"Cuando Los Àngeles Lloran Estrellas"

CAP 15: "REHABILITACIÓN, VISITA A MUNDO MARINO Y UNA TRISTE DESPEDIDA"

La operación resultó exitosa. Tras intensas once horas de operación, los signos vitales de León, volvieron a la normalidad. Los médicos me aconsejaron un día de reposo. Y tras él, León y yo finalmente pudimos regresar a casa y nuestra vida a la normalidad. A todo esto, debí de cumplir con la doble jornada escolar y las horas extra pactadas, pero por fortuna, León había salido sano y salvo y esta gran alegría hizo que todo valiera la pena. El Dr. Hughs también me indicó que era muy probable que León debiera hacer rehabilitación en un período de entre 6-10 meses... para que la herida de arma blanca, suturada, volviera a recuperar su sensibilidad de antes. Y además me indicó enérgicamente que, dado que León era un deportista sería muy satisfactorio si pudiera además atenderse con una buena fisioterapeuta, ya que entre otras cosas... tanto sus brazos como piernas se habían endurecido y carecían ahora de la versatilidad y elasticidad que el trabajo de León requería. Le dijimos que haríamos todo al pie de la letra... y tras un leve apretón de manos entre mi papá y el Dr. Hughs, partimos con celeridad con destino a la mansión.

Hicimos todo lo requerido y para mi sorpresa y la de mi padre, León logró recuperarse en solo siete meses. Y esa mañana se había despertado algo más tarde de lo que acostumbraba, ya que entre otras cosas, nos quedamos enganchados mirando miniseries de terror, escuchamos música de moda en Spotify y jugamos a los videojuegos hasta altas horas de la mañana. ¡Éramos como siameses! ¡No nos despegábamos nunca!, y eso que yo me las apañaba con mi doble jornada escolar y demás... y tenía por demás, una semana educativa: ¡Realmente movidita!

Además, durante esos difíciles meses de recuperación, organizamos fiestas temáticas en mi habitación compartiendo la alegría con León y mis queridísimos amigos y amigas del Conservatorio. Y sin olvidar los besos... ¡nos devoramos a besos cada día! Nuestros corazones latían a un millón de revoluciones por segundo. ¡Nos amábamos! ¡En verdad nos amábamos!, y no pude dejar de soñar un solo día... cuando llegara el día de mi graduación y abrazarnos y besarnos sin límites, ajenos a las miradas maléficas, a los gestos de desaprobación, solo sentir el arrullo de sus almibarados labios incendiando las brasitas de la apabullante hoguera de los míos con su onírico roce de luna,posados como un colibrí sobre los pétalos de la más hermosa de las flores, asì, piel a piel... sin principio ni final, como cuando los ángeles lloran estrellas hasta grabar en las almas el color inextinguible de su carmín y dulce amor.

Y así, León se puso guapo y arribó a la sala del comedor donde Yuki, mi padre y yo, lo esperábamos con una sonrisa de oreja a oreja.

__ ¡Hola, León!__ le saludó mi padre: El señor Waves.

__ ¡Hola, Sr. Waves!

__ ¡Hola, papito!__ me saludó mi rubiecita con un beso en llamas que me llevó a las estrellas.

__ ¡Hola, preciosa! ¿Cómo estás hoy?

__ ¡Genial! ¡Pero, no tan bello como tú!

__ ¡Ay, León eres irresistible! "Tú y tus piropos". ¡Te amo!__ me dijo clavándome sus dos cósmicas gotitas de cielo al tiempo que me estrujaba las mejillas como si fuera plastilina o una tentadora goma de mascar. A veces detestaba cuando Sonnia hacía eso... pero solo era muy efusiva y todo en ella respiraba amor.

__ ¿Cómo has dormido, campeón?__ inquirió el papá de Sonnia.

__ ¡De un tirón! ¡Pero, muy poco! Es que nos divertimos con Sonnia mirando películas y jugando videojuegos.

__ ¡Entiendo!

__ Mañana a las 7 a.m hora local, partirás con destino a Europa, viejo. ¡Felicidades!__ me dijo el Sr. Waves, mientras él y Sonnia, aplaudían a rabiar, al coro de:

¡León!

¡León!

__ León... ¡te tenemos una gran sorpresa!

__ Viajaremos a Argentina__ añadió el señor Waves.

__ ¿Arg...?__ pregunté, algo curioso y dubitativo..

__ ¡Así es, muñeco! ¡Visitaremos Mundo Marino! Y luego, tras descansar unas horas partirás a cumplir tu sueño, mi amor.

__ ¡Wow! ¡Vaya sorpresa, princesa!

__ ¿Y usted, señor Waves...? ¿Vendrá con nosotros?__ le pregunté.

__ ¡Por supuesto, hijo! "Me muero de ganas de verte desplegar tus alas a cumplir tu sueño". ¡Por nada del mundo, me perdería pasar uno de nuestros últimos paseos en familia! ¡Ja, ja, ja! ¡A volar, campeón!__ concluyó el papá de Sonnia. En tanto, una mesa  repleta de bocadillos dulces y salados yacían colocados con elegancia sobre la larga mesa de cerezo. Además de variados jugos de fruta, café e infusiones varias. Comimos con agrado. Entretanto, Yuki... alistaba el coche con esmero.

__ ¡Jòvenes, apuren la tortuga! ¡En quince minutos partimos! Terminamos y el señor Waves, le indicó con un gesto al personal de cocina... que ya podían levantar la mesa. Acto seguido, lo hicieron. Y, tras encargar el cuidado de la mansión al primo de Sonnia, Adrienn, quien vivía a escasas dos casas de la de su prima, Yuki, cogió el coche y una vez todos dentro, partió con celeridad rumbo al Aeropuerto Internacional. Llegamos en un santiamén. Y con el tiempo justo. 




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