Cuando la muerte sea solo un sueño

Capítulo 45: Momentos que no volverán

Las fechas importantes empezaron a transcurrir como reloj con manecillas apresuradas. La primera fue el esperado baile de graduación, que tendría lugar un día antes de la ceremonia de clausura.

A Skyler la enfermedad le presentaba días donde simplemente moverse le resultaba una odisea y otros donde el consumo de medicamentos le permitía llevar una vida medianamente normal, soportando la sintomatología.

Ese día, era uno manejable.

—Ese vestido te queda hermoso —señaló Logan, extendiendo la mano en dirección a ella. Skyler la tomó, ubicándose detrás de las parejas que esperaban su turno para entrar al salón del baile.

—Gracias, señor Benedetti. Tú también luces bastante bien —respondió, repasando con la mirada el traje completamente negro que portaba su novio.

No le cabía duda alguna de que Logan tenía una belleza y porte que sobrepasaba los límites.

—Pero hay algo que no pasa desapercibido para mí, ¿Saben? Estas chicas parecen mapaches. ¿Qué tanto hicieron anoche? —se inmiscuyó Brandon, refiriéndose a sus hermanas y a Alai.

Christian, Logan y Theo, las examinaron con detenimiento.

—Tuvimos un maratón de vampiros todo el día. Empezamos con inframundo y terminamos con crepúsculo —replicó Alai, llevando hacia la parte delantera de sus hombros sus mechones rizados.

—Ya saben, culminamos con crepúsculo para endulzar el ambiente —expresó Camille—. Oh por Dios, amo esa canción.

La chica empezó a bailar al ritmo de la música, tomando a Christian de la mano para hacerlo girar.

—Chicos, por favor, avancen —llamó su atención una de las profesoras, haciéndoles notar que era el turno de ellos para avanzar y que estaban impidiendo el paso de los demás alumnos.

El jardín estaba adornado por un camino de luces fulgurantes que culminaba en la entrada al salón. El salón, por el contrario, contaba con luces tenues y de color azul neón, que le brindaban un aspecto sobrio e invernal. También, era decorado por telas blancas en el techo y un candelabro en el centro.

—Tomemos una foto —propuso Skyler llevando a Logan a rastras hacia unas letras luminosas que decían Prom 2017, rodeadas de globos platinados—. Ahora más que nunca hay que crear recuerdos.

A Logan no le sentó bien el comentario, pero prefirió disimularlo. Sabía que crear recuerdos, como Skyler decía, representaría la tortura más grande de su vida cuando ella no estuviera.

El fotógrafo contratado por la directora se acercó al verlos y el flash de la cámara lo hizo reaccionar. La tomó por la cintura y el hombre empezó a capturar sus expresiones que iban desde la miel del romance, hasta la diversión fingida. Sus amigos fueron los siguientes en unirse a la sesión fotográfica.

—Hermana, ven —llamó Theo a Mónica, quien se estaba aproximando a ellos—. Serás mi compañera el día de hoy, así que no huyas.

—¿Por qué no pudiste conseguir una novia o algo? Yo tengo un invitado —se quejó la muchacha, entornando los ojos.

—¿Cómo que invitado? —Alonzo apareció repentinamente, portando un smoking gris que combinaba con el vestido color plata de Mónica.

—¿Y tú qué haces aquí? —preguntó con desconcierto Logan, posicionándose tras su novia y rodeándole el cuello con sus brazos.

—No sabía que podíamos traer invitados. Pensé que solo podíamos asistir los alumnos del internado — comentó Alai antes de lanzar un bostezo.

—Sí se puede, pero no lo dicen a menos de que tú mismo lo preguntes. Todo con tal de que sean menos los invitados externos —esclareció Camille, primero asintiendo con la cabeza y luego encogiéndose hombros.

—Y no vine solo, trajimos una pareja para ti
—retomó Alonzo, permitiendo que una joven de tez blanca, labios pintados de azul y cabello negro se acercara con seguridad.

—¿Cleo? —inquirió Logan al notar la familiaridad de su rostro.

—Sí, esa misma —contestó la mencionada, mirando de lado y pasando un mechón de cabello por detrás de su oreja.

—Cleo es la hermana de Carola y tía de Annie
—se adelantó en aclarar Logan para que Skyler no se hiciera ideas erróneas—. Además de que tiene aires de cantante de pop rock.

—Tengo aires no, soy cantante de pop rock, cariño —especificó Cleo, percibiendo su intención de molestarla.

Ella conocía a Logan y a su familia desde hacía años, y sabía cómo eran. O al menos cómo solían ser.

Theo se quedó mirándola embelesado, sin pronunciar palabra alguna. Cleo había conseguido atrapar su atención y hacer que la timidez se colara en el interior del norteamericano.

Sus trenzas de boxeadora, el color llamativo de sus labios y su ajustado vestido negro, la hacían lucir como la chica más hermosa que había visto desde su llegada a Italia.

—Parece que a Theo le comieron la lengua los ratones —comentó con diversión Skyler, mirándolo de reojo.

Christian tronó los dedos frente al rostro del joven.

—Tierra llamando a Theo.

—Eh, aquí estoy, no me he ido a ningún lugar fuera de la tierra, Christian —contestó Theo, dándole un manotazo al rubio para que no volviera a tronarle los dedos en la cara.

—Bueno, ya que todos estamos de vuelta, ¿Qué les parece si vamos a una mesa? Mis pies están pidiendo auxilio a gritos —volvió a hablar Skyler, recostándose en el hombro de Logan para retirarse el tacón y masajear su pie.

—Te dije que no usaras tacones y no quisiste hacerme caso —reclamó Benedetti, agarrándola de la cintura porque ella casi dio un traspié en el intento de calzarse nuevamente el zapato.

—Tendré un solo baile de graduación en la vida. Lo valía.

—Mi banda va a tocar en un rato —declaró Cleo, mientras tomaban sus lugares en la mesa.

—¿Vas a cantar? —cuestionó Logan, tomando un puñado de frituras que había en una vasija de vidrio.

—Por supuesto —confirmó la pelinegra—. Te abandonaré solo un rato, pareja. No te asustes —finalizó ella, poniendo las manos sobre los hombros de Theo.




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