© Cuando nos conocimos.

Capitulo Único.

Estaba en la cocina, ya había terminado de preparar el desayuno, justo iba a poner la mesa, cuando sintió el bullicio acercarse, como todas las mañanas.

―Papá, ¿Puedes decirle a Shinki que deje de fastidiarme? No para de decirme que me quite mis audífonos ―dijo la pequeña rubia, mientras jalaba del mandil de cocina a su padre― por cierto, buenos días! ―termino diciendo mientras lo abrazaba de costado por un instante y luego se dirigía a su asiento correspondiente en la mesa.

―Ah... buenos días, Yodo ―dijo su padre mientras seguía sirviendo lo que tenía en la sartén a los platos― parece que amanecieron con mucha energía el día de hoy ―desvió su mirada a los otros recién llegados a la cocina, Shinki y Araya.

Este último hizo una pequeña reverencia a su padre a forma de saludo, no era de los que hablaba mucho, de hecho, casi nunca hablaba.

―Buenos días, Padre ―pronuncio Shinki mientras se sentaba en la mesa, al igual que Araya― lo que le dije a Yodo solo fue por su bien ―centro su mirada seria en su hermana― ella está descuidando su entrenamiento, ya que se la pasa procrastinando con ese artefact-

―Eso no es cierto, no le digas mentiras a Papá! ―respondió de manera abrupta Yodo, interrumpiendo a su hermano― ¿Acaso quieres que te pegue? ―levanto su mano en forma de puño dirigiéndola hacia Shinki, mientras ponía cara de enojo― Retráctate.

―Jamás, si quieres golpearme, inténtalo ―Shinki puso cara desafiante― solo fallaras, como siempre lo haces.

Tras lo dicho por su hermano, quien estaba sentado en frente suyo, Yodo se levantó de su asiento con la clara intención de ir a golpearlo, este por su parte se puso en guardia esperando el ataque de su hermana, mientras que Araya los observaba con pánico.

Su padre, que por el momento solo se había dedicado a observarlos mientras terminaba de servir los platos en la mesa, interfirió, evitando la pelea entre sus hijos.

―Ya basta, deténganse ―dijo con su voz seria que lo caracterizaba― no me obliguen a castigarlos...

―Pero él/ella empezó! ―dijeron a coro Yodo y Shinki.

En los siguientes minutos, su padre hizo que arreglasen sus diferencias y el problema en cuestión, luego de eso empezaron a desayunar, antes de que se les enfriase la comida por completo.

Mientras hablaban de lo que harían en el día, el cual era su favorito porque les tocaba libre, a Yodo no se le ocurre mejor idea que hablar de "ese" tema.

― Papá, ¿Cómo conociste a mamá? ―pregunto emocionada mientras le guiñaba un ojo a sus hermanos ― ¿podrías contarnos? Por favor...

Gaara casi expulso todo el café que tenía en boca al escuchar eso, no pudo evitar mostrarse afectado.

― ¿Por qué quieres saber eso? ―respondió un tanto esquivo, la pregunta sí que le había caído de sorpresa― es una larga historia, no deberían gastar el tiempo de su único día libre escuchándome...

―Por favor, Padre. Queremos escucharlo, es algo que nos interesa a los tres ―agrego Shinki mientras miraba de forma cómplice a Yodo y Araya y esto le asentían con la cabeza.

El Kazekage al ver que estaba acorralado por sus hijos decidió ceder.

―Está bien, les contare de como conocí a su madre, Shijima ―sonrió nostálgicamente―. Aun lo recuerdo como si fuese ayer... La conocí en la calle, le pregunte qué hora era y solo me apunto hacia el gran reloj de la plaza central...

Y así padre he hijos pasaron una memorable mañana recordando a la madre de estos y a la única mujer que amo el Kazekage en su vida.

 

FIN.



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En el texto hay: familia, gaara, naruto

Editado: 14.04.2018

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