Han pasado dos semanas desde que empezamos con nuestra relación amorosa. Hoy es el cumpleaños de Miguel, y preparé una fiesta secreta para él. Asistieron pocos conocidos de Miguel. Nigel me ayudó bastante con la preparación.
-A las siete de la noche estaremos los dos aquí. No te olvides de apagar las luces y estar atento a nuestra llegada.
-Lo tengo claro, Lucas. Todo saldrá bien.
-Gracias, Nigel.
-No es nada. Ahora anda por él y tráelo.
Salí del departamento.
Miguel estaba jugando en su cuarto. Toqué la puerta.
-¿Puedo pasar?
-Si, amor, pasa.
Entré y me senté a su lado.
-¿Qué tienes, Lucas?-me preguntó.
-Quisiera que me acompañes a mi departamento.
-¿Estás solo?
-No, porque tengo que cuidar a Rosella y estoy terminando de escribir un ensayo.¿Podrías darme una mano?
-Por supuesto que sí. Termino esta ronda y nos vamos.
-Miguel...
-No me tardo mucho.
-De acuerdo. Te espero en la sala.
Salí del cuarto y me senté en el sofá.
Un minuto más tarde, sale Miguel de su cuarto.
-Es hora de irnos.
-Vámonos ya.
La puerta estaba semiabierta, y pude darme cuenta de las luces apagadas.
-¿Porqué estás a oscuras?
-Estaba en mi cuarto. Mejor entremos.
Al abrir y dar unos pasos, se encuenden las luces.
-¡Sorpresa!-exclamaron todos.
Miguel sonrió.
-Lucas, en serio te pasaste de adorable.
-Esto fue un gesto que demuestra lo mucho que te quiero. Y tus más cercanos se unieron para ayudar.
-Se los agradezco mucho.
-No fue nada.
-Eres lo máximo, Lucas. Me has dejado sorprendido.
-Es lo mínimo que puedo darle a mi novio por su cumpleaños.
-Pues tu novio te lo agradece demasiado.
Me besó en la boca. Me abrazó.
-¿Cómo lograste hacer esto en tu departamento?
-Hablé con mis padres luego de que la situación se calmara. Les platiqué lo suficiente de ti para que te acepten como mi pareja.
-¿Les diste todos los detalles?
-Sí. Desde el inicio hasta ahora.
-Lucas, pensé que era nuestro secreto.
-Y lo seguirá siendo, Miguel. Ellos no lo divulgarán, así que puedo confiar en ellos.
-De todas formas, me siento muy contento con esto y estando contigo lo estoy más.
-Quise darte una sorpresa tan grande como lo del paseo a la playa.
-Esto no se compara con eso. Esto es diez veces mejor.
-¿Y qué lo hace mejor?
-Que lo disfruto sin verme obligado a complacerte y sacarte una sonrisa.
-Tenía entendido que fue una compensación a lo de la salida al cine.
-Y así fue. Por eso estaba obligado a remediarlo.
-Miguel...
Entraron Said y Ashley. Regresé a verlos y fruncí el ceño.
-¿Qué hacen aquí?-pregunté disgustado.
-Es momento de la verdad, Lucas. No puedes seguir siendo engañado.
-¿De qué rayos están hablando?
-¿Aún no lo sabe, Miguel? ¡Eres un cínico!
-Oye, no vengas a fastidiarme la velada.
-Tómalo como quieras, pero Lucas no puede ser engañado por más tiempo.
-Mejor vete de la fiesta.
-Me iré si le dices a Lucas lo que hiciste en la playa.
-Miguel, dime de qué está hablando.
-No es nada, Lucas. Él está mintiendo.
-¿Crees que soy un mentiroso? Entonces que lo confirme Lucero.
-¿Trajiste a Lucero solamente para fastidiarme?
-No, porque ella se fue a la farmacia. Quiere saber cuál es el resultado de su travesura.
-Miguel, no puede ser...
-Lucas, yo...
-¿Porqué lo hiciste?
-No sé en qué estaba pensando. Fue una locura.
-¡¿Porqué no me lo mencionaste antes?!
-No quería arruinarlo, Lucas.
-Pues no fue bueno que lo escondas.
-Sí, lo sé. Fui un completo estúpido y me siento fatal por no haber sido sincero.
-Diles que se vayan todos, Nigel.
-Entendido.
Nigel pidió a los demás que salgan. Él también nos dejó solos.
-Lucas, tienes todo el derecho de enojarte por lo que pasó. Sólo te pido que me dejes explicarte el motivo de...
-¿De ocultarlo? ¿De mentirme?
-¡Nunca te he mentido! Fue mala idea contárselo a Ashley.
-¡Y tú tan amigo de ella! ¿Acaso necesitas pasar por un largo sufrimiento? -Eso es lo que menos quiero.
-Miguel, te pido que me dejes solo y no me llames por unos días.
-Lucas, no te enojes. Perdóname por no contártelo. Me siento fatal y no niego que soy el culpable de tu pesar.
-Esto lo hago por el bien de ambos. Quiero que salgas de aquí.
-De acuerdo. Ya me voy.
Salió del departamento. Lloré por el malestar que me causaba la noticia.
Luego de un rato, Nigel entró para apaciguar mi tristeza.
-Gracias por estar aquí, Nigel.
-Eres mi mejor amigo, Lucas. Me temía que algo malo pasaría.
-Y así fue.
-Lucas, tú debes calmarte y tomar un respiro. No vaya a ser que terminen por impulso y luego lo lamenten.
-No, eso no lo permitiré. Yo aún quiero a Miguel y mucho. Sé que podremos salir adelante, aunque ahora no se puede forzar al querer.
-Exacto. Disfruta de la vida y no te hundas en la depresión.
-Eso haré.
-¿Y qué harás con la decoración?
-Lo guardaré todo para otro día.
-Pero hoy es el cumpleaños de Miguel.
-Lo sé. Y por eso no puedo dejar de sentirme mal.
-Bueno, no es el final de la relación. Solamente necesitan su espacio.
-¿Podrías quedarte a comer helado y ver una película?
-¿No crees que sería una mala idea?
-¡No! ¿Qué te hace pensar eso?
-Acabas de discutir con tu novio y aparte andas un poco inestable. No quisiera que por un ligero despecho actúes sin pensar.
-Nigel, yo puedo controlarme. Tú eres como un hermano para mí.
-Bien. Tú escoge la película.
-De acuerdo.
Asenté los tarros de helado en la mesa de centro. Nigel se quedó dormido en el sofá. Lo cubrí con una cobija. Después, me fui a mi habitación.
Recibí un mensaje de Miguel. Decía: "Respetaré tu decisión para que puedas sanar tu corazón. Nunca olvides que te quiero demasiado. Es más, puedo asegurar que te amo, Lucas".
Me acosté con la única intención de dormir. Mañana será otro día para seguir con mi vida.