Cuando me haya ido

48. Amigos

Diego estaba de pie frente a toda la gente de la fundación, empresarios que apoyaban, doctores y enfermeras que trabajaban allí, niños y padres que traían a sus hijos al lugar. Todos expectantes para ver a Tiziana cantar y luego compartir una tarde con ellos. El había empezado su discurso y ella lo escuchaba atenta desde su asiento.

Se sentía muy mal por lo que había pasado con Diego, Luca no se merecía algo así, quizá no era la mejor relación, pero él no era una mala persona. Además, se sentía confundida por lo sucedido. ¿Qué fue eso? ¿Por qué sucedió? ¿Acaso Diego la amaba aún? Lo miraba allí dirigiéndose a todas esas personas y se sentía orgullosa de él y de lo que había logrado hasta entonces.

Entonces vio llegar a Fiorella de la mano de Diego, la saludaron y se acercaron a ella.

Vio llegar a Fiorella y a Miguel de la mano, le saludaron y le sonrieron. Se acercaron a ella.

—¡Que guapo Diego! —exclamó Fiorella cuando se sentó a su lado.

—Sí… después tenemos que hablar —susurró Tizi a su amiga.

En eso escuchó su nombre, pasó al escenario, cantó un par de canciones y compartió con las personas presentes. La tarde transcurrió tranquila hasta que logró escapar al jardín con Fio para hablar.

—Dios, Fio, estoy en un lío…

—¿Qué sucedió?

—Me acosté con Diego… anoche… —susurró.

—¿Quéeeee? —gritó Fiorella.

—Shhhh —Tizi la acalló y le contó todo lo que había sucedido.

—Woooowwww. Sexo salvaje en el baño de un hotel mientras tu novio yacía medio muerto en la habitación. ¿Quién lo diría? cuando pensé que ya no podías sorprenderme ahí vienes con una nueva historia…

—Esto es serio, no sé qué hacer…

—No sé por qué te complicas tanto —respondió Fiorella—. Habla con Diego y corta de una maldita vez con Luca…

—¿Todo es tan fácil? —inquirió con ironía.

—Es fácil, Tizi, ustedes lo complican… Silvia dijo que miremos desde arriba, yo desde aquí veo que tú y Diego no se han superado y que son un par de idiotas que viven tratando de ignorar lo que sienten, pero también veo que tú te buscas problemas… ¿Por qué no puedes estar sola, Tizi? Digo, si amas a Diego como dices, ¿por qué estás con Luca?

Tiziana no supo que responder y suspiró, Fiorella tenía un buen punto.

—Piénsalo, quizá sea hora de que ordenes tu vida…

Volvieron al salón y se integraron a los demás. Luca se había retirado ya porque había aprovechado l viaje para organizar un encuentro con sus fans y debía ir a tomarse fotos y firmar autógrafos. Diego se acercó a Tizi.

—Muchas gracias por esto… —comentó—, todos quedaron muy contentos.

—No ha sido nada, es lo mínimo que podía hacer…

—¿Vamos a comer algo?

—Está bien…

Salieron y fueron a un restaurante, ambos tenían cosas para decirse, pero no encontraban las palabras para hacerlo. Se sentaron y ordenaron.

—Hay mucho de qué hablar, ¿no?

—Sí, bueno, no sé por dónde empezar, Tiziana... Quiero pedirte perdón, me siento muy mal por lo que paso... Yo no soy así, no debí haberte tratado así, no debí haberme dejado llevar... Sé que piensas que me arrepiento, y no, no es así, no de lo que pasó, sino de cómo pasó.

—Lo sé… —respondió ella y bajó la vista—. No es tu culpa…

—Lo es, en cierto modo… Yo estaba enfadado y celoso, no puedo verte con ese tipo, imaginarte con él... Todas las noches me acuesto y te pienso a su lado y me entra una rabia que no puedo manejar, todo eso me llevó a perder el control. Y no debimos, estuvo mal porque él… bueno, no se lo merece…

—Lo sé… y también me siento así… Pero me gustaría saber una cosa, Diego. ¿Qué sientes por mí?

—Tú eres y has sido lo mejor que me ha pasado en la vida, gracias a ti he logrado todo lo que soy y lo que tengo hasta ahora. Me has animado, me has impulsado… Pronto tendré el título con el que soñé y al fin tengo mi vida encaminada… Siento muchas cosas por ti, Tizi… pero no sé si es suficiente…

—¿Por qué tienes tanto miedo Diego? Es tan difícil… lo haces tan difícil… Y yo me he dado cuenta de que he estado cometiendo demasiados errores… Sí, tienes razón, no debimos dejarnos llevar, estamos en este tire y afloje desde hace demasiado tiempo y no es justo para nadie…

—Seamos amigos, Tizi…  

Tizi asintió, pero no dijo nada más. Ella sabía que nunca podrían ser amigos, pero necesitaba pensar, ordenar su vida como Fiorella le había recomendado. Lo que había sucedido la había descolocado y todo en su interior se encontraba fuera de lugar.




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