"Cuando Los Àngeles Lloran Estrellas"

"FESTIVAL DE PRIMAVERA EN EL COLEGIO PRINCE HOTHAWELL: CAMPAMENTO Y AMOR A PRIMERA VISTA"

Ese quince de setiembre, nuestro colegio, fue invitado al Festival de Primavera en el prestigioso Colegio Prince Hothawell. Habrìa festejos anticipados por el dìa del estudiante, comidas, olimpìadas de matemática y ciencias, torneos de fútbol y bàsquet y exposiciones de artes varias.

¡Todo un suceso!

Yo, Kathryn Shays, me anotè para un torneo de fútbol para niños de entre diez a doce años. Todos mis amigos me decían que era un genio con el balòn, pero yo nunca me lo creì demasiado. En fin.

El salòn donde se llevarìan a cabo los festejos, era del tamaño de un estadio de fútbol y atractivo, suntuoso y elegante. Comenzò el festival, tras un número de bellos y multicolores fuegos artificiales. Y, tras presentarse las sesenta y nueve escuelas participantes de las competiciones y sus respectivos representantes, se dieron cita dichas competencias. Los primeros en romper el hielo en las pistas, fueron los participantes de danza. Los reflectores y luces fluorescentes aunados a la mìstica de esos instantes y la algarabía y espíritu juvenil latente, hicieron de ese dìa, una experiencia bella y enriquecedora. Mientras tanto, yo, como la mayoría de los jóvenes, miraba con atención desde las gradas el sinnúmero de impresionantes piruetas y acrobacias que aquellos dioses del Olimpo, se gastaban a manos llenas.

Entretanto, una mirìada de chicos iban y venían desde el bufete, armados hasta los dientes de cósmicas y deliciosas pizzas y gordinflonas hamburguesas, como asì con un teatro de crujientes y saladas patatas fritas y abundantes vasitos de soda. En fin. Una torre de Pisa de comida chatarra.

¡Mmmm!

¡Què delicia!

Creo que la presentación se me hizo corta, por lo atractivos y variopintos de los ritmos bailados, como asì también las presentaciones musicales màs tarde vistas. Fue en una de estas últimas, cuando creì darme cuenta de que una de las màs bellas cantantes de música pop que había visto en mis escasos doce años, posò sus felinos e irresistibles ojos en mi. No sè, quizá solo haya sido mi imaginación. Ademàs, habiendo tantos chicos atractivos… ¿porquè rayos se fijarìa en una chica “gay”? ¿O acaso en realidad… era interés genuino y ella acabò de perder su cabeza por mi como yo por ella…? No lo sè. Pero era una artista completa. No solo tenía una voz tan dulce y perfumada como suspiro de vainilla, sino que además… sus oníricos ojos celestes, su fragante y corto cabello de girasol y sus labios… ¡ay, esos labios!, rojos, ardientes y pecaminosos, me conducían sobre las alas de un poema derechito rumbo o al Cielo o al mismísimo nirvana de los besos. En ese preciso instante, acabò su espectáculo y partió con prisa al salòn de clases vacìo que oficiaba de camarìn, mientras aguardaba la votación de los jurados. Y, tras acabar las competencias musicales y, luego de un breve receso, para descansar e ir a los baños, se reanudaron las competiciones. Esta vez, era mi turno: El turno del fútbol y mi equipo: “Club Deportivo Westland” contra el club Instituto Unidad y Progreso. Era nuestro primer partido. Si ganábamos, nuestro sueño seguiría en pie, si perdìamos, nos iríamos con la cabeza gacha. Y sin ningún honor. Y lo peor de todo: “Me marcharìa sin saber quièn pinochos era esa apabullante belleza de cabellera rubia y labios de fuego”.

¡No lo permitirè!__ pensé en silencio. Y, tras el pitazo inicial, comenzó el encuentro.

Yo le toquè un pase a Cindy Connor, èsta, corrió a gran velocidad por el andarivel derecho. Le robaron el balòn. La mediocampista Adams, lo recuperò, pisò el acelerador, desnivelò, hizo un firulete, despejaron, Klyde, pasò entre uno dos, tres, rematò y… ¡gol!

¡Goool!

“A los veintiséis minutos del segundo tiempo, Alyssa Klyde, la clavò en un àngulo…”

“¡Nada que hacer para la arquero rival!”__ añadió el comentarista, desde su recinto en el palco VIP. Empatamos con un gol de chilena, faltando doce minutos para el final de la primera mitad.

Sacaron del medio. Curiosa, mirè hacia las gradas. No vi el rostro que anhelè ver. Solo una mirìada de gente, algo enfadada y un estúpido niño con gafas de cerebrito que me mirò interesado con su cara de torta y sus ojos de huevo tibio.

¡Maldiciòn!__ gruñì.

Y se reanudò el juego. Alice Jones toca para Lays, Lays pase en profundidad para Hollie. Hace un sombrerito y la toca para Lousteau. Rechazo en el área. Coge el balòn Roys, triangulación con Pavers Y Lonie. Disparò con violencia Lonie, pegò en el palo y… ¡goool!

“A los treinta y ocho minutos del primer tiempo, Lonie le està dando la victoria al Instituto Unidad y Progreso”.

“Increìble lo de esta chica”.

¡Es una leona en el área!

Terminò la primera mitad. Y perdìamos cuatro a uno. ¡Nos estaban pasando por encima y con un importante aporte de su jugadora estrella: Andrea Lonie…

Y, tras el receso, comenzó el segundo tiempo. Salimos a matar o morir…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.