Cuando la muerte sea solo un sueño

Capítulo 47: Skyler victoriosa

Skyler tosió con tanta fuerza que sintió que su pecho se comprimía violentamente por el dolor que le provocaba la acción. Su nariz tapada, su garganta áspera y su debilidad en general la habían tenido en cama los últimos días.

—La fiebre ha bajado, pero la etapa tan avanzada en la que se encuentra el cáncer ha conseguido que las funciones respiratorias de Skyler se deterioren con mayor rapidez
—comentó la doctora Abril a sus familiares, después de revisarla—. El tronco encefálico, que es el área donde se encuentra ubicado el glioma, está en la base del encéfalo conectándolo con la médula espinal, y uno de los tantos síntomas que puede desencadenar es la afectación de las estructuras vitales del cerebro, como lo son los centros respiratorios.

Nicolas se talló el rostro con las manos, mientras que Darla acariciaba su espalda para consolarlo. Los huéspedes ya se habían marchado a la ciudad porque pasarían año nuevo con sus parientes, y sólo quedaban en la casa la familia de Logan y la suya.

Camille abrazó a su hermano, con ansías de que todo aquello fuera solo una pesadilla de la que despertarían pronto para ver a una Skyler sana y llena de vida como siempre lo fue.

Logan, por su parte, guardó absoluto silencio y quietud. Su nonna lo tomó por el brazo, entregándole contención.

Jacob y Alonzo se encontraban paseando con Rachel, así que eran los únicos que no estaban al tanto de la complejidad de la situación.

—Hablaré con el doctor Orlando para recetarle algunos medicamentos que ayuden a reducir la inflamación alrededor del tumor y así mejorar su función respiratoria. Sin embargo, esto no significa que se detendrá la enfermedad, solo será un alivio temporal para los síntomas. Debemos estar preparados para lo que pasará de ahora en adelante —declaró la mujer, mirándolos con aflicción.

Nicolás le agradeció por la dedicación que ponía en el cuidado de Skyler y salió con ella y Camille a despedir a la familia Henderson.

Logan se asomó en la habitación de Skyler, entreabriendo la puerta y mirándola con una sonrisa. Chica cielo ya tenía suficiente con todo lo que le pasaba y él sólo quería que lo viera como alguien fuerte, como el novio que estaría para socorrerla y sosegarla hasta que le quedara el último aliento.

A Skyler, del mismo modo, se le iluminó el rostro al verlo.

—Amor —habló, volviendo a toser—. Quédate conmigo un rato.

—Me quedaré todo el tiempo que quieras
—admitió él, haciéndose un espacio a su lado.

—Debí abrigarme mejor, maldito resfrío.

—Lo bueno es que a partir de ahora yo me encargaré de que estés bien abrigada y de que tomes tu medicina a tiempo.

—¿También te harás cargo de traerme una grande taza de chocolate caliente? —Skyler lo observó con ojos de cachorrito.

—Todo lo que desee la reina.

Ella se limpió la nariz, provocando un sonido estrepitoso.

—¿Ahora me has concedido el título de reina?

—Ya lo tienes hace tiempo, Skyler. Eres la reina de mi corazón.

Eso bastó para que, dejando de lado todos sus síntomas, su novia sintiera que su corazón brincaba de alegría. Algo cursi, pero cierto. Skyler tomó su rostro con delicadeza, concediéndole besos pequeños en su frente, mejillas y labios.

Logan salió de la habitación y fue a la cocina a preparar el chocolate, recibiendo para suerte suya, ayuda de su nonna. Jacob y Alonzo ya habían vuelto y durante la espera por el chocolate, él les contó lo mencionado por la doctora y los cuidados que debían otorgarle a Skyler.

—Iré a llevarle su medicina —avisó Nicolás, poniendo en una bandeja un vaso con agua y las pastillas.

—Mañana es el concurso de escritores, ¿Lo recuerdan? —se entrometió Brandon, recostando su espalda en la encimera.

—No creo que Skyler deba ir, no se encuentra en condiciones para hacerlo —opinó Logan, mostrándose serio.

—Yo tampoco lo creo, pero Skyler es muy terca y es algo que le causa mucha ilusión. Fue muy difícil convencerla de que participara y decirle ahora que no lo haga... —mencionó Camille, dejando el resto de la frase a la lógica de todos.

Nicolás lucía dudoso acerca de la decisión. No obstante, continuó su camino a llevar los medicamentos, dejando el tema sin concluir.

—Esperemos, tal vez mañana se sienta mejor. Afortunadamente la fiebre ya se le quitó
—agregó Jacob, tomando una manzana de la nevera.

Todos aceptaron y él se fue a la habitación a pasar la tarde con Skyler, distrayéndola con episodios de caricaturas antiguas y acariciando su cabello con delicadeza.

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—No quiero —se negó Skyler, pretendiendo levantarse de la cama.

—Ni se te ocurra —increpó Nicolás, ejerciendo presión sobre sus hombros para que no se pusiera de pie—. Ya sabes lo que dijo Abril esta mañana, estás débil. Esto no es un juego, Skyler.

—Pero el concurso es en pocas horas, no puedo ausentarme. Es un compromiso que tengo.

—Tu principal compromiso es con tu salud
—contradijo Camille, trayendo consigo la silla de ruedas. La puso al lado de su cama, como señal de que debía usarla sí o sí.

—Tu enfermedad no es un simple resfriado, cariño. Tus músculos no van a seguir siendo igual de fuertes y ya sabes que debes cuidarte para que no empeore tu condición respiratoria —dijo con delicadeza Logan, intentando persuadirla.

—¡Y lo hago! ¡Pero entiendan que me voy a morir! —Skyler notó al instante que su tono de voz y las palabras que usó para dirigirse a ellos, fueron inadecuadas—. Lo siento, no quería gritar. Es simplemente que todo es inútil, si tomo los medicamentos y soy precavida es solo para estar un poco menos peor durante este tiempo, pero nada va a cambiar el resultado final.

Logan lanzó un suspiro.

—Tu tos no se ha ido del todo, ¿Cómo vas a leer tu cuento así? —siguió en desacuerdo Camille.




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