Cuando me haya ido

9. Amistad

Tiziana salió del ensayo y se subió a su auto para ir a casa, puso música a todo volumen y sonrió. Estaba feliz, aunque no sabía muy bien el porqué. Cuando llegó a su departamento, dejó sus cosas a un lado de su cama, tomó una ducha y luego se conectó un rato al Twitter para saludar a sus seguidoras, luego entró a su cuenta de Facebook que era más personal y por medio de la cual se comunicaba con algunos amigos a distancia.

«Tizi... ¿Qué cuentas?». Saludó Fiorella apenas la vio entrar.                                                                                                                                       

«Fio... ¿Cómo estás? Nada nuevo, acabo de llegar, me estaba relajando un poco».

«Nada nuevo tampoco. Qué aburridas somos, ¿no?... Oye, ¿hablaste con el chico este de la hermanita enferma?».

«Sí, con Diego... Hablé con él... bastante».

«A ver... ¿Qué me quieres decir con bastante?».

«Que hablamos ayer por Facebook y hoy por mensaje de texto... y en un rato más seguro hablaremos de nuevo porque quedamos en volver a hablar más tarde».

«¿Eh? ¿De qué me perdí? ¿Le diste tu número? ¿Ese mismo número que no le das a nadie?». Preguntó Fiorella y adjuntó muchos emoticones con distintas reacciones de asombro.

«Ja, ja, ja, sí... Bueno, en realidad se lo di para ponernos en contacto por el tema de Silvia cuando esté por allá. Es más sencillo, ¿no? No paso mucho tiempo conectada».

«Ah, sí claro. ¿Y se puede saber qué tanto hablaron?».

«Nada... un poco de todo, cosas de la vida».

«Cosas de la vida... ¡Vaya! ¡Qué bien!».

«Ja, ja, ja».

«¿Qué te da risa?».

«No lo sé, Fio... Qué se yo, solo me dio risa».

«Diría que estás un poco extraña».

«No, no lo creo. Pero mejor cambiamos de tema y me cuentas como estas tú».

«Pues yo bien, tranquila. Nada nuevo… exámenes y estudio».

«Y después la de la vida aburrida soy yo, ¿no?».

«Noooo, tú deberías ser la de la vida divertida, la que sale y siempre tiene una anécdota para contar. Para eso eres famosa y libre, todo lo que hagas estará bien para las que te siguen. Yo, sin embargo, debo ser aburrida, una odontóloga aburrida».

«Ja, ja, ja. Estás diciendo tonterías, tú siempre fuiste la más loca del planeta».

«Sí... Hoy, por ejemplo, mi amigo Martin y yo, nos estuvimos besando en el laboratorio, pero después llegó el profesor que tenía su próxima clase ahí y nos mandó a ya sabes dónde».

«Espera, ¿tu amigo Martin y tú se estuvieron besando? ¿No te dije que a los amigos no se los besa de esa forma, Fio?».

«Ah, Tizi, pero hay que divertirse un poco, Martin es guapísimo, tenía que probar esos labios de todas formas... ¡No pasó nada!, solo besos».

«Mmmm. Tú no tienes solución».

«Ja, ja, ja, ja. Tú eres aburrida, solo besas a Javier desde hace dos años».

«Fio, es mi novio, ¿qué quieres?».

«Estoy segura de que más de uno se moriría por besarte, o más de una, quién sabe».

«Ja, ja, ja. Bueno, pero yo solo beso a mi novio. Y tú deberías conseguirte uno, así sientas cabeza y te tranquilizas».

«¿Y convertirme en una amargada como tú? Olvídalo, amiga, Javier te sacó toda la diversión. Todas esas locuras que hacíamos antes. Como cuando salimos con los gemelos e hicimos una lista para ver si eran iguales en todo, ¿te acuerdas?».

«Sí... Estábamos mal, muy mal».

«Sí... A mí como siempre me tocó el más divertido de los dos, entonces llegué a la conclusión que tienes suerte con los amargados».

«Javier no es amargado».

«¿No? Es el único guitarrista de una banda de rock que se pone corbatas para ir a cenar y se duerme a las ocho de la noche. Así ¿quién quiere un novio rockero?"

«Ja, ja, ja. Ya deja a Javier en paz».

«No me va a caer bien nunca... Lo siento».

«Bueno, a mí tampoco me cae bien Martin, no te toma en serio».

«Ah, no. No puedes comparar, él y yo no tenemos nada. Ni él me toma en serio, ni yo a él... es de mutuo acuerdo, no queremos nada».

«Mmmm, no estoy tan segura de eso».

«Mmmm. ¡Qué poco me conoces!».

«Ja, ja, ja. Justo porque te conozco lo digo. En fin, mira, ahí se conectó Diego».

«Ah... Diego... claro...».

***

Conversación Diego - Tizi

«Diego...».

«Hola, linda, acabo de ver las fotos que subiste».

«¿Me estabas stalkeando?».

«No, claro que no. Me las mostró Silvi».

«Ah, bueno, voy a creerte».

«¿Tienes un trastorno de personalidad?».

«¿Qué? ¿Por qué?».

«Digo, por tantas selfies. Hace poco leí que la gente que lo hace es gente insegura o algo así».

«¿Ahora vas a especializarte en psicología?... Ja, ja, ja lo hago por diversión. Además, todo el mundo lo hace, Diego».

«Yo no… Pero eres linda, y sales muy bien en las fotos… y eso no le pasa a todo el mundo, ¿eh?».

«Gracias por el cumplido...».

«¿Qué tal los ensayos?».

«Bien, estaba cansada, pero tomé un baño y ahora estoy más relajada».

***

Conversación Fio - Tizi

«¿Así que se conectó Diego y ya no me hablas?».

«Claro que te hablo, acá estoy».

«¿Estás hablando con él?».

«Ajá…».

«Le voy a hablar también, tengo que ver por qué es tan interesante».

«Fio, solo es un chico normal».

«Tú nunca hablas con nadie desconocido, algo debe tener».

***

 

Conversación Fio - Diego

«Diego. ¡Hola!».

«Hola, Fio, ¿cómo estás?».

«Bien, ¿tú? ¿Pudiste hablar con Tizi?».

«Sí, ya hablé con ella y está todo arreglado... Gracias por todo».




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