Alguien Nuevo Aparece.

Nigel tocó la puerta repetidamente. Él me siguió hasta acá.                                                                              -Lucas, abre la puerta. Cuéntame qué pasó.
-Déjame solo, Nigel. Te lo pido de favor.
-Vamos, no seas así. Soy tu mejor amigo. Siempre puedes contar conmigo.
Abrí la puerta.
Nigel me miraba muy preocupado.
-¿Qué hizo Miguel esta vez?-preguntó.
-Nada. No ha hecho nada desde ayer.
-¿Qué piensas hacer?
-¡No lo sé! No puedo pensar en nada. Estoy hundido en la tristeza.
-No tienes que sufrir por alguien que no actúa cuando uno sale herido. Mejor vamos al aula.
-No tengo ganas de ir.
Alguien entró.
-¿Nigel?
-Hola.
-¿Qué haces aquí?
-Estoy conversando con un amigo.
Él se aproxima.
-Hola. ¿Estás bien?
-No. ¿Quién eres?
-Me llamo Said, y soy amigo de Nigel.
-Él es Lucas, mi mejor amigo.
-¿Qué te ha pasado?
-Yo...
-Está sufriendo por Miguel.
-¿Miguel te hizo algo malo?
-No, pero...
-¿Pero?
-Él me gusta mucho.
-Lucas, sé que soy el menos indicado para decirte esto, pero no debes meterte con Miguel Calle.
-Creo que estoy enamorado de él, y por eso me afecta lo que hizo.
-Deberías olvidarte de él.
-Ojalá pudiera.
-Estamos contigo, Lucas. Said es un buen amigo. Y también es un chico muy agradable y apuesto.
-No exageres, Nigel.
-Deberías darle una oportunidad.
-No sé si sea de su tipo.
-Yo creo que eres simpático.
Lo dije porque es cierto. Said es de piel clara, más alto que yo y una voz gruesa y firme. Ah, y sus ojos son bonitos.
-Yo también lo creo.
Said se acercó a mí para besarme en la boca.
-Eres increíble, Lucas. No mereces llorar por él.
Me abrazó. Y ahí es cuando apareció Miguel. Se quedó paralizado de la sorpresa. Nos quedamos en silencio. Él se retira, no sin antes mirar enojado a Said. Recordé que Said y Miguel fueron pareja. Por eso el ambiente se sintió muy pesado y helado.

En la noche, Miguel fue a verme en mi apartamento. Traía una cara seria.
-Hola, Lucas.
-Hola.
-¿Estás ocupado?
-No.
-¿Sabes porqué vine?
-No.
-No estoy enojado contigo, pero me sorprendí encontrarte abrazado con Said. Dime si te obligó.
-No, Miguel. Él me abrazó sin que yo lo espera. Incluso me besó.
-¿En serio te besó?
-Sí.
-Ahora quiero saber por qué estabas llorando ese día.
-Por ti, Miguel. No pensé que eso me afectaría tanto.
-¿De qué hablas?
-Del beso que te dio Ashley.
-Lucas, el único que me interesa de ese modo eres tú. Me gustas mucho y no importa si Said te besó o te abrazó, porque sé que también te gusto.
-Sí, es cierto. Me gustas mucho, Miguel. Quiero que me perdones por lo que pasó.
-Ya está perdonado y olvidado.
Miguel me besa en la boca con tanto cariño. Sonrió.
-Gracias por no enojarte conmigo.
-No tenía un motivo.                                                          Agaché la mirada y le pregunté:
-¿Por qué estás siendo demasiado amable luego de lo que viste?
-Porque me interesas tú y quiero saber más de ti.
-No sé cómo reaccionar a eso.
-Mírame a los ojos y dime si quieres que te cuente todo sobre mí.
Lo miré. Lucía tranquilo y alegre.
-Sí. Perdóname por arruinarlo.
-¿Arruinarlo? Nada está arruinado, Lucas. Éste es un nuevo comienzo para nosotros.
-De acuerdo. Yo confío en ti.
-Otra vez estoy solo. ¿Quieres pasar?
-Si tú me lo permites.
-Claro que sí.
Entró. Miguel se acostó y se quedó dormido luego de abrazarme y conversar conmigo.
-Descansa, Miguel-susurré en su oído.

Le conté a Nigel de lo que sucedió.
-¿Crees que haya sido lo correcto, Lucas?-me preguntó un poco confundido.
-Sí. Miguel y yo nos reconciliamos luego de lo que pasó.
-No quería afectar su relación. Disculpame por eso, Lucas.
-Ya no tiene importancia ahora. Eres mi mejor amigo, Nigel. Además, estaba muy mal y necesitaba amigos.
-Bueno, si tú lo dices.
Nigel no es mala persona. No hay culpables ni errores. Todo quedó atrás. Por eso sé que Miguel y yo estamos bien, y también mi mejor amigo y yo.