Cuando tú dices que yo no valgo nada,
Muéstranos por qué tú vales más que los demás,
Ayúdanos a entender por qué eres perfecto y nada te falla,
Controlando lo bueno y lo malo dentro de tu mundo imaginario.
Sea positiva o sea negativa la situación,
Todos sabemos que estamos condenados a vivirlo,
Y aunque seamos muchos por pasar el infierno,
Para cada uno hay un regalo único para morir por él queramos o no.
¿Cómo te atreves a interrumpir la calma y el orden?
¿Cómo puedes llevártelo todo sin sentir arrepentimiento?
¿Cómo no puedes pensar en todo el dolor que causas?
¿Cómo es que deseas tanto sin ponerle un límite?
Sigamos creyendo que eres el señor perfecto,
Que todo le sale bien y nada le sale mal,
Que todos te pertenecen y adoran,
Y en secreto todos nos matamos por entrar a tu mundo imaginario.
Tu dinero pagará tus bronceados falsos para impresionar a la gente,
Como también tu mansión y tus lujos materiales carentes de sentido,
Porque según tú es la razón de la felicidad en todos nosotros,
Y es un error no enseñarlo de esa forma a los demás.
Las leyes de la civilización no se aplican a tu régimen,
Es un cara a cara con todo el rencor que puedas juntar para pelear,
Esperando que la pelea aparezca y te saques rápido las ganas,
Como una prostituta esperando acabar el momento sexual.