cuando nos convirtamos en estrellas

24| Mercurio

26 de noviembre

Hoy la tía Ginebra llamó desde Florencia para saludar a mamá.

Admiro a mi tía por su espíritu libre y su fortaleza, decidió marcharse joven del país para conocer el mundo y encontrar ese hueco en el suyo propio.

Ahora vive en una modesta casita en un pueblo pequeño, pero es feliz junto a su pareja y su profesión, es maestra de inglés y le da clase a los niños pequeños. Nos invitó algún día a mamá y a mi a su pueblo, tiene muchas ganas de conocer a su futura sobrina cuando esta nazca y ver cuanto yo he crecido.

Tuve un rato para hablar con ella, le conté como iban las cosas aquí, de mis expectativas de entrar a una escuela de artes y de lo raro que se comportaba Stefano conmigo. Me ofreció su casa en el verano y un boleto de avión si prometía aprobar todas las clases.

Voy a cumplir mi promesa, Italia siempre ha sido mi sueño. Y si puedo pasar un par de meses allí, seré un tercio más feliz en este infierno.

A.




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