"Cuando Los Àngeles Lloran Estrellas"

CAP 14: "HORAS NEGRAS: LEÓN Y LA MUERTE: OPERAN A SONNIA Y LENTA RECUPERACIÓN"

No sé cómo pepinos lo logró. El hecho es que mi papá: El señor Waves, consiguió que me dieran un mes de prórroga para faltar al colegio y al Conservatorio donde estudio música. ¡Pero, ni un día más!__ fueron las últimas palabras de los directivos. Y mi papi añadió entre otras cosas que un miembro de la familia había sufrido un grave incidente y debíamos de procurarle su debido cuidado. Y así los directivos aceptaron... con la única condición de que fuera de Lunes a Sábado en doble turno y con la adición de horas cátedra más que el resto de mis compañeros, para paliar el despilfarro de horas que yo me ausentaría de las clases. Eso y una tonelada de tarea extra y exámenes. Pero, dejemos de hablar de mí. Vamos a lo que nos compete: "León". ¡Todo este sacrificio lo haré por él! Bueno, a lo que iba... su estado se hallaba muy desmejorado y por supuesto había perdido muchísima sangre en ese maldito incidente en Disney. En fin, los médicos estaban trabajando a todo pulmón para estabilizar su salud y si bien está muy lejos de cualquier médico coherente darse por vencido hasta tanto tengan por seguro que el cuadro médico del paciente es totalmente insalvable, si bien tenían sus dudas y reservas... mantenían una enorme cuota de esperanza de que mi querido León sobreviviera.

En  cuanto a mi amado novio, ni bien la daga penetró en su vientre... perdió el conocimiento instantáneamente. Y León llegó aquí alrededor de las 3.30 a.m. Fue trasladado en una ambulancia provista por Blue Lake Emergencies: El servicio de emergencias del mejor hospital privado de la zona: HorizonMed. Y mi padre juró correr con todos los gastos de la internación y cualquier otro servicio que la delicada salud de mi pareja pudiera necesitar. Lloré toda la noche y no pude conciliar el sueño. Me volví loca pensando en porqué cuernos no partió rumbo a Europa cuando se le presentó la oportunidad. ¿Por qué rayos tuvo que meter la cola el diablo y papá convencerlo de que fuera a Disney con nosotros? ¿Por qué diablos León no le hizo omiso a la invitación de papá y sí caso a su intuición y partiera hace ya varios meses? "Por ejemplo cuando papá le hizo el primer ofrecimiento de irse a probar como delantero al Real Madrid". ¿Es que acaso todos se complotaron para convertir mi vida en el más horroroso de los infiernos?

El solo pensarlo me sacaba canas azules. ¡Más que verdes! Pero en fin. Hay que tener fe. El último parte médico que nos dieron fue algo más alentador pero los médicos en ningún momento negaron que su estado estaba "controlado", pero que no descartaban que pudieran presentarse mayores complicaciones, ya que la herida había perforado un órgano importante y era de locos no pensar que con tales antecedentes el cuadro médico de León no fuera a descontrolarse.

__ ¡Deben estar preparados!__ fueron las aterradoras y lacónicas palabras del Dr. Hughs. Estaba muy alterada y necesitaba un poco de aire fresco o la próxima internada, pero en un manicomio acabaría siendo yo.

__ Papá...

__ Sí, princesa. ¿Qué deseas?

__ Voy a ir al kiosko de la cuadra siguiente y compraré una revista de música... y traeré algo para comer y beber. De paso me despejo un poco. Esto de León me ha pegado muy duro... y no quiero perderlo. ¡Papi, no quiero per...!, dije entre lágrimas las cuales caían como rabiosas cataratas ácidas golpeando con virulencia mis mejillas. A los pocos minutos, regresé... papá estaba llorando.

__ Papá... ¡habla ya! ¿Por qué cuernos estás llorando?__ pregunté lanzando lo que había comprado con furia al bote de la basura. 

__ Recién vino el Dr. Hughs, Sonnia... a dar su último parte médico. Las probabilidades de que León sobreviva son de menos del diez por ciento.

__ ¿10? ¡Oh, por Dios! ¡¡¡León!!!__ chillé desesperada y corrí con desesperación por todo el pasillo tratando de ubicar la sala en la que estaba internado. Justo en ese preciso instante, vi dos camilleros y un médico: El Dr. Hughs, corriendo con gran desesperación... llevando a la carrera a un paciente. Y en ese preciso instante, lo vi: Su cabellera rizada y sus ojitos achinados...

¡¡¡Era León!!!

¡¡¡Oh, por Dios!

__ ¡Maldición, Dr. Hughs! ¿Adónde demonios lo llevan?__ pregunté.

__ ¡A la sala de Terapia Intensiva! ¡Su cuadro se complicó! "¡Necesitamos dadores de sangre!" "Y su pulmón se halla gravemente comprometido". ¡Necesitamos reemplazarlo por otro!

__ ¿Sabe usted qué tipo de sangre tiene León?__ inquirió el médico, mientras una cascada de sudor goteaba sobre su rostro moreno.

__ Sí, claro. Es 0 Rh+.

__ ¡Yo tengo ese factor de sangre! ¡Y creo que mi papá también!

__ De acuerdo. Vayan a la sala 5F del segundo piso. Cojan el ascensor de la izquierda. ¡Dénse prisa! ¡Necesitamos esa sangre urgente o este joven morirá!

A renglón seguido, uno de los camilleros se violentó conmigo:




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