Capítulo 16 — Silencios que duelen
25 de junio del 2023
Esa mañana el silencio pesaba más de lo normal.
 La prueba seguía ahí, sobre la mesa, con esas dos líneas diminutas que habían cambiado todo. Dos líneas que transformaban mi vida en segundos.
Decidí contárselo a Adam. Su reacción me golpeó más de lo que imaginé.
—¿Estás segura? —preguntó, con la voz temblorosa, sin mirarme a los ojos.
—Sí… estoy embarazada —dije con un hilo de voz, intentando sostenerme firme—.
Adam se pasó las manos por el cabello, respiró hondo y su rostro se llenó de conflicto.
 —No sé si estoy listo para esto… —murmuró—. Apenas estoy terminando mi licenciatura. No puedo… no sé si puedo asumir algo así ahora.
Su tía, que estaba con él, intervino con voz firme:
 —Adam, tienes que concentrarte en tus estudios primero. Ser padre es una gran responsabilidad, y si no estás preparado, solo empeorarás las cosas. Termina tu licenciatura antes de tomar decisiones que no podrás sostener.
Esas palabras lo detuvieron. Lo entendí: su miedo, la presión y la razón le impedían apoyarme como yo esperaba.
 Sentí un nudo en la garganta y una soledad profunda. Nadie lo entendía mejor que yo en ese instante: estaba sola, enfrentando un cambio enorme sin su apoyo.
Esa noche no dormí. Lloré, lloré por lo que pudo ser y no fue, y por la falta de ese abrazo que tanto necesitaba.
 Pero hubo un pequeño consuelo: sabía que mi mamá estaría allí, apoyándome en cada paso, cuidándome y recordándome que no estaba sola.
Y así, mientras sentía cada latido de mi corazón, me prometí algo:
 no dejaría que su ausencia me derrumbara.
 Porque aunque Adam no estuviera listo, yo debía estarlo para mí y para la vida que crecía dentro de mí.