Cuando las Estrellas Dejen de Brillar

Prólogo.

Hay algo que los padres nunca le dicen a sus hijos cuando son pequeños: que el mundo es cruel, injusto y lleno de sufrimiento.

¿Qué padre querría decirle eso a su hijo? Ninguno.

Y nunca se nos prepara para sufrir. Nunca se nos enseña a levantarnos del suelo y seguir adelante con la cabeza en alto. Nunca se nos enseña a ser fuertes contra el mundo cruel.

Al menos, mis padres no me enseñaron eso.

Y a veces me pregunto si fue por eso que nunca me recuperé de aquello que pasó.

Tal vez sí. Tal vez, si mis padres me hubiesen enseñado a ser fuerte hoy sería una persona diferente.

Pero ese es el camino fácil ¿no?: echarle la culpa a terceros. Pues déjame te digo que sí. Es bastante fácil echarle la culpa a mis padres de mi falta de motivación y fuerza por seguir adelante. Ha sido fácil hacerlo durante estos últimos años. Pero no es lo correcto, ¿cierto? Pero, dime, ¿a quién carajos le importa hacer lo correcto?

A mí no me importaba hacerlo hasta hace unos días, cuando me encontraba husmeando en la caja de recuerdos que es mi mente. Una caja que no había abierto desde que pasó todo. No hace falta decir que mientras lo hacía lloré como un bebé, pero ese no es el punto. El punto es que me cansé un poco de echarle la culpa a mis padres. Sí, ellos no me enseñaron a ser fuerte. Sí, ellos no me hablaron de lo injusto que podía ser el mundo, pero yo pude haberlo aprendido solita. Pude haber hecho de mi vida otra cosa si hubiese querido.

Y, entre lágrimas y mocos, me dije que tenía que escribirlo. Tenía que sacar todo este dolor, enojo y culpa que llevaba acumulando desde hacía bastantes años. Tenía que dejar de culpar a mis padres por mi decisión de no haber superado lo sucedido. Tenía que dejar de culparlo a él.

Puedo sentir mi corazón encogerse ante el mero pensamiento de él.

Sí, lo mejor es escribirlo. Lo mejor es sacar todas las emociones y enseñarle a las personas que el mundo es cruel, despiadado e injusto.

Lector, esta es mi historia. La historia de una chica que nunca había sufrido en su vida hasta que conoció al que pensó que sería el amor de su vida.

Si buscas un libro con un final feliz, deja de leer esto. Aquí no lo encontrarás…

… ¿O sí?




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