Hoy cumplimos dos meses. Fuimos al mirador y esta vez Miguel consiguió el oral que tanto me pedía. Traté de no mancharme la ropa.
-Eso fue hermoso.
-¿Tanto como hacerlo?
-No. Esto fue más picante y me encantó.
-¿Es lo que tu cuerpo pedía?
-No, amor. Mi cuerpo quiere abrazarte y cogerte sin piedad. Pero mi corazón quiere que tú también lo disfrutes, que ambos lo disfrutemos.
-Fue algo extremo, pero me gustó.
-Ése era el deseo de mi corazón. Ahora vayamos por unos helados, ¿sí?
-Sí, vamos.
Me besó en la boca.
-Te amo.
-Y yo a ti.
Bajamos de las escaleras, tomados de la mano.
Lucero fue a disculparse conmigo a mi departamento.
-No tienes que disculparte. Lo que pasó, pasó. Ahora es importante que ambos se preocupen por el bebé.
-Gracias por entenderlo.
-De nada. ¿Qué nombre le pondrás?
-Alexis David si es niño y Mariana si es niña.
-Son bonitos nombres.
Miguel sale de la cocina con un vaso con agua.
-El nombre Alexis es porque pude descubrir el segundo nombre de mi amado novio.
-¿Dónde lo encontraste?
-En tu carné estudiantil. Cuando me enteré, quise que fuera ése.
-¿No crees que sería mejor otro nombre?
-No, porque me gusta el tuyo.
-Miguel insistió hasta que me convenció.
-Así fue.
-Ya veo. Puedes ser convincente y un poco molestoso.
-Así me quieren. No puedo ser diferente.
Lucero tiene tres meses de gestación. Es una chica muy amable y buena.
-Por cierto, Miguel: Ashley me ha dicho que está molesta contigo porque no has hablado con ella.
-No lo haré hasta que se disculpe con Lucas. Esa es mi respuesta.
-Si tú lo dices...
-No es necesario que lo hagas.
-Debo irme. Mi madre me está esperando para ir al chequeo mensual.
-Ve con cuidado.
Lucero sale de mi departamento. Miguel se sentó a mi lado en el sofá.
Me besó en la boca.
-Lucas, yo no pensé en ser padre tan joven, pero ahora estoy dispuesto a serlo.
-Yo estaré contigo, Miguel. Y serás un excelente padre, así como el tuyo.
-Sí, exactamente igual a él.
Me abrazó.
-Gracias, Lucas. En ti encuentro la luz de la bondad.
-Somos novios después de todo. No se trata solo de coger y ya.
-Tienes toda la razón.
Ahora entendía la frase de Miguel: el deseo de mi corazón es permanecer a su lado sin importar las dificultades que se den. Yo seré el amigo incondicional de Miguel y su novio en las noches. Nuestro amor no es solamente momentos mágicos ni embellecidos, porque sería un engaño fatal para ambos. Descubrimos nuestras virtudes y las apreciamos; descubrimos nuestras debilidades y las mejoramos. No somos perfectos, pero sí una pareja unida.
Me besó en la boca y después en el cuello.
-Miguel...
-Te amo, Lucas.
-Y yo a ti.
-Todo de ti me gusta. No cambiaría nada de ti.
-Yo tampoco. Eres el novio idóneo para mí.
Acarició mi cabeza mientras sonreía.
Ambos compartimos el mismo deseo del corazón, y espero que permanezca ahí todos los días, o ya no tendría tanto sentido luchar por lo nuestro. Ambos le daremos sentido. Sé que siempre habrán mil motivos para rendirse, pero también encontraremos mil y un motivos para continuar. En eso pensaba mientras nos desnudábamos en nuestro sofá, estando completamente solos. Solo éramos los dos en medio del fuego y con nuestros cuerpos fusionados y nuestros corazones unidos por ese deseo.