Cuando Mi Menté Siente

Anorexia

flotaba en un vacío oscuro, con la mirada fija en una pantalla colosal ante mi. Las brillantes imágenes mostraban... ¿Mi vida?, ¿Que era esto?, un espectáculo de marionetas que no controlaba.

Cada instante que veía me hacía daño, recordaba mi impotencia... "¿Por qué no puedo moverme?" Pensé tratando de hablar pero la voz no salía, mi mente se desespero tratando de ser libre y escapar de esta prisión oscura y sin paredes.

El reflejo en la pantalla parecía cada vez más real, era yo... "¿Acaso alguna de estas decisiones fue mia?, ¿Era realmente mi vida?". Era un espectador de mi propia historia, pero sin la emoción de vivirla.

intente gritar tratando de que alguien me escuchará, que por alguna razón del destino mi voz saliera a través de esa pantalla y mis amigos me ayudarán..., pero mi voz no se escuchó, solo podía observar a esa persona convivir con mi familia. Fue entonces que en medio de mi desesperación y soledad, la pantalla mostró recuerdos atrapados en mi interior: discusiones, momentos de soledad y frustración. Tantas emociones y decisiónes que no había tomado. "¿Realmente soy esto?", pensé mientras la pantalla mostraba un futuro, una vida, mi vida... mi relación con mi familia, los rostros tensos en las cenas, el silencio de palabras no dichas, todos los recuerdos que reprimía empezaron a invadirme, todas las veces que dije que estaba bien y realmente quería que alguien viniera a rescatarme...

Fue entonces que mi mente se llenó de pensamientos profundos, tantos "hubiera" había sido la causa de esta prisión. Imágenes de un viaje que nunca hice, de una carrera que nunca elegí, y de una vida llena de posibilidades perdidas. Ahora no solo era un espectador, sino un prisionero de mis propias decisiones que nunca tomé, la pantalla no mostraba más que mi miedo por vivir

Sentía que mi esencia se desvanecía viendo la pantalla de alguien que no era yo, mi verdadero yo, ya no parecía existir. "Si tan solo pudiera volver..." Aunque sabía perfectamente que ya no había marcha atrás. No podía escapar, ¿A dónde voy a volver? Ni siquiera podría volver a mi vida porque realmente nunca entre en ella

Finalmente lo comprendí, siempre había sido un espectador. Y mientras las lágrimas caían al oscuro vacío, mi mente comenzó a pasar recuerdos de lo que alguna vez quise para mi vida: reir con amigos, viajar por el mundo, tomar riesgos que jamás me atreví. Nunca escaparé de esta prisión... Las imágenes en la pantalla finalmente se apagaron, dejandome solo con el peso de mi elección más dolorosa: no haber elegido vivir.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.