Capítulo 7 — Lo que aún no se olvida
Febrero 16, 2022
Mi cumpleaños había pasado una vez más.
 Esa sensación de vacío seguía allí, tan silenciosa como constante. Tal vez por eso decidí emprender algo nuevo, algo que me ayudará a distraer la mente y, de paso, construir algo propio.
 Así nació la idea: mochilas pequeñas y cangureras para mujeres, hechas a mano, con el apoyo de unos fabricantes locales.
Empecé con ilusión, con el corazón latiendo rápido por la emoción de ver mis primeros diseños.
 Los repartí entre mis familiares y amigos, pero en el fondo… lo hice por él.
 Le envié una, esperando —quizá ingenuamente— que me comprara una, aunque fuera para su novia.
 Solo quería tener una excusa para verlo.
Pero no pasó.
 Su silencio fue la respuesta que no quería escuchar, y con él vino esa sensación de hundimiento que ya conocía bien.
 Aun así, me repetí a mí misma que lo importante era haberlo intentado, aunque doliera.
Agosto 14, 2022
Después de tanto tiempo, volvimos a hablar.
 Fue una conversación corta, casi superficial, de esas que solo preguntan ¿cómo estás? y ¿qué ha sido de ti?, pero que esconden un torrente de emociones detrás de cada palabra.
Sin darnos cuenta, la charla se alargó hasta la madrugada.
 Horas enteras entre risas, recuerdos y silencios incómodos que decían más que cualquier mensaje.
 Por un momento, fue como si el tiempo no hubiera pasado… como si todo siguiera igual.
Noviembre 28, 2022
Volvimos a escribirnos una tarde cualquiera.
 Mensajes casuales, de esos que solo buscan saber si el otro sigue ahí.
 Me contó que cambiaría de número, y yo le respondí con naturalidad, fingiendo que me daba igual.
 Pero dentro de mí, algo se rompió otra vez.
 Y así, sin más, dejamos de hablar.
Diciembre 3, 2022
Esa noche estaba en una fiesta familiar, pero mi mente no estaba allí.
 Entre risas, música y luces, lo único que podía pensar era en él.
 Llevaba días sin saber nada, y la idea de que ya no tuviera mi número me dolía más de lo que quería admitir.
—¿Y Adam? —preguntó una de mis primas con una sonrisa traviesa.
Todas sabían la historia.
 Suspiré, tratando de parecer tranquila, y les dije que hacía tiempo que no hablábamos.
 —Mándale mensaje por Messenger —sugirió otra.
Y lo hice.
 Con el corazón latiendo fuerte, volví a escribirle, esperando que esta vez sí respondiera.
Año 2023
Enero
Un nuevo año.
 Nuevas metas, nuevos propósitos… y una nueva relación.
Pero, aun con todo eso, había algo que no podía cambiar:
 mi deseo de volver a sentirme entre sus brazos, como si el tiempo no hubiera pasado.
Porque a veces, aunque todo cambie, hay personas que nunca se van del todo.