Cuando Nos Encontramos

Antes de la Odisea.

-Mamá, papá, tengo una noticia para ustedes-hablé nervioso.                                                                            -¿Qué tienes hijo?-me preguntó mi madre con dulzura.
-Yo...soy gay.
Hubo un silencio bastante incómodo. Sentí el ambiente más tenso y frío.
-¿Estás bromeando?
-No, mamá. Es en serio lo que dije.
Mi padre se levantó de la silla y me preguntó:
-¿Cómo puedes darnos esa noticia así de simple?
-Perdón. En serio no quería fallarles. Yo aprecio mucho lo que han hecho por mí, pero...
-¿Pero qué, Lucas?
-Lo mantuve guardado desde hace un mes.
-¿Y por qué no nos dijiste antes?
-Porque no me sentía listo. Lo siento mucho.
Mi madre sujetó mi mano y me miró fijamente.
-¿Sabes lo que pasará ahora?
-No, mamá. Pero estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario.
-Tienes valentía, hijo. Tu madre y yo te apoyaremos. Solamente te pondremos una regla: si vas a traer a alguien a esta casa, avísanos con anticipación. No queremos escuchar malos comentarios de los vecinos.
-Tú sabes cómo son las personas de afuera. No queremos que comiencen a hablar mal de nosotros.
-No se preocupen. No daré motivos para que hablen mal de esta familia.
-¿Estás completamente decidido?
-Sí, mamá. No tengo dudas de lo que soy ni de lo que siento.
-¿Crees poder soportar la carga en el colegio?
-Sí, aunque no la veo de esa manera.
-De todas formas, tienes nuestro apoyo y siempre te amaremos, Lucas.
-Muchísimas gracias. En verdad se los agradezco.
Los abracé muy fuerte. Era lo único que quería escuchar y hacer.

Iván Ramos me ha invitado a salir.
Él es alguien que desde hace un buen tiempo atrás andaba tras de mí. Lo noto muy cariñoso y amable. ¡Creo que es alguien para mí!
Juega en el equipo de fútbol del colegio, es demasiado guapo y más alto que yo. Además, es el más codiciado por muchos y muchas.
Lo raro es que no me ha pedido el número. Tal vez se le olvidó y lo hará más tarde.

Cuando lo peor pasó, me sentí usado, sucio y desdichado. ¿Por qué me tuvo que pasar esto? ¿En qué me equivoqué? ¿O esto ya lo tenía planeado? Estas preguntas me pasaron por la mente al saber que Iván Ramos no tenía ningún interés en mí.
-¿Qué has dicho?-le pregunté.
-Creo que fui bastante claro-respondió con dureza.
-¿Por qué no fuiste sincero?
-Quería saber si los rumores eran ciertos. Y adivina qué: lo son.
-¿Cómo te atreves a creer eso?
-Ay, no te hagas el inocente. Ya se sabe muy bien que te entregas a cualquier tipo que te diga palabras bonitas y te dé caricias.
-¡Eso no es cierto! Tú no eres igual a ellos.
-Jamás me involucraría sentimentalmente con un niño de mala fama. ¿Entendiste, Lucas?
-¡Te odio! ¡Eres un bastardo manipulador!
-Dime lo que quieras, pero lo que querías, pasó.
-¡Esto no se va a quedar así! Me la vas a pagar un día de estos.
Cogí mis prendas de vestir y salí de su dormitorio.
Mientras me vestía, lloraba con tanto dolor que me asfixiaba por la amargura. ¡¡Fue una decepción enorme!!

Tres días después, ya me sentía mejor. Recordé sus palabras:
"-Has caído en mi trampa, niñito. Eres un regalado y jamás me fijaría en ti."
¡¡Fue una pesadilla!!
Quisiera hacerlo sufrir, así como yo sufrí en ese momento.




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