Cuando nos volvamos a encontrar

Capítulo 14

 

 

 

En los dias previos, habíamos llenado de panfletos las clases, los postes en las calles y hasta creo que la mayoría de las casas del pueblo y alrededores, en verdad deseábamos tener un gran éxito con la actividad.

Todo estaba más que listo, solo faltaba conseguir acompañante para ese día…


🥁🥁🥁🥁

Estuardo al igual que yo, no tenía con quien ir, así que juntamos nuestra soledad y se formó una compañía.

Mientras tanto en algún lugar de La ciudad…

Lucía vive un día a la vez. Los primeros meses fueron  depresivos,  su mente sólo se preocupaba por como estaban sus hijas, aunque hace dos meses la mayor de ellas le ha llamado, eso le ha traido  cierta paz momentánea.   Ahora queda sacar el tiempo y dinero para ir por ellas.

El día que Lucía recibió la llamada de Magaly, fue a casa de su hermano Gerardo. Al entrar, está tan agitada que llegó a preocupar a este.

—¡Mi niña llamó! ¡Me llamó! después de tantos meses, están bien, pronto podré abrazarlas nuevamente. —logró articular entre risas y llanto.

Después de contarle todo lo que su hija le había dicho, Lucía compartió sus planes futuros con Gerardo.


—Sabes que cuentas conmigo en todo Lucía, dime cuando vas por ellas, yo te llevo en el auto a la hora o día que sea. —ofreció Gerardo.

A pesar de que no tenía un número fijo para comunicarse con sus hijas, por lo que mas que resuelta decide enviarle dinero a Magaly para que se haga de un teléfono. 

¿A que lugar olvidado por Dios se las llevó ese infame? Se preguntaba cada vez,  ademas  espera impaciente la siguiente llamada para llevar a cabo su cometido.
A palabras de Lucía, Julio va a lamentar cada una de sus acciones.

🥁🥁🥁

 

Estábamos a dos días de la fiesta, cuando coincidimos con Evelyn en tareas, por lo que no desaprovecho la oportunidad de preguntar el porqué de su alejamiento.  

Hay palabras a las que siempre debemos prestar especial atención. Mi madre nunca nos ha prohibido  tener  amistades con chicos o chicas, pero siempre repite: «no existen los amigos, solo conocidos».  Y ahora entendía el significado. 

—¿Todo bien Evelyn? Llevas semanas distanciada —hablé.

—Todo bien, he estado ocupada,  ya sabes, con las tareas finales, te veo luego —y dicho esto se fué sin dar mayor detalle.

Intente seguirla pero la perdí de vista en un santiamén.

Estuardo que escuchó todo, alzó las cejas al verla tan esquiva y distante. Estábamos seguros que su novio tenía mucho que ver en su forma extraña de actuar.

El día  antes de la actividad llamé a mi madre  para contarle las cosas que habían pasado con nosotras estos dias, aunque siempre omití la nueva pareja de mi padre. ¿Que hará mi madre al descubrirlo? 

Nadie te cuenta, sobre la vida coonviviendo con un padrastro o madrastra, hermanastros y demás. No es verdad que te vayan a dar doble de todo, es más, tienes menos que antes.

Ese era el caso conmigo, mi padre absorbió el gasto que ocasiona tener a tres personas más en casa. Los padres por estar bien con su nueva pareja, tienden a descuidar a sus propios hijos para atender los ajenos. 
*Nota mental: jamás enamorarme de un hombre con un pasado que incluya hijos.

Por lo anterior, mi madre decidió enviar ella dinero para comprarme un teléfono, y así  poder comunicarnos en cualquier momento,  va a ser  un problema con mi papá cuando se entere.


—Mi niña, cuando tengas el teléfono y número nuevo, envía un mensaje o llámame. No olvides que te amo con todo mi corazón, haré lo posible e imposible para que estemos juntas, y cuando nos volvamos a encontrar… te voy a llenar de besos y abrazos que tengo guardados para ti y tu hermana —las palabras de mi madre terminaron quebrándonos a ambas.

—Yo también la voy a llenar de mimos mami, la extraño tanto,  mañana iré por el móvil a primera hora, hasta pronto, no olvide que la amamos —me despedí.


Salgo de donde se encuentran   las cabinas telefónicas para llamadas de larga distancia,   camino tan absorta en mis pensamientos, que de nuevo no  presto atención a la persona que camina a mi lado desde buen rato.

—Hola gatita hermosa —susurran cerca de mí oído.

—Pero qué… —grito dando un pequeño salto por el susto. 

—Tranquila, no era mi intención asustarte —dijo el desconocido mientras daba unos pasos hacia atrás —pero, llevo unos cinco minutos tratando de llamar tu atención y nada que reaccionas.

—¡Eres el loco de la vez anterior! —afirmo más que preguntarle.

—¿Loco? No, no soy ningún loco. Me llamo Henry Salguero, cualquiera puede decirte quien es mi familia acá en el pueblo.

—No he escuchado de tu familia, sólo deja de seguirme, ¿Quieres?

Y es que viéndolo de bien, no tiene planta de  loco, y feo… tampoco está. Mide quizá un metro setenta y cinco,  moreno claro, con unos veintitantos años encima.

Jamás dejo de caminar para escucharlo, además recuerdo que esa calle tenía la pared del cementerio a un costado, aunque he aprendido a buscar el origen de las cosas, por aquello de no quedar en ridículo, como con lo sucedido en la casa.
El miedo hizo acto de presencia ¿Será algún alma en pena?  No, pena me va a a dar a mi donde me equivoque, mostrándole una cruz para espantarlo.  Pero se ve muy vivo, eso es buen indicio.




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