Cuando me haya ido

37. Distancia

La última semana paso rapidísimo y pronto Tiziana debió volver para retomar la segunda parte de su gira.

—¿Cuándo nos volveremos a ver? —le preguntó Diego mientras la despedía en el aeropuerto.

—No lo sé, pero hare lo posible para que sea pronto…

—Fueron las mejores dos semanas de mi vida desde hace un montón de tiempo —admitió Diego mientras la abrazaba y la besaba.

—Digo lo mismo, mi amor —sonrió ella—. Nunca te olvides que te amo…

—Tú tampoco... —sonrió el dándole otro beso.

—A veces siento que este amor es para siempre, Diego, es muy fuerte, muy intenso... —agregó ella mientras se escondía en su pecho para aspirar su aroma una vez más.

—Siento lo mismo —sonrió él acariciando su cabeza.

La hora de abordar llegó y una vez más ella se dirigió a zona de embarque.

—Te llamaré apenas llegue…

—Estaré esperando esa llamada, cuídate…

—Tú igual…

***

Otro abrazo y otro beso y se separaron. Diego la miró partir y una punzada de temor se ahogó en su pecho... Otra vez la distancia, otra vez separados y no sabían por cuánto tiempo.

Los días se transformaron en semanas, y las semanas en meses. Así pasaron seis meses desde la última vez que se vieron y las cosas no iban demasiado bien ya que ambos querían verse y se sentían frustrados de no poder hacerlo. Tiziana iba de país en país, era la última parte de su gira, pero ya las fechas eran más seguidas lo que no le dejaba espacio para escapadas. Diego estaba metido en sus estudios y su trabajo y, a veces, casi ni hablaban. Esa noche Silvia se encontraba cenando con Diego.

—¿Como van las cosas con Tizi? —preguntó ella—. Me comentó que cada vez hablan menos… —Diego suspiró.

—Es difícil mantenerlo a la distancia, hacemos lo que podemos, pero cuesta... No puedo ser parte de su vida y ella no puede ser parte de la mía por más que nos contemos todo... No estamos encontrando tiempo para vernos hasta dentro de un par de meses, pero serán solo un par de días y luego volveremos a lo mismo... No sé qué sentido tiene una relación así… —dijo con frustración.

—Son dificultades que tienen, pero estoy segura de que las podrán superar Diego, el amor entre ustedes es mucho más grande que cualquier dificultad…

—Últimamente no estoy tan seguro —respondió él—, la noto distante y bueno, no la culpo, ella me necesita ahí y yo no estoy con ella.

—Luchar... esa es la palabra que debes guardar para ti —comentó Silvia y Diego solo negó con la cabeza.

Esa noche cuando estaba por dormir su celular sonó

—Tizi... estuve esperando tu llamada, pero pensé que ya no llamarías —comentó cuando le atendió.

—Se me hizo tarde, estaba dando una entrevista... Diego hay algo que quiero decirte —dijo nerviosa.

—Dime… —respondió Diego con un suspiro.

—Javier y su banda están acá, vamos a grabar unos temas juntos, es una cuestión de la productora... Solo quería que lo supieras porque no quiero problemas contigo —explicó con sinceridad.

—¿Por qué habría problemas? —pregunté él.

—Porque sé que eres celoso y como él es mi ex... bueno... solo por eso... pero no te preocupes porque no pasa nada —dijo para darle confianza.

—Ok…

—¿Qué pasa?

—Nada —susurró.

—¿Te enojaste?

—No... no tendría sentido que me enoje —respondió con resignación.

—Diego, debes confiar en mí… —pidió ella.

—Lo hago —sonrió él—. Te amo, voy a dormir ahora.

—Ok, llámame mañana... yo también te amo

***

Tizi estaba en su camerino, habían terminado de grabar el tema que tocaba con la banda de Javier, estaba recostada en el sofá con los ojos cerrados pensando en qué podría hacer para ver a Diego lo más pronto posible y poder arreglar las cosas. Necesitaban tiempo juntos, lo sabía, lo sentía y pensaba que la distancia los estaba alejando más de la cuenta…

—Permiso —dijo Javier entrando y ella se sobresaltó.

—¿Qué haces acá Javier? —le preguntó.

—Quería hablar contigo, Tizi... te extraño mucho…

—¿Qué? —eso le sorprendió.

—Sí... Me di cuenta de que perderte fue el peor error que cometí en mi vida —dijo mientras se acercaba.

—No... espera... A mí ya no me pasa nada contigo —dijo incorporándose para mirarlo.

—Déjame demostrarte que estás equivocada —susurró.

Todo fue muy rápido, él se acercó la tomó en brazos y la beso. Ella se alejó empujándolo.

—Javier, sal de aquí, ahora —le ordenó y a él no le quedó más remedio que marcharse.

Tiziana se fue a su casa y llamó a Fiorella.

—Amiga... ayúdame —pidió.

—¿Qué pasó? —preguntó ella asustada.

—Javier entró a mi vestuario hoy y me besó. No lo pude evitar, fue rápido, lo empujé, pero no quiero que Diego lo entienda mal, las cosas no están bien entre nosotros... estamos distantes…

—¿Y porque se lo vas a contar a Diego?

—Porque no le quiero ocultar nada —dijo Tizi.

—Sí... pero esto no fue un beso, me dices que él te besó y lo empujaste... si se lo cuentas no lo va a entender, se va a enojar y se va a poner loco... ¿Acaso no lo conoces?

—Sí... pero siento que debo contárselo...

—Piénsalo mejor…

Hablaron un rato más y luego ella corto. Llamó a Diego como para contárselo, pero él no atendió el celular. Volvió a intentarlo, pero la llamada entró al buzón. Tiziana miró su reloj y vio que era tarde y que probablemente estaría dormido. Desde que estudiaba y trabajaba terminaba muy cansado y dormía muy poco. Pensó que le llamaría al día siguiente, estaba convencida de que debía decírselo.

Por la mañana, Diego salió rumbo al trabajo, se detuvo como siempre a comprar un café para llevar y luego en el kiosko de la esquina para comprar el diario. Su sorpresa fue enorme cuando en una de esas revistas de farándula vio la foto de Tiziana besándose con Javier en lo que parecía ser un vestuario, el titulo decía «¿Volvió con su ex?»




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