Cuando mas te esperaba

Capítulo 7: Sonrisa del alma

Me falta más tiempo, tiempo para ver a esa familia que en mi corazón se había vuelto mía, tiempo para poder ver a Ayla en la mañana preparando café, tiempo para poder ser feliz. Pero lamentablemente todo está creado para no durar.

- Albert, tomorrow I leave Germany at noon.

- Oh, that’s pretty son.

- I know, but I packing all my stuffs. Today it’s going to be my last day with all of you.

- So let´s celebrate!! – Pude ver una sonrisa paternal en su rostro que me hizo alegrar un poco.

Era muy temprano en la mañana Ayla y María aún no despertaban, así que este día los hombres harán las comidas. Salimos rápido a la tienda a comprar todo lo que necesitábamos para empezar bien el día. Nuestra lista de cocina era un poco larga, así que decidimos separarnos en el mercado para poder encontrar todo lo que necesitábamos.

- Ok, I’ll go right

- Ok, I’ll go left

Terminamos de hacer las compras en solo 10 minutos. Pero debíamos apurarnos antes de que se despierten las mujeres, tomamos taxi hasta la casa, y vimos la luz de la sala prendida, por la ventana pudimos ver a Anna que se había levantado a tomar agua, ella subió de nuevo al cuarto y nos escabullimos lo más rápido que pudimos sin hacer mucho ruido. Teníamos planeado preparar panes con relleno de mermelada y frutos secos, acompañados con un té de frambuesas muy aromático, sonaba muy bien, pero era todo un proceso para llegar hasta el final, quise servir un puré de papa que alguna vez me enseño mi abuela.

Nos tomó un buen tiempo, pero lo logramos hacer antes de que se despertaran.

Cuando terminamos de poner la mesa con todos los ingredientes, fui al cuarto de Ayla a despertarla.

- Hola… - Susurré tocándole las mejillas cálidas y suaves que tenía.

- Hola – Abrió los ojos y puso un beso tierno en mis labios.

- El desayuno ya está listo, ¿Bajamos?

- Si claro, déjame cambiarme y bajo, ¿ok?

Me retiré del cuarto cuando vi que se estaba levantando para cambiarse, la verdad es que se veía muy tierna con ese pijama blanco que le hacía ver como un ángel sin alas. Escuche que Albert despertaba a su esposa con un suave tocar en su hombro.

- Wach auf, mein Engel, Das Frühstück ist fertig – (Despierta, mi ángel, el desayuno ya está listo)

- Es riecht lecker, danke – (Huele delicioso, gracias)

El aroma del té de frambuesa había llenado cada rincón de la casa con una alegría profunda, pues de solo olerlo, podías sonreír.

Anna y Ayla bajaron primero y nosotros las estuvimos esperando como chambelanes al costado de la mesa.

- Thank You very much Sasha, looks delicious!! – Anna estaba muy asombrada por la cantidad de cosas que había en la mesa.

- Looks very awesome, and that smell… - Me alegró mucho los comentarios que estaban haciendo.

De repente Ayla rodeó mi cintura con un brazo y recostó su cabeza a mi pecho, Albert se quedó mirándonos desde la esquina de la mesa, hasta que Anna le hizo volver en sí.

- Es ist okay, lass sie in ruhe. – (Está bien, déjalos tranquilos)

Ayla y yo solo sonreímos un poco avergonzado por el momento incomodo que Albert había creado, él hizo un gesto raro, pero luego se tranquilizó. María fue la última en bajar, no saludó a todos con una sonrisa simple y luego se sentó, esa mañana todos estábamos tranquilos en la mesa y desayunamos muy a gusto con la música de Frank Sinatra de fondo.

- Tomorrow I’ll be returning to my country at noon, Maria, can you translate please?

- Yeah, sure!

- Solo quiero agradecerles por toda la ayuda que me han brindado, no hay forma alguna en expresar todo lo que siento después de todo este tiempo, me han acogido como parte de su familia, pero yo ya los considero como la mía. Muchas gracias por todo, tal vez no sea pronto, pero haré mi mayor esfuerzo para poder volver lo más antes posible. – Al terminar esa frase, volteé a ver a Ayla y ella me sujetó la mano.

Solo podría decir que en ese momento algunas lágrimas salieron de los ojos de todos, después de toda esa experiencia, el estar allí disfrutando de un delicioso desayuno nos hacía recordar a todos los buenos momentos.

Después de preparar juntos el almuerzo, hablamos Ayla, Anna, Albert y yo.

- Albert, I have something to tell You. – Agarré la mano de Ayla en ese momento.



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En el texto hay: lagrimas, amor, suspenso y duda

Editado: 23.02.2020

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