Cuando las estrellas desaparecen

INDECISIONES


"Si quieres hacer algo estúpido, voy a acompañarte"

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—¿Podrías irte ya, carajo?
 

 

—No me hables así, y te he dicho que no lo haré.

 

—Mira— suspiré, impaciente— tengo media hora aquí desperdiciada contigo, yo ya no debería estar aquí— me levanté del suelo, donde ella me obligó a sentarme.
 

 

 

—Me quedaré lo necesario, y tú también.
 

 

 

—Lo que quiero es que te vayas, por favor— solté acercándome al final del edificio.
 

 

 

Escuché sus pasos detrás de mí nuevamente, pensé que trataría de alejarme de ahí otra vez.

 


 

Pero no se movió de mi lado, se quedó ahí mirando hacia los edificios de enfrente.
 

 

 

—Debes tener muchos problemas como para querer hacer ésto.

 



 

—No te importa.

 


 

—Crees que no, pero estoy aquí porque sí me importa.

 


 

—Gracias, pero ya puedes irte.
 

 

 

Me miró a los ojos, y pude darme cuenta que eran de un marrón muy hermoso.

 

 

Sentí el leve contacto de sus dedos sobre mi mano y la quité de inmediato.
 


 

—No te inhibas— tomó mi mano a presión, y la mantuvo pegada a la suya—hagámoslo.



 

—¿Qué? ¿me estás diciendo que vas a saltar?
 


 

—Y ¿por qué no hacerlo?— sonrió— sentir el aire a medida de que bajas sería muy satisfactorio.

 


 

—No, no vas a hacerlo— la alejé de la orilla.

 

—¿Qué pasa si lo hago, eh?—jugó a balancearse— ¿vas a llorarle a ésta desconocida?

 

—Ven— tiré de su brazo, pero zafó su agarre  inmediatamente.
 


 

—¿Tienes miedo ahora?



 

—¿Por tu vida? ya qui...

 


 

Empezó a balancearse de nuevo.

 


 

—Bien, si, tengo miedo ¿feliz? ven aquí—bufé.

 


 

—Podría hacerlo, pero, mi vida tampoco tiene sentido, ni todo lo que hago, a veces quisiera no tener que preocuparme todo el tiempo. 
 

 

—Nos vamos a ir, los dos, ¿bien? nadie hará algo estúpido.
 

 

 

Dejó de jugar en la orilla inmediatamente, y se acercó.
 

 

 

Recogió mi teléfono del suelo entregándomelo.


 

Empezamos a caminar en silencio hacia la parte interna de la instalación.

 

—No sé porque querías hacer ésto, pero no te juzgo— tocó mi mano una vez más, y la quité— todos tenemos problemas, lo importante es saber cómo lidiar con ellos, Blake.

 

—¿Qué pasa si te digo que no quiero?
 

 

—Me temo que tendré que quedarme más tiempo pegada a ti— sonrió.



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En el texto hay: reflexion, amor

Editado: 05.08.2020

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