—El cielo está desesperadamente despejado, el sol brilla muy molesto y la gente sonríe sin ningún sentido. El día perfecto para cometer un crimen —Susurró Antoine sombriamente mientras llegaba al departamento de policías.
—Buen día joven Morgan. —Dijo la oficial Rossel al ver a Antoine en la recepción—. Buen día para la justicia ¿no es así?.
"Buen día para la justicia". ¿Eran acaso esas palabras una especie de broma pesada?.
—Siempre es un buen día para la justicia oficial. —Dijo Antoine regalando una falsa sonrisa a la mujer tras el escritorio, mientras el frío del aire acondicionado opaca la atención—. El crimen nunca descansa. —dijo después de un instante.
—Bueno, eso es muy cierto. —Dijo tímidamente la oficial.
Era indiscutible, descifrar a Antoine era todo un asunto que ni los mejores detectives podrían resolver, mostraba en ocasiones un lado tan sensible y al mismo tiempo como una auténtica tormenta de verano, podía nublar ese cielo que era su personalidad en un santiamén. Era claro que no se le podía exigir mucho a un chico que se involucraba con crímenes desde los 13 años y a los 15 resolvió un caso de asesinato; sin duda tenía un talento para éste tipo de cosas, pero no quitaba el hecho de que aún fuera un niño. A sus 17 años había visto de cerca cosas que le causarían pesadillas a las personas más duras.
—¿Hay algo para mi?. —Preguntó curioso—. Robo, secuestro, extorsión o..
—Lo siento Antoine. —interrumpió la oficial—No tenemos ningún caso abierto hasta el momento.
—Pero. —Dijo el joven con decepción.
—Te avisaremos cualquier cosa, tal como lo prometimos. —sonrió nerviosamente la oficial.
En ocasionas, era tanta la necesidad que tenía el chico de que ocurriera un crimen que asustaba.
—Por ahora ve a casa o sal con tus amigos, recién te graduaste, ¿no es así? es buen momento para disfrutar tu juventud. —Dijo la oficial.
Salir con amigos no parecía ser una tarea difícil, excepto para Antoine, acostumbrado a tener pocos amigos y los que tenía hacían preparativos para la universidad, mientras que Antoine era el único sin mucho que preparar; empezaría a estudiar el próximo invierno criminología en el puebo, era de las pocas profesiones que tenían como opción de estudio en éste pequeño pueblo. Además de sus respectivos compromisos,el mismo Antoine había alejado poco a poco a sus amigos e inclusive a su novia de hace 3 años Monica; todo por su obsesión a lo prohibido, a todo aquello que se encontraba al margen de la ley. En ocasiones ni el mismo sabía el por que lo apasionaba tanto.
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Estoy fuera. —Decía el mensaje que Monica le mando a Antoine.
Ya bajo. —Respondió el jóven.
Por favor apresúrate.
Voy.
—Hola, que suce..
—¿Cierra ya!. —Interrumpió la chica empapada mientras la lluvia arreciaba como el más oscuro cuento de terror.
—Lo siento, estaba leyendo un poco y perdí la noción del tiempo. —Dijo el joven mientras cerraba la puerta principal—. Pero no lo olvidé.
—Tranquilo cariño, sólo estoy algo nerviosa.
—¿Por lo de mañana?. —Preguntó el joven.
—No, por lo que sucedió hoy en el pueblo. —Dijo la joven temblando un poco.
Esas palabras atraparon la total atención del chico como si de una gran noticia se tratara y con la esperanza de que su chica estuviera temblando por algo más que el frío de la noche bajo los efectos de la humedad en su ropa.
—¿Qué sucedió?. —Dijo ignorando por completo el estado de su novia.
—¿No lo sabes, en serio? mejor olvídalo.
—Por favor. Dime —Insistió.
—Al menos dame algo para secarme.
Rápidamente le buscó una bata de baño. La joven empezó a desnudarse delante de su amado mientras empezaba a contarle lo que ocurrió, pero lo que más captó la atención no era su hermosa, bien proporcionada y semi desnuda novia en medio de la calidez de la sala, sino las palabras que salían de su boca.
—Hubo un crimen. —Miró al joven con duda de seguir explicando.
El joven tenía toda su atención puesta a las palabras de su novia como pidiendo que fuera eso que tanto lo apasionaba.
—Un asesinato. —Continuó explicando—. Esta tarde, aún no dan detalles... Sólo el nombre de la víctima.
El chico mostraba un entusiasmo aterrador.
—Mañana tengo que...
—Antoine no es buena idea. —Dijo Monica como adivinando los pensamientos retorcidos de su novio.
—¿Por qué?.