Cuando los camaleones sueñan

Capítulo 5

Cuando, finalmente, dejé que mi tía me explicara —y demostrara— que Sara y yo proveníamos de una familia de telépatas por parte de padre, me sentí como si Alicia me hubiera arrastrado con ella a la madriguera en busca del conejo blanco y, ahora en cualquier momento, fuesen a empezar a desfilar todos aquellos personajes fantásticos que ella se encuentra en su periplo por el país de las maravillas. Sólo que yo no había querido perseguir al conejo y lo único que deseaba era volver al mundo normal que conocía.

      Pero algo me decía que eso ya nunca sería posible.

      En el viaje de vuelta a casa —a casa de Pedro— repasé su relato, que, increíblemente, ya no me parecía increíble.

La telepatía existe. No se sabe qué factores hacen que sólo unas pocas personas la desarrollen, pero sí que es común que se dé en los miembros de una misma familia (aunque no siempre).

      Vuestro padre provenía de una de esas familias, pero cuando conoció a vuestra madre decidió fingir que no. No quería que ella se enterara, ni vosotras tampoco. Eso nos distanció, porque Máximo y yo opinábamos que no os estaba protegiendo, como él pretendía, manteniéndoos en la ignorancia; sino al contrario. Nosotros pensábamos que podía llegar un momento en el que, por vuestros antecedentes familiares, os buscasen, y entonces vosotras no estaríais preparadas para hacerles frente.

      Como te he dicho, los telépatas no somos muchos. Y la mayoría acaban trabajando para gente con mucho dinero que utiliza sus capacidades con fines…no demasiado nobles. A ese tipo de telépatas los denominamos “Van”, porque hace mucho tiempo surgió en Holanda un grupo bastante numeroso y organizado de ellos —cosa poco común, pues los telépatas acostumbraban, e incluso hoy, a ir bastante por libre. Como contrapartida, algunos otros, con capacidades especiales, intentaron informar y enseñar a quienes no deseaban ser “reclutados” por estos Van, para que pudieran defenderse. Su defensa consistía en aprender esas capacidades especiales, de ocultación y borrado. De ahí que empezasen a ser conocidos como “camaleones”.

      Vosotras descendéis de una familia de camaleones. Vuestro padre y vuestro tío Máximo lo eran, y yo también lo soy. Ahora, Sara ha descubierto que lo es; seguramente como consecuencia de tener todo este tiempo a Juanma a su lado.

Para cuando llegamos a este punto en la conversación, mi tía ya me había demostrado fehacientemente que podía comunicarse conmigo sin hablar. Así que, en lugar de seguir poniendo caras raras a lo que parecían delirios, empecé a formularle preguntas para entender mejor la situación. Además, estaba lo que me había contado Pedro. No podía ser casualidad.

Las casualidades existen, Sofía.

–¿Juanma es un Van?

            Aurora mostró cierto alivio ante mi cambio de actitud.

            –Sí. Debe de haber estado vigilando a tu hermana para averiguar si es telépata.

            –¿Todo este tiempo? Pe… Pero entonces… ¿el matrimonio es una farsa?

            –Me temo que por parte de él sí. Los Van son capaces de cualquier cosa con tal de descubrir a otros telépatas. Especialmente, si sospechan que puedan ser camaleones.

            –¿Por qué tanto interés?

            –Por muchas cosas, muy importantes. Nosotros podemos oírlos, pero ellos a nosotros no. Y, más crucial todavía: podemos borrarlos. Nadie más puede. Atrapar a un camaleón potencial que todavía no haya desarrollado sus capacidades es un logro descomunal para ellos.

            –Pero si sospecha de ella ¿por qué no ha hecho ya algo?

            –Porque aún no está seguro. Tu hermana ha tenido una evolución muy poco habitual. Su poder de ocultación ha surgido al mismo tiempo que la telepatía. Eso no suele ser así. Normalmente, la telepatía aflora espontáneamente —sobre todo, al encontrarse expuesto a estímulos, como ahora lo ha sido Juanma—, pero para ocultarse suele requerirse un adiestramiento, a un guía. Sin embargo, Sara no lo ha necesitado. Es algo verdaderamente extraordinario.



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En el texto hay: intriga, romance, poderes sobrenaturales

Editado: 16.01.2020

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