Capítulo 8 — Nuevos comienzos, viejos sentimientos
Enero de 2023
El año nuevo siempre traía consigo promesas y metas.
 Nuevos proyectos, nuevos sueños, nuevas relaciones… y la esperanza de que las cosas finalmente encajaran.
Había empezado una relación diferente. Era fresca, tranquila, y en cierto modo, segura. Pero, aunque intentara concentrarme en ella, mi mente y mi corazón a veces viajaban a otros lugares… recuerdos que no se desvanecen.
Porque a pesar de los meses y la distancia, Adam seguía vivo en mí. Cada mensaje, cada gesto, cada instante compartido, estaba grabado en mi memoria como si hubiera pasado ayer.
Y entonces, algo cambió.
Un mensaje inesperado apareció en mi pantalla:
 —Ayleen… ¿podemos hablar?
Mi corazón se detuvo.
 No era un mensaje casual; había urgencia, algo que no podía ignorar.
 Durante minutos, me quedé mirando la pantalla, sin atreverme a responder. Todo lo que había vivido desde su ausencia —el vacío, las nuevas emociones, los intentos de seguir adelante— se mezclaba con la emoción y el miedo de volver a encontrarnos.
Finalmente, escribí:
 —Sí, podemos hablar.
El reencuentro no sería solo físico, sino también emocional. Sería un choque de pasado y presente, de decisiones tomadas y sentimientos que nunca se fueron.
 Mientras esperaba su respuesta, comprendí que este momento marcaría el rumbo de mi corazón por completo.
 Porque a veces, los nuevos comienzos no significan olvidar; significa aprender a amar con todo lo que uno ha sido, aún cuando las cicatrices duelan.
Y aunque el futuro era incierto, no podía negar la verdad que me había acompañado desde aquel primer encuentro: él siempre tendría un lugar en mi vida.