganaste el campeonato de boxeo regional, Alonzo. Felicidades —habló Nicolas, causando que el nombrado sonriera.

—Muchas gracias, señor Bright.

—¿Ya sabes qué harás con el premio? No me has pedido consejo, pero eres muy joven, así que te lo daré: Administra bien tu dinero y no lo malgastes, ahorra por las cosas que quieres conseguir en la vida. Recuerda que hoy puedes tenerlo y quizá mañana no.

Alonzo pasó ambos brazos por encima de los hombros de su nonna y Darla, quienes se hallaban a sus costados.

—De hecho, ya sé en qué invertir el dinero.
—Las dos mujeres lo miraron expectantes, al igual que Logan—. Terminaré de pagar la casa de mi nonna, y Jacob y yo nos mudaremos.




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