Cuando mas te esperaba

Capítulo 8: Retorno

Llegó la hora de salir de casa, eran las 10 de la mañana y debía coger un taxi hasta el aeropuerto, Ayla me acompaño mientras que los demás iban en la camioneta de Albert.

Ayla estaba recostada en mi hombro mientras estábamos en la carretera, estábamos agarrados de la mano, pero no dijimos nada. Las palabras en ese momento sobraban, sabíamos lo que sentíamos y no necesitábamos hablar, solo nos enfocamos en disfrutar al máximo el momento a solas.

Ella llevaba la misma blusa blanca con la cual la vi por primera vez, llevaba una cola en su cabello y su perfume era olor a cereza, era como ver un suelo llegar a su fin, sin más. Por la ventana del taxi se podían divisar casas en medio de largos campos verdes, como una película. El clima era más tranquilo que de costumbre, había algunas nubes en el cielo y el sol estaba oculto. No podía despegar la mirada del paisaje calmante.

Ella estaba descansando con los ojos cerrados, noté que no habíamos dormido bien ninguno de los dos. Después de 15 minutos llegamos al aeropuerto.

- Aún quedan unos minutos antes de entrar a la sala de embarque.

- Si, ¿quieres caminar un poco?

- Claro que sí.

Caminamos cerca de la puerta del aeropuerto por unos minutos viendo el paisaje y todas las personas que se reunían cerca de allí a recoger a sus familiares y amigos.

- Ok, son 7 horas de diferencia, y estaré siempre conectado por si deseas conversar de cualquier cosa.

- Ok, en mi trabajo tengo una hora libre a la hora de almorzar, ¡te parece bien a esas horas?

- Cualquier hora está bien, mientras podamos hablar.

- Por favor, háblame de cualquier cosa, yo estaré siempre estaré allí.

- Sasha, tranquilo, estas un poco nervioso.

- Me encanta viajar, pero le tengo miedo a los aviones. No es para tanto, pero si bueno estoy un poco nervioso.

Ya había llegado la hora de embarcar, así que caminamos hasta la puerta. Albert estaba allí junto a María y Anna, ambas me habían comprado un pequeño recuerdo tejido a mano.

- Espero que puedas volver pronto.

- Gracias María, sé que estaremos en comunicación también.

- Claro que sí, yo viajaré a España en unos meses para un curso de la universidad.

- Vaya, que gran noticia, de todas maneras, estaremos en contacto, tengo a un primo que vive allí. Tal vez puedas hablar con él sobre tu curso y él puede ayudarte.

- ¿A sí?, vaya gracias, estaré practicando mucho.

Albert solo estaba mirando junto a Anna como conversábamos en español, ya que ellos no son muy buenos en ese idioma.

- Stop talking, Sasha has to go. – Albert estaba un poco contento, pero también preocupado por la hora.

- Yeah, ok. Thank you so much for everything.

Albert, Anna y María, se quedaron allí en la puerta, mientras que Ayla me acompaño unos metros más adentro antes de la revisión de maletas.

- Te quiero mucho Sasha. No lo olvides nunca.

- Yo también te quiero Ayla, créeme que te extrañaré mucho cada día que no estés conmigo.

Nos despedimos con un largo beso y un abrazo fuerte, la cargué en medio del abrazo y le di una vuelta. Estaba muy feliz de haber conocido a esa familia.

Ya adentro de la sala de embarque pude ver varias personas caminando solas, y comprendí que ya había dejado Alemania al pasar esa puerta.

Como si fuese un zombi camine hasta la puerta donde subiría al avión en silencio, pasé por las filas de personas que movían sus labios, pero no escuchaba nada. Me senté en silencio, sin ver a ningún lado. Vi como las aeromozas hacían su rutina de como ponerse el chaleco en caso de emergencia, pero no escuché nada, mi mente no estaba allí, ni siquiera pensaba, estaba en modo automático.

Cerré los ojos y me dormí en unos segundos. Al rato desperté y ya estábamos en España esperando la orden para bajar del avión. Debía esperar en el aeropuerto 2 horas para tomar el siguiente avión, pero al igual que antes, mi cuerpo se movió solo para llegar al siguiente avión, no hizo ni un movimiento más, cuando estaba sentado esperando la llamada para abordar, se me acercó una mujer de ojos azules y tez blanca, tenía el cabello marrón y era delgada.

- ¿Hola?, ¿Te sientes bien? – Pude notar su acento andaluz.

- Hola, si estoy bien…

- Te vi allí, pero me preocupaste un poco. ¿Te pasa algo?



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En el texto hay: lagrimas, amor, suspenso y duda

Editado: 23.02.2020

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